El programa Eurojunior, ese concurso en el que jóvenes cantantes competían para representar a España en el Festival de Eurovisión Junior, ha sido probablemente uno de los programas de televisión que más protagonistas ha aportado al panorama musical de este país en lo que llevamos de siglo. De entre todas sus ediciones, la participante más fue la ganadora de 2004, María Isabel, una cantante entre cuyos temas destacan «Antes muerta que sencilla» o «No me toques las palmas que me conozco». Pero aunque los nombres no sean quizá tan conocidos, los cantantes que han tenido éxito después de participar en ese concurso no terminan ahí. En esa misma edición de Eurojunior 2004 también participó un joven llamado Blas quien, aunque no pudo ganar ese concurso, luego cosecharía algo más de fama puesto que es uno de los componentes del grupo Auryn. No sería el único participante de Eurojunior que forma parte de Auryn puesto que Dani, el ganador de Eurojunior 2006, también es uno de sus miembros. Por si eso no fuera poco, la edición de Eurojunior 2005 fue ganada por un chico llamado Antonio José. ¿Os suena el nombre? Si sois fans de los concursos televisivos de cantantes estoy convencido de que os suena, porque ese chico que ganó Eurojunior 2005 se trata del mismo Antonio José que recientemente no sólo ha participado sino que ha ganado el concurso La Voz 3, como componente del equipo de Antonio Orozco. Y por último, aunque esté un poco más alejado del panorama nacional tampoco debemos olvidarnos de Diego, uno de los participantes de Eurojunior 2003, quien ahora es uno de los protagonistas de la serie Violetta, una serie juvenil de origen argentino que ha tenido bastante éxito en varios países.
No, no os habéis equivocado de artículo, esto es La Carnicería y esto va de NFL, pero creo que este ejemplo ilustra perfectamente lo que quiero decir: a veces, por muy fans que seamos de algo en concreto, no hace falta tener toda la información del mundo. Seguro que entre los que me leéis hay muchos fans de la música, tanto internacional como española, pero aún así creo que también pensaréis que quizá toda esta información que he dado en el párrafo anterior no es estrictamente necesaria. Pues algo parecido pasa con la NFL. Soy consciente de que este deporte engancha mucho y que, en una offseason tan larga como la que tenemos, las ganas de saber más y de analizarlo todo nos invaden. ¿Pero tenemos realmente ganas de, por ejemplo, ver como Brian Cushing echa la pota durante medio minuto simplemente porque es algo que está relacionado con la NFL? Pues quizá esa sea información que no necesitamos ni saber ni mucho menos ver. Quizá. Digo yo. Pero vamos, que Hard Knocks no es el objetivo real de todo esto, creo que eso de Cushing fue simplemente una mala elección de escena en un programa que tiene una muy buena idea como fondo y que, en este caso, probablemente tampoco podía ofrecer mucho contenido realmente interesante por el equipo que lo protagonizaba. A quien quiero llegar realmente con todo esto es a los reyes del análisis al detalle, los que quieren saber y cuantificar absolutamente todo lo que pasa encima de un campo de la NFL. Y es que hasta esta última temporada Pro Football Focus nos ha dado, probablemente, demasiada información.
A ver, no quiero que se me malinterprete, disponer de toneladas de información prácticamente nunca es malo y el trabajo de visionado de todos los partidos y calificación de todos los jugadores que hace PFF es algo acojonante. Y no sólo por las calificaciones numéricas globales en sí, sino también por desgranar en qué facetas es bueno y en qué aspectos flojea es malo cada jugador, por contarnos la cantidad de snaps que juegan y en qué posición exacta los juegan, por los múltiples rankings posicionales, y en general por la gran variedad de opciones que ofrecen sus datos. Así pues, el problema no es la información proporcionada en sí sino que lo realmente malo aquí es el uso que se hace de ella, y aquí hemos fallado tanto los usuarios como los propios trabajadores de PFF. Vaya por delante que el primer caso lo entiendo. Para el usuario de PFF es muy fácil ver a todos los jugadores ordenaditos por nota y tomarlo como la verdad absoluta: si fulanito ha sacado un +2.7 y menganito ha sacado un +2.1, pues fulanito es mejor y punto. Pero cuando uno va con eso por bandera o bien está renunciando a su propia opinión o directamente no la tiene porque quien está mostrando ahí su opinión, moderadamente objetiva pero opinión al fin y al cabo, son los analistas de PFF que están poniendo las notas a los jugadores. Un poco triste, ¿no? Y por supuesto que se pueden tomar dichas notas como indicativo, es más, siempre se deberían tener presentes para hacer una evaluación completa, pero lo que no puede ser es que se recurra sistemáticamente a los rankings para justificar si tal jugador es mejor que otro o si no sé quien jugó mejor en la jornada 1 o en la jornada 10.
Hay millones de variables que influyen en el rendimiento de un jugador durante un partido (la climatología, si juega en casa o fuera, el jugador que está enfrente, el gameplan del equipo rival, etc.) y también hay aspectos del juego que es imposible que la gente de PFF pueda saber con total seguridad (los incompletos que se achacan a la falta de sintonía entre quarterback y receptor, ¿son culpa de uno o del otro?), lo cual hace que sea imposible que en PFF puedan dar calificaciones a los jugadores que sean igual de justas para todos y que además tengan una exactitud del 100%. Como mucho pueden dar aproximaciones cercanas, y eso es ciertamente lo que dan, pero nunca hay que tomarlas como algo más que eso. Sin embargo eso no ha sido así, y han sido muchos los que han utilizado PFF no como la excepcional herramienta que es sino como un axioma, lo que ellos decían iba a misa y punto. Y eso ha sido muy peligroso para el usuario porque, como alguien ya trabaja para él, pierde el espíritu crítico y acepta las notas como le vienen. Pero, a la larga, si bien es cierto que esa postura fácil de tragar lo que viene mascado perjudica al aficionado que la adopta, creo que este tema ha acabado siendo incluso más dañino para los propios analistas de PFF. Porque, probablemente debido al enorme caso que les ha hecho la gente, da toda la sensación de que se lo han creído y se han vuelto poco menos que dioses del football.
Con la relevancia que han adquirido sus rankings y calificaciones para los aficionados de la NFL, es indudable que PFF se ha convertido en una de las webs de referencia en este deporte, pero una cosa es ser referencia y la otra es creer que el único criterio válido para conocer lo que pasa en un campo de football es el suyo. O dicho de otra manera, que desde PFF ya hace un tiempo que parece que, en vez de ofrecer su visión sobre la NFL, están más bien intentando imponer sus números como explicación universal de todo. Si los números decían que a principios de la temporada pasada el declive de Tom Brady ya había empezado, es porque era verdad como luego se vió. Creo. Pero vamos, que no sólo es eso sino que, en base a sus datos adquiridos, incluso a veces intentan hacer prevalecer sus ideas preconcebidas entre la gente a base de dar las estadísticas que tocan en cada caso. Y sí, aunque la realidad diga lo contrario. Así pues, teniendo en cuenta que Marcus Mariota no es precisamente santo de su devoción, esta semana ya ha salido un artículo diciendo que su partido del domingo no es para tanto porque tuvo un partido fácil y que es prácticamente más mérito del staff de Tennessee que del propio quarterback. Está claro que si en Tennessee no hubieran adaptado el gameplan a Mariota no habría hecho tan buen partido, pero es que parece que para que algunos se dignen a hablar bien de Mariota no sólo tiene que jugar bien sino que tiene que hacerlo siguiendo un gameplan que le sea lo más difícil posible. Sino, es que no tiene mérito. Anda ya. Aunque sea jugando a algo que representa que sabe hacer a la perfección, restar méritos a un quarterback rookie que en su primer partido hace 13/16, 209 yardas y 4 TDs para conseguir el rating perfecto es sencillamente inaceptable. Y más viendo el partido que hizo Winston en el otro lado.
Pero no van a ser todo críticas en el mundo de PFF. Igual que existen ejemplos negativos como el de Mariota, que va a costar un montón que lo haga bien sin que le puedan poner un pero, en PFF también existen los ejemplos positivos. El año pasado el mayor beneficiado de este fenómeno fue Khalil Mack, un linebacker ciertamente bueno pero que PFF alzó a una categoría de jugador astronómico que no tengo yo muy claro si merecía. Y este año todo indica que el jugador elegido para ser puesto por las nubes es Henry Anderson, un jugador que les encanta y que tiene pinta de que siempre va a hacerlo que te cagas de bien. De hecho, en esta primera semana ya se está ganando los elogios de PFF porque hizo un total de 5 run stops (placajes contra la carrera en los que frenan significativamente al ataque). Su actuación fue excelente, eso está claro, pero en este caso no hay atenuantes de que la defensa estaba mejor o peor montada, que los Bills se fueran igualmente a casi 150 yardas de carrera o que su nota global del partido fuera tirando a normalita. No, lo hizo muy bien y punto. Perfecto entonces. Pero no sé de qué me sorprendo, esto de calificar a Henry Anderson como un jugador estratosférico viene ya de lejos hasta el punto de que, en este sentido, pudimos leer hace unos días el siguiente tweet:
No surprise to us to see Henry Anderson starting in Indy. Look at how he graded last year: #AboveLeonardWilliams pic.twitter.com/XeKnvitExv
— Pro Football Focus (@PFF) septiembre 9, 2015
Por encima de Leonard Williams. Una opinión un tanto impopular puesta en forma de afirmación categórica, pero más allá de las formas démosle una oportunidad. Por encima de Leonard Williams, ¿en qué? Está claro que según sus puntuaciones Anderson es bastante mejor en pass-rush y algo mejor en penalizaciones, pero también está claro que según esas mismas calificaciones Williams le gana tanto en cobertura como en defensa contra la carrera, lo que pasa es que el margen con el que gana Williams no compensa el margen con el que pierde en pass-rush así que globalmente Anderson tiene una nota significativamente superior. Pero ¿y si yo le quiero dar más peso a la habilidad de parar la carrera porque me interesa para mi equipo? ¿Y si Leonard Williams se ha comido infinidad de dobles bloqueos y por eso no puede brillar tanto? ¿Y si las responsabilidades de cubrir 2 gaps que tiene Williams le impiden ir alegremente al pass-rush? ¿Y si Williams tiene que jugar todos los snaps de su equipo porque es irremplazable pero Anderson va rotando y puede tener más impacto porque cuando entra está más fresco? Nada de eso se tiene en cuenta en estas calificaciones. Pero que no, que Henry Anderson es mejor que Leonard Williams porque nuestros números lo dicen bien claro. Pues si ellos lo dicen, digo yo que será así. Igual que seguro que también son buenísimos otros «protegidos» suyos como Garry Peters o Troy Hill, aunque el primero fuera cortado por los Panthers el 30 de julio (¡antes de empezar la preseason!) y el segundo fuera cortado por los Bengals al reducir la plantilla a 53 jugadores (aunque Hill almenos está en el practice squad). Vamos, que igual su sistema de evaluación no es tan infalible como ellos mismos nos quieren hacer ver, y quizá no deberíamos fiarnos a ciegas de cómo rinden sus jugadores favoritos y no tan favoritos. Quizá.
Pero lo he dicho al principio. Esto es lo que ha dado de sí Pro Football Focus hasta esta temporada porque esta etapa de las notas positivas y negativas se acabó. A partir de ahora estas calificaciones tan detalladas a los que nos han tenido acostumbrados darán paso a una única nota de tipo Madden (o sea, de 0 a 100) y los usuarios nos tendremos que apañar con eso. A priori, y con perdón, vaya mierda. Como aficionado a la NFL yo quiero poder disponer de esa información para hacer mis análisis y sacar mis conclusiones, en cualquier caso ya valoraré yo si quiero pagar por ella o qué quiero hacer con ella cuando la tenga. Pero claro, viendo que con cuatro datos a cualquiera le podía entrar la tentación de afirmar cosas con total seguridad habiendo visto lo justo, quizá no haya sido tan mala idea restringir los datos a los que podemos acceder. O dicho de otra manera, quizá sí que es verdad que PFF nos daba demasiada información. Ahora bien, eso de no dar la información no significa que no la obtengan porque según dicen el trabajo se va a seguir haciendo, con lo cual quizá nosotros no podamos saber mucho mediante las calificaciones pero ellos sí que podrán. Por lo tanto, con este cambio puede que los aficionados se relajen un poco a la hora de tomarse los datos de PFF como verdades inequívocas, pero tengo más dudas sobre si dentro de la propia empresa seguirán por el mismo camino de superioridad. Espero sinceramente que suavicen un poco el tono porque, tal y como están ahora, ya le estoy empezando a pillar tirria al proyecto. Y no sólo es algo que no me gusta sino que es algo que me da hasta rabia, porque un proyecto tan extraordinario como este, que requiere tanto trabajo y que ayuda tanto al aficionado de la NFL, no merece que absolutamente nadie le coja ni un poquito de manía.