Sí, sí, es muy interesante hablar de los equipos que lo han hecho bien, pero todos sabemos que eso es lo que menos mola. Lo que es realmente divertido es criticar y cagarse en todo lo que se mueve alrededor de las decisiones tomadas por determinados equipos. Y eso es lo que empieza a tocar hoy. No del todo, porque hoy vamos a ver los equipos que podrían haberlo hecho mejor pero que tampoco están tan mal, así que las pérdidas de papeles no llegarán hasta la semana que viene (y las carcajadas asociadas). Eso sí, no diré que le tenga miedo a este artículo (y al siguiente) pero soy consciente de que estos dos próximos artículos son los más propensos a contener frases que, con el tiempo, se conviertan en auténticas mierdas secas dignas de pasar al Olimpo de las afirmaciones más penosas que nunca se hayan dicho acerca del Draft. Si eso ocurre, que intentaré que no porque he aprendido de mis propios errores, ruego que no os riáis mucho. O sí, que en el fondo es precisamente de divertirse de lo que se trata todo esto. Así que vamos al tema.
St. Louis Rams
No nos engañemos, el draft de los Rams no está al nivel que el de los otros equipos que van a salir en este artículo sino que es significativamente mejor. Ahora bien, dadas las circunstancias, podrían haber hecho mucho más con él que lo que acabaron haciendo. Empezando por el primer pick. Greg Robinson es un excelente proyecto de tackle izquierdo, incluso la elección parece buena a nivel de timing puesto que Robinson estará completamente preparado cuando Jake Long cobre demasiado y tengan que largarle por el bien económico de la franquícia. Pero primero tienen que prepararle. Y es que Robinson es un jugador extremadamente atlético que pinta de maravilla, pero ahora mismo no deja de ser un jugador con mucho potencial que aún tiene que mejorar un montón. ¿Es Jason Smith? No lo creo, pero esa sombra seguro que la tiene por ahí deambulando. Pero eso no es lo más discutible del pick, ni de lejos. Y es que no me gusta este pick no por la selección sino porque los Rams se pasaron tanto de rosca pensándose que todo el monte es orégano que al final no pudieron bajar y tuvieron que comerse un pick que no creo que les fuera a ser tan necesario. Ni todo el mundo son los Redskins ni había un Robert Griffin por quien pagar un precio desorbitado. Sólo con que hubieran bajado un poco sus pretensiones, alguien habría subido (se decía que los Bills querían subir hasta el #1 a por Sammy Watkins si era necesario) y los Rams habrían ganado picks importantes para próximos drafts, que al fin y al cabo es lo que les ha permitido sacar un montón de buenos jugadores durante los últimos años.
Pero ahí no terminan las cosas que me chirrían. El pick de Aaron Donald resulta que es lo mejor desde que se inventó la rueda, un pick que completa una línea que va a ser una pesadilla para los quarterbacks rivales. Sí, estoy muy de acuerdo. Pero digo yo, ¿hacía falta construir una línea extremadamente orientada a defender el pase en una división en la que son Marshawn Lynch y Frank Gore los que dirigen el cotarro? Pues me da que no. No hay duda de que Michael Brockers es un excelente defensor contra la carrera pero no sé si a los Rams les bastará con eso, que no estamos hablando de dos ataques de carrera del montón precisamente. Y miedo me da que no pueda, porque como en los Rams pongan a Donald a observar y reaccionar en función de por donde vaya la jugada vamos a perder a uno de los jugadores más extraordinarios que nos ha dado este draft. Seguimos para bingo. ¿Subir para pillar a LaMarcus Joyner? ¿En serio? No hay duda de que es un jugador especial, que si le querían no podían conformarse con «el que les llegara» porque en el draft no había otro como Joyner, pero no me cuadra mucho en los Rams. Me da que es más un arrebato de envidia de ver lo bien que lo hizo Mathieu en los Cardinals que estrictamente una necesidad, porque aunque necesitaran un safety quizá habría sido mejor elegir a un jugador que jugara mucho más profundo que no a Joyner. Como en el caso de Donald, espero que no se les ocurra desgraciarle haciéndole jugar de lo que no es.
Y llegamos al último pick conflictivo, el de Michael Sam. A nivel deportivo sigo pensando que es incomprensible que el actual mejor jugador defensivo de la SEC cayera hasta la parte baja de la séptima ronda; falta de fuerza, limitación en los movimientos, es obvio que excusas baratas no faltan, pero Sam demostró ser un pass-rusher efectivo y rigiéndonos por esos criterios merecía haber salido muchísimo antes. Pero estoy empezando a ver porqué cayó hasta ese pick. Y sí, obviamente es por motivos extradeportivos. Me parece fenomenal que Sam saliera públicamente a decir que es homosexual, es algo que seguro que le libera de un montón de demonios en su interior y que, a la vez, probablemente enriquezca la imagen tanto de la liga como del propio deporte. Pero en la NFL deberá vivir de ser un buen jugador de football y no de ser un jugador homosexual. Y no creo que esté siendo el caso. De hecho, poco después del draft no se tardó en anunciar un show que Sam tenía programado con Oprah probablemente para explotar esa faceta, algo que dista mucho de lo deseable para un rookie que quiere ganarse su puesto entre los 53 elegidos. En fin, que el pick ofrece dudas, dudas que se podrían haber ahorrado perfectamente, pero si los Rams trabajan bien con él pueden obtener un pass-rusher rotacional muy superior a la media, y creo que sólo por eso merecía la pena correr el riesgo. Pero ya lo habéis visto, a pesar de contar con una de las mejores situaciones a nivel de picks (probablemente la mejor) hay muchas dudas acerca de la gran mayoría de decisiones que los Rams tomaron durante el pasado draft, y no podemos afirmar con rotundidad que su draft fuera de los mejores de la clase. Sí, son buenos jugadores, sus primeros picks pueden acabr siendo buenos si su uso y desarrollo es el correcto e incluso algunos jugadores que no he mencionado como EJ Gaines o Garrett Gilbert pueden ser sorpresas muy agradables. Pero sinceramente, considerando su posición privilegiada, creo que deberían haberlo hecho bastante mejor.
New York Jets
La gracia principal de un draft es acertar con los jugadores que eliges puesto que sólo tienes unas pocas oportunidades para elegir. Pero cuando el número de oportunidades para elegir aumenta parece que la atención puesta en acertar en cada una de las selecciones baja considerablemente y la estrategia a seguir se convierte en algo así como escoger un copón de jugadores como quien coge cebollas en la frutería (incluso repitiendo posición varias veces) porque, aunque sea simplemente por un tema estadístico, alguno ya saldrá bien. Esto podría aplicarse perfectamente al draft de los Jets. Doce picks hicieron en el draft, que se dice pronto, y de todos ellos creo que me gusta uno, el de Jace Amaro. El resto me ofrecen más dudas que otra cosa.
Especialmente el pick de Calvin Pryor. No sé que clase de corriente de opinión puede justificar la elección de Calvin Pryor por encima de cualquier otro safety de esta clase (porque sí, no había salido ninguno aún), y os aseguro que si lo supiera huiría en dirección radicalmente opuesta de quien me intentara convencer de ello. Pryor, aparte de tener la extraña habilidad de menguar ostensiblemente en períodos cortos de tiempo tal y como demuestra su diferencia de medidas entre Louisville y la Combine, es un safety de esos que pueden desesperar al personal con sus fallos en cobertura y sus placajes fallados. Eso sí, pega muy duro, seguro que al final de la temporada deja un puñado de highlights y probablemente también se deje un puñado de dólares en multas por golpes tardíos. No sé si os lo he contado nunca pero tengo la teoría de que los safeties completos escasean muchísimo y que, por lo general, los safeties o cubren o pegan. Pues Calvin Pryor pega mucho, creo que con eso os hacéis una idea de por donde van las cosas en mi opinión. Aunque los Jets necesitaban un intimidador, los safeties que destacan en cobertura son mucho más complicados de conseguir. Su posición en el draft les permitía hacerse con el que quisieran y eligieron a Pryor. Veremos, pero no me huele demasiado bien.
También ofrece dudas el pick de Dexter McDougle pero, al contrario que Pryor, este me parece un riesgo mucho más comprensible ya que, a pesar de que puede parecer un reach enorme, apostar por un jugador productivo pero lesionado durante gran parte de la temporada puede salirles bien. Pero las dudas obviamente están ahí. Y luego está el tema de elegir tres receptores, una estrategia que puede ser rentable desde un punto de vista estadístico porque alguno saldrá bien (mi apuesta sería Shaq Evans), pero que siempre deja la sensación de que ni el propio equipo de scouting se fía de los jugadores elegidos lo que obliga al equipo a apuntar en la misma dirección demasiadas veces. Es que hasta los dos últimos picks, que parecen buenos dada la ronda en que fueron cogidos, ofrecen dudas. El bajón de calidad de Tajh Boyd ha sido enorme este año con lo que a saber si podrán sacar nada de él, y Trevor Reilly es un pass-rusher bastante infravalorado pero que cuenta ya con 26 años a sus espaldas. En fin, mucho riesgo y muchas dudas en este draft, y no es que esté en contra del riesgo precisamente pero teniendo 12 picks podrían haber destinado alguno más a asegurarse jugadores sólidos. Si es que uno puede asegurarse nada en un draft, que ya sabemos que aquí no hay prácticamente nada seguro.
Buffalo Bills
Aunque es interesante por ver donde caen los diferentes jugadores, hay que reconocer que ver el draft en directo es algo monótono, cansino y que hace que en muchos momentos uno se pregunte qué cojones hace despierto a esas horas de la madrugada. Sólo hay tres cosas que nos animen explícitamente el día del draft: el pick de nuestro equipo, un pick lamentable con el que nos podamos partir la caja y el cartelito ese amarillo que pone «trade». Y en ese último sentido hay que reconocer que los Bills fueron uno de los grandes animadores de la noche del jueves al subir a por Sammy Watkins. Pero la pregunta es: ¿era necesario? El espectador neutral no creo que lo considerara necesario pero sí que supongo que agradeció un poquito de diversión, pero los fans de los Bills no creo que estén demasiado contentos con la decisión. Vamos, yo de ellos no lo estaría. Watkins es un muy buen receptor, probablemente el mejor de los que se presentaban a este draft, y está claro que darle un poco de ayuda a EJ Manuel era una de las necesidades básicas de los Bills. Pero si algo tenía esta clase era una profundidad extraordinaria en la posición de receptor lo que significa que, de haber esperado a su turno o incluso de haber buscado ese mismo trade up pero en segunda ronda, los Bills habrían acabado igualmente con un buen receptor y habrían podido conservar su primera ronda de 2015. Porque sí, no lo había dicho pero los Bills dieron su pick #9 y su primera ronda de 2015 para subir a por Watkins. No estoy criticando para nada al jugador, que puede acabar siendo muy bueno (aunque tampoco creo que vaya a ser una estrella del calibre de AJ Green, Calvin Johnson y demás receptores que han salido pronto en el draft), pero muy pocos jugadores valen dos primeras rondas y Sammy Watkins para mí no es uno de ellos. Pero es que la situación se vuelve incluso peor cuando analizamos el otro trade de los Bills, el trade que manda a Stevie Johnson a los Niners a cambio de, como mucho, una tercera ronda. Surrealista. El tema era darle más armas a EJ Manuel, no reemplazar unas por otras, y menos de esta manera. Stevie Johnson ha sido en los últimos años uno de los receptores más infravalorados de la liga, un tío muy válido que ha dado el callo de forma más o menos regular en uno de los equipos con más problemas de quarterback de toda la NFL, es un jugador que sólo tiene 27 años y que estaba firmado por varias temporadas más (o sea, no tenía que renovar en breve), ¿qué cojones pudo impulsar a los Bills a venderlo y además a un precio tan mísero? ¿Un rookie como Watkins vale dos primeras rondas y un jugador contrastado como Johnson vale sólo una tercera? En serio que no hay por donde cogerlo.
Lo único que se me ocurre es, precisamente, que quieran darle todo el protagonismo a Watkins para justificar su desproporcionada inversión, lo cual me parecería bastante triste porque sería un acto de cobardía que no iría en beneficio del equipo sino en beneficio de la gerencia. Y eso no creo que tenga que ser el objetivo de un equipo de NFL. Del resto del draft la verdad es que no tengo muchas quejas, es más, me gusta bastante como han reforzado la línea de ataque con los picks de Kouandjio y Richardson, y el pick de Seantrel Henderson conlleva muy poco riesgo pero puede tener una recompensa altísima si logran motivarle para que juegue a su nivel real y no al que le dé la gana. Pero por mucho que nos esforcemos, este draft será recordado como el de Sammy Watkins, así que ya puede salirles bien el chaval porque sino todas las decisiones tomadas relacionadas con su elección puede que le pesen demasiado a su equipo como para seguir en la línea ascendente que llevaban últimamente.
Cleveland Browns
Parece injusto que los Browns estén aquí. Un poco sí que lo es, pero para que un análisis de draft sea completo no sólo hay que mirar los jugadores elegidos por los equipos sino también si estos jugadores cubren las necesidades básicas de dicho equipo. En la primera parte no hay dudas de que los Browns lo hicieron bastante bien, pero en la segunda tampoco hay dudas de que lo hicieron de pena. Vayamos por partes. A nivel de jugadores elegidos pocos peros se les puede poner al draft de los Browns, siendo quizá el único punto dudoso el trade por Justin Gilbert. Parece mentira pero es la segunda vez en tres años en la que los Browns suben un mísero puesto en la parte alta de la primera ronda porque los Vikings les venden vete a saber qué moto y eso les provoca unas ganas irrefrenables de darles un pick extra para subir ese puesto. No quiero ser cenizo pero recordemos que la anterior ocasión fue para subir a por Trent Richardson. Pero volviendo a lo que nos ocupa, no me acaba de gustar el pick de Gilbert pero casi no tanto por el trade como por el jugador en cuestión. Sí que es verdad que los Browns necesitaban un segundo cornerback de nivel pero con la renovación de Joe Haden tan cerca en el tiempo parece como que más que draftear un segundo cornerback le están mandando un mensaje al propio Haden de que se mantenga alerta porque su puesto puede volar en cualquier momento. Y eso sin tener en cuenta que, a pesar de ser un buen prospecto, me da la sensación de que Gilbert ahora mismo tiene más atleticismo que juego y que quizá no sea tan bueno como muchos piensan, almenos a corto plazo.
El resto del draft, la verdad es que parece muy bueno. En Johnny Manziel no sólo han encontrado a su quarterback franquícia sino que han encontrado ilusión, interés del espectador neutral y, porqué no decirlo, dinero; es exactamente la pieza que les hacía falta a los Browns para relanzarse como franquícia en la NFL con lo que el acierto no podría haber sido mayor. Joel Bitonio es un pick que cada día que pasa me gusta más, es un tackle con mucha movilidad que debería servir para apuntalar el lado derecho de la línea y darle a Manziel la protección que necesita y merece. Kirksey y West son nombres intrigantes pero en positivo, seguro que aportan cosas positivas al equipo (especialmente el primero), y Desir es un cornerback poco conocido pero que puede disputarle el puesto al mismísimo Justin Gilbert si se le dan las mismas oportunidades. Incluso me gustan algunos de sus fichajes de jugadores no drafteados como por ejemplo el corredor Isaiah Crowell. Así pues, todo esto es muy bonito y fantástico, pero hay que recordar que sólo afecta a la primera parte del análisis; ahora viene la segunda parte.
¿Cómo cojones tuvieron los santos cojones de pasarse por los cojones la necesidad de un receptor? Ya era una necesidad de por sí, porque el equipo necesitaba alguien al otro lado de Josh Gordon a quien se le pudiera pasar el balón y no dejarlo caer (creo que Greg Little no entraría en esa descripción), pero si fuera sólo por eso se podría perdonar ese fallo. Pero es que no lo es. Y es que resulta que hace poco se supo que Josh Gordon podría ser sancionado para toda la temporada por dar positivo en un test anti-droga. ¿Hace poco he dicho? Vamos a concretar. Esta noticia salió a la luz el día 9 de mayo, o sea el segundo día de draft en el que se celebraban la segunda y tercera ronda. O sea, que los Browns supieron que Gordon puede que se pierda la temporada entera a falta de 6 rondas para terminar el draft y fueron incapaces de elegir a un mísero receptor aunque sólo fuera para cubrirse las espaldas. Es una situación tan lamentable que no sé ni como definirla. No sé si es chulería de que no les salió de los pies cambiar los planes para elegir a un receptor, si querían retar a la liga a que no sancione a Gordon, si quieren tocarle las pelotas a Manziel para que no tenga a quien pasarle el balón o si en el war room de Cleveland viven en un universo alternativo en el que los touchdowns de carrera valen más que los de pase. En cualquier caso me parece un fallo inexcusable e indigno de una franquícia de la NFL. Y es la única razón por la que no puedo valorar positivamente este draft. Porque las buenas elecciones de un draft se pueden volver malas si no se les rodea de los jugadores que necesitan. Y todos sabemos de lo que estoy hablando.
Seattle Seahawks
En serio que flipo con esta gente. Como siempre, otro draft en el que van a su bola. Les importa un culo la situación del draft o lo que el resto del mundo pueda pensar de sus decisiones, ellos viven en su propio mundo y draftean según sus propias reglas. Y la verdad es que no les ha ido precisamente mal durante los últimos años, pero es que otra vez es mirar este draft y pensar: ¿pero qué cojones están haciendo esta gente? Paul Richardson es un buen receptor pero, quedando gente como Allen Robinson, Davante Adams o Jarvis Landry, no parece descabellado pensar que no era el mejor receptor disponible. Pero es que además el pick de Richardson se vuelve más desconcertante si tenemos en cuenta que tiene un perfil relativamente similar al de un Percy Harvin que debería convertirse esta temporada en la referencia principal del juego de pase. No hay quien lo entienda, en serio. Tampoco parece muy lógico que, estando disponible Morgan Moses entre otros, los Seahawks optaran por draftear a Justin Britt con su segundo pick de segunda ronda. A ver, que hay que recordar que hasta hace nada era Breno Giacomini quien estaba en ese puesto de tackle derecho que parece que va a ocupar Britt, es hasta comprensible pensar que casi cualquiera podría hacerlo decentemente en esa posición, pero aunque luego rinda de forma más o menos buena el pick no deja de ser un reach como una catedral.
Luego el draft la verdad es que mejora bastante, los picks de Marsh y de Norwood son bastante interesantes (especialmente el primero), la elección de Pierre-Louis pega muchísimo con los Seahawks aunque con Wright, Wagner y Malcolm Smith probablemente no vea demasiado el terreno de juego y ya no comento nada de la elección de otro defensive back de dimensiones importantes como Eric Pinkins, muy en el estilo del Legion of Boom. Ahora bien, lo más curioso de este draft es que parece que los jugadores más famosos de este draft de los Seahawks son Dion Bailey y Jackson Jeffcoat, dos jugadores que entraron al equipo sin ser drafteados; tiene muchísimo mérito coger jugadores de ese talento de esta manera, pero también tiene cojones que con un draft entero de por medio sean estos dos jugadores los que más puedan sonar al público. Pero es que los Seahawks son así: pillan lo que les peta, nadie les entiende y al final (a veces) el tiempo les acaba dando la razón. ¿La historia se repite? El principio sin duda, el final ya se verá.
Pero no son los únicos cuyo draft no acabó de convencer. El draft de San Diego quizá estuvo mejor de lo que parece, desde luego creo que es el mejor dentro de esta categoría puesto que tanto Verrett como Attaochu (incluso Carrethers) son jugadores muy infravalorados en mi opinión, pero es un draft con el que da la sensación de que se podría haber hecho mucho más debido al sorprendente (por decirlo de alguna manera) pick de Chris Watt. Los New Orleans Saints tampoco tuvieron un mal draft pero tampoco parece que fuera muy bueno, especialmente si se tiene en cuenta ese movimiento de subir a por Brandin Cooks dando una tercera ronda en el proceso. Atlanta hizo muy bien sus dos primeros picks, aunque la verdad es que especialmente Matthews era un pick muy fácil de hacer, pero luego se desvió terriblemente con elecciones aparentemente desconcertantes como la de Southward o ignorando que tienen un vacío brutal en la posición de tight end tras el retiro de Tony Gonzalez (no, aunque el nombre mole un huevo lo siento pero Levine Toilolo no me sirve como sustituto de Tony Gonzalez). Otros equipos como los Giants o los Buccaneers también entrarían en esta categoría, ambos con jugadores muy válidos en las dos primeras rondas pero con muy poquito que ofrecer a partir de entonces.
Para mí, estos han sido los drafts flojillos pero aprovechables de este año. Quedan los que pienso que son explícitamente malos. Voy a hacer una pregunta al respecto. ¿Quién va a ser uno de los protagonistas de este próximo artículo? O reformulando la cuestión porque protagonistas puede haber muchos, ¿de quién se habla habitualmente en La Carnicería y no precisamente bien gracias a lo mucho que se ha creído su propio personaje especialmente a la hora de draftear? Exactamente, entre muchas otras cosas, vamos a hablar de ese genio de los war rooms y del draft que perpetró. Pero eso será la semana que viene.