Se ha puesto muy de moda este término las últimas temporadas, el cornerback que no deja pasar una, el cornerback cerrojo, el cornerback que no deja oler la bola a ese gran receptor. En torno al término se ha creado un mito, con nombres como Richard Sherman, Patrick Peterson o Darrelle Revis, dando la sensación que teniendo a este jugador en la secundaria es un seguro de vida en la defensa contra el pase. Y nada más lejos de la realidad: a Sherman le «hizo un ocho» Dez Bryant, Peterson no vio ni venir a DeSean Jackson, y Revis no olió a Sammy Watkins. ¿O realmente no fue así? Usar una palabra mucho acaba perdiendo su significado.
Un shutdown cornerback no es una mágica pared de 3 metros, un shutdown cornerback es a lo que equivale un quarterback de élite en esa posición de la secundaria, un quarterback de calibre Pro Bowl que influye en las estrategias de sus oponentes. Es por eso que los jugadores mencionados arriba sí que encajan en esta descripción, no en aquellas que les sitúan como el amo y señor de la secundaria porque, como estamos viendo esta temporada, pueden verse superados en situaciones por grandes receptores como Dez Bryant, en velocidad, corpulencia, manos, táctica…Precisamente, los grandes cornerbacks muchas veces intervienen poco en un partido, pues los rivales ajustan sus ofensivas para evitar encontrarse con ellos, porque saben que se juegan una intercepción o un pase deflectado seguro.
El problema de este bautismo de cornerback cerrador es la atención mediática que atrae cuando el trabajo de otros cornerbacks es mucho mejor a veces. Es por eso que es una denominación maldita. Es el cornerback estrella, cambia las estrategias de los equipos rivales, lanzan menos hacia su zona, tiene menos trabajo, hace muy bien el que le llega, sí, porque sigue siendo un cornerback de élite, pero si se le pasa una ya hay un hilo de críticas detrás. Mientras tanto, los cornerbacks secundarios, quienes están «recibiendo» un buen número de pases porque existe la figura del shutdown cornerback en el equipo, quedan invisibles cuando hacen un gran trabajo.
La conclusión es que esto no va de etiquetas o algún tipo de magia, sino sobre la pura realidad. Sherman, Revis, Peterson (y otros como Haden, Talib…) son cornerbacks muy muy buenos, pero si quizá no existiera ese mito creado, podríamos seguir viendo de lo que son capaces y que no quedaran limitados a pequeñas iluminaciones, o pequeños fallos que parezcan muy gordos cuando no lo son.