Todos sabemos que las políticas de Goodell sobre el abuso de sustancias son muy tajantes, si te sales del tiesto todo el peso de la liga caerá sobre ti. Pero lo de los últimos días se ha vuelto una caza de brujas total.
Para poder ver esta evolución solo hay que buscar en internet “NFL suspensions” y aparecerá una lista de más de 30 jugadores sancionados antes de comenzar la temporada regular. La mitad de ellas por violar la política de sustancias no permitidas por la NFL, los demás por golpear de manera innecesaria, o lesionar intencionadamente, celebrar de forma innecesaria un touchdown o por último los jugadores que en su vida privada han cometido una estupidez o un delito y la NFL entra de oficio para sancionar.
En total tenemos a más de 30 jugadores que han pagado más de 15 millones de dólares en multas a la NFL en lo que va de preseason con un total de 147 partidos de suspensión entre todos.
Trataremos alguno de los casos más curiosos de esta temporada «de castigos». Empezamos con Josh Gordon jugador de los Cleveland Browns, uno de los casos más largos y con mayor repercusión.
Este caso es la crónica de una muerte anunciada. Josh Gordon no podrá jugar en todo el 2014 con los Browns, estará sin poder interactuar con el club, no podrá entrenar por abuso de sustancias ilegales en varias ocasiones. El jugador que apeló la decisión alargando el proceso tres meses, ha pedido perdón a todo el staff y a los aficionados de Cleveland, sin entender la decisión de la NFL ya que no trató su caso con discreción y juicio. La NFL le ha castigado con casi 2 millones de dólares de multa y no jugará hasta agosto de 2015. Un varapalo increíble para la franquicia que apostó mucho por su estrella en el cuerpo de los receptores.
Otro caso de abuso de sustancias, aunque esta es por alcohol, es la del kicker Matt Prater de los Denver Broncos, al cual le han suspendido cuatro partidos. El jugador que ya estaba en el programa de prevención desde el 2011, ha sido multado por saltarse esta normativa tras el partido de Houston. No será la primera violación de abuso de sustancias en los Broncos, ya que Von Miller estuvo cinco partidos sin jugar el año pasado.
Por último el caso del jugador de Baltimore Ravens Ray Rice. Los hechos son conocidos por todos, Ray Rice en un hotel con su prometida-esposa arrastrándola hasta el ascensor cual muñeco de trapo y grabado por las cámaras del hotel. ¿Esto son dos partidos de suspensión?. Goodell reconociendo que no hizo»lo correcto» al suspender sólo por dos partidos a Ray Rice, anunció sanciones más severas para los jugadores que sean acusados de violencia doméstica, incluyendo una suspensión de seis partidos por un primer caso y al menos de un año por una segunda infracción.
El propio comisionado de la NFL, en una carta enviada el jueves a los 32 dueños de equipos, y obtenida por The Associated Press, pide a los equipos que distribuyan su memorándum entre todos sus jugadores y lo coloquen en los vestuarios. En él, la liga indica que «la violencia doméstica y la agresión sexual son inaceptables. Son delitos. Nunca son aceptables y no serán tolerados en la NFL bajo ninguna circunstancia», salvo en el caso de Ray Rice.
El dictamen señala que el quebrantamiento de la política de conducta de la NFL «referente a agresión, golpes, violencia doméstica y la agresión sexual en que haya violencia física serán tratados con medidas disciplinarias más rigurosas». Todo ello como bien sabemos se debe en parte a la presión de las asociaciones en defensa de la mujer y al propio debate originado en el congreso de los EEUU.
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El sindicato de jugadores de NFL dijo que fue informado sobre el endurecimiento de las sanciones. «Tal como hacemos en todas las cuestiones disciplinarias, si creemos que los derechos de los jugadores son violados durante el transcurso de la medida disciplinaria, reafirmaremos y defenderemos los derechos de nuestros integrantes», indicó el sindicato en un comunicado. La política de conducta personal no forma parte del contrato colectivo que se tiene con el sindicato de jugadores, y el comisionado tiene margen para imponer castigos por tales transgresiones fuera del campo de juego.
En declaración del propio Goodell: “Mi decisión disciplinaria llevó al público a cuestionar nuestra sinceridad, nuestro compromiso, y se preguntó si entendemos el impacto que tiene la violencia doméstica en tantas familias. Tomo la responsabilidad de la decisión y de asegurarme que las medidas que se tomen en el futuro reflejen claramente nuestros valores», escribió Goodell. «No lo hice correctamente. Dicho claramente, tenemos que hacerlo mejor. Y lo haremos».
Esto intentará ser un antes y un después en la política de sanciones de la NFL, el problema es que no se ha sabido medir en los castigos. Mucha gente cree que la liga no ve peor maltratar a una pareja que drogarse con estupefacientes. Como siempre, la imagen de la NFL es lo primero para el comisionado, y esto a la larga perjudicará a la liga.