¿Qué, preparados para la última entrega de este análisis? Va, no me alargo con la introducción que luego el artículo se hace interminable. Eso sí, que sepáis que os sigo animando a que comentéis todo esto, tanto lo que digo ahora como lo que dije hace tiempo. Que además hoy hay material de sobras, no puede haber excusas.
NFC South
Atlanta Falcons
Ronda 1, Pick 6 (6): Julio Jones (WR, Alabama)
Ronda 3, Pick 27 (91): Akeem Dent (LB, Georgia)
Ronda 5, Pick 27 (158): Jacquizz Rodgers (RB, Oregon State)
Ronda 6, Pick 27 (192): Matt Bosher (P, Miami)
Ronda 7, Pick 7 (210): Andrew Jackson (OG, Fresno State)
Ronda 7, Pick 27 (230): Cliff Matthews (DE, South Carolina)
Aunque no sea uno de los equipos más famosos por ello, los Falcons son un equipo que suele mantener en su plantilla a los jugadores elegidos en el draft durante un tiempo razonable. De hecho, de este draft de seis jugadores hay cinco que aún pertenecen al equipo. Pero no es oro todo lo que reluce. Sí, Jones ha tenido un rendimiento mejor de lo esperado en la NFL (quizá no mejor, pero sí más regular) y se ha consolidado como uno de los mejores jugadores en su posición, pero los Falcons tuvieron que dar una montaña de rondas para conseguirle elegir (concretamente dos primeras, una segunda y dos cuartas) y privarte de elegir a tantos jugadores siempre es peligroso. Es peligroso porque si se lesiona el jugador en cuestión por el que has dado hasta las joyas de la bisabuela puede que el equipo se vea especialmente perjudicado (sinó que se lo cuenten a los fans de los Redskins), de hecho es muy posible que una de las principales claves de la mala temporada de los Falcons haya sido que Julio Jones se haya perdido más de dos tercios de temporada. Pero también es peligroso porque, al renunciar a tantas elecciones, hay que tener mucho atino con los pocos picks que quedan. Y no fue el caso. Akeem Dent nunca se puedo hacer un hueco como titular en el que probablemente sea el peor cuerpo de linebackers de toda la liga, Jacquizz Rodgers es un buen corredor pero parece que está destinado a tener siempre un rol secundario a la sombra de un runningback más potente (más por culpa del estilo de juego y por incapacidad del staff para sacarle el máximo partido que no por sus propias habilidades) y Cliff Matthews es un jugador que tan sólo entra en rotación. Y luego está Matt Bosher. Que sí, que es el punter titular del equipo y su rendimiento es bastante bueno, pero es que es un punter. Si sabes que vas algo corto de picks no puedes ir de sobrado y permitirte el lujo de gastar uno de ellos en un punter, por muy bueno que sea. En fin, que esperemos que Jones siga rindiendo a este nivel durante muchos años para que este draft (y posiblemente el siguiente) hayan valido la pena.
Carolina Panthers
Ronda 1, Pick 1 (1): Cam Newton (QB, Auburn)
Ronda 3, Pick 1 (65): Terrell McClain (DT, South Florida)
Ronda 3, Pick 33 (97): Sione Fua (DT, Stanford)
Ronda 4, Pick 1 (98): Brandon Hogan (CB, West Virginia)
Ronda 5, Pick 1 (132): Kealoha Pilares (WR, Hawaii)
Ronda 6, Pick 1 (166): Lawrence Wilson (LB, Connecticut)
Ronda 6, Pick 38 (203): Zachary Williams (C, Washington State)
Ronda 7, Pick 41 (244): Lee Ziemba (OT, Auburn)
A ver, antes de partirnos el puto culo con la mierda de análisis que hice hace tres años tengo que alegar que lo que dije no iba tan tan desencaminado. Al menos parcialmente. Decía en su momento que no me gustaba nada el pick de Cam Newton porque iba a reclamar su cuota de protagonismo, y eso iba a destrozar un backfield que prometía ser bastante bueno. Eh, y ahí llevaba razón. Desde la elección de Newton, DeAngelo Williams ha asomado la cabeza muy de vez en cuando pero ya no es para nada uno de los corredores más destacados de la liga, mientras que Jonathan Stewart, entre lesiones y poquísimas oportunidades, ya parece que pinta bastante poco en el backfield de los Panthers. El problema vino a la hora de juzgar al propio Cam Newton. No pintaba bien, para nada, especialmente todo lo que se refería a su juego de pase ofrecía unas dudas espeluznantes y de ahí mis comentarios extremadamente negativos. Pero ya lo he dicho varias veces a lo largo de esta serie de artículos, analizar la elección en sí tan sólo representa la mitad del análisis, la otra mitad es el desarrollo del propio jugador. Y esta mitad ha sido tan excepcional que ha compensado con creces las dudas que podía ofrecer la primera. Newton ya mejoró su técnica de pase de forma drástica entre el draft y el inicio de esa temporada, dando muestras de que igual el pick no iba a ser tan malo, pero ese fue sólo el primer paso de su evolución. A lo largo de estos tres años, gracias tanto a su propio trabajo como a la manera en que Ron Rivera y su staff le han desarrollado, Newton se ha convertido en mucho más que un tío grande que corre y pasa un poco de vez en cuando, Newton es el jugador franquícia de los Panthers y uno de los mejores quarterbacks de la NFL. El resto del draft fue bastante triste, tan sólo Pilares sigue en el equipo y quizá más por estar en un cuerpo de receptores con poco talento que no por méritos propios, el resto es que ya ni se les ve. La dupla que formaban McClain y Fua tuvo que ser sustituida al cabo de dos años por Lotulelei y Short debido a su gran ineficiencia (creo que han salido ganando con el cambio), Hogan anda por la CFL y Williams por la AFL. Y luego está Ziemba, ese jugador que tenía que tener una carrera mejor que la de Cameron Newton, pues es miembro del practice squad de los Colts. Almenos sigue en la liga, ya es algo, pero es que manda cojones, si un jugador sale el primero y el otro sale en séptima ronda hay que ser tonto del culo para hacer semejante afirmación. En fin, la lección está aprendida para próximos análisis. Y en lo que al draft se refiere, sí que es verdad que analizar el resto de draft es bastante deprimente, pero el extraordinario trabajo de desarrollo que se ha hecho con Cam Newton ha sido más que admirable.
New Orleans Saints
Ronda 1, Pick 24 (24): Cameron Jordan (DE, California)
Ronda 1, Pick 28 (28): Mark Ingram (RB, Alabama)
Ronda 3, Pick 8 (72): Martez Wilson (LB, Illinois)
Ronda 3, Pick 24 (88): Johnny Patrick (CB, Louisville)
Ronda 7, Pick 23 (226): Greg Romeus (DE, Pittsburgh)
Ronda 7, Pick 40 (243): Nate Bussey (LB, Illinois)
Normalmente lo normal en un draft es ir de más a menos, puesto que los jugadores de primera ronda suelen ser mejores que los que vienen en las rondas siguientes (aunque uno tenga momentos de lucidez como el explicado en el párrafo de arriba). Este draft de los Saints entraría dentro de esta categoría, pero muy a lo bestia. El primer pick es extraordinario, ya pintaba bastante bien el día del draft pero es que hoy en día Cameron Jordan es uno de los jugadores más dominantes de la liga desde su posición y le ha proporcionado a los Saints una pieza sobre la que construir esa defensa que nunca acaba de estar al nivel de su ataque. Después tendríamos el pick de Mark Ingram, pick en el que hay que comentar dos cosas diferentes. La primera es que nadie sobre la faz de la Tierra es capaz de explicar qué ha pasado para que el que entonces era el ganador del Heisman y el mejor prospecto de corredor del draft haya rendido tan mal en los Saints; el pick parecía excelente en su día pero lo cierto es que el jugador ha dado muy pocos momentos de brillantez a su equipo. Sinceramente, no me explico que gente salida como de la nada haya tenido mejor rendimiento que Ingram en el backfield de los Saints pero lo que está claro es que el pick no es bueno. Y aquí es donde viene el otro punto del que quería hablar. Si Ingram ha perdido carreras en favor de gente como Chris Ivory, Khiry Robinson y otros por el estilo y el rendimiento ha sido probablemente mejor, ¿qué sentido tiene usar un pick de primera ronda en un corredor que no sea claramente una superestrella? Ya os lo digo yo. Ninguno. Dentro de la complejidad del football, la posición de runningback es la más sencilla de todas, cualquier corredor más o menos preparado puede coger el balón y correr por el espacio que vea, haya salido en primera ronda, en segunda o en la última. Y obviamente, menos sentido tiene aún subir en el draft dando una primera ronda del año siguiente para conseguir a un runningback, pero todo esto yo hace tres años y, por supuesto, los Saints tampoco eran demasiado conscientes de ello. Pero aún así, Mark Ingram sigue en el equipo e incluso podemos decir que encara una temporada que puede ser importante para relanzar su carrera, el resto de jugadores ni han aportado demasiado ni siguen en el equipo a día de hoy. Sí, ninguno, porque a pesar de que hubo picks que parecieron excelentes en su día (como el de Martez Wilson o el de Greg Romeus) todos los jugadores han acabado siendo cortados por New Orleans. Un poco lo mismo que los Falcons, si se tienen pocos picks por culpa de un trade hay que acertar mucho en esas pocas elecciones, y los Saints no sólo no acertaron sino que fallaron explícitamente en la gran mayoría de ellas. Total, una especie de ecuación tipo y=1/x en la que la calidad del pick empieza muy arriba y tiende a ser cero a medida que van pasando las rondas. Quizá algo así sí sea lo normal, pero lo suyo habría sido retrasar esta caída inevitable en calidad lo máximo posible, no que a partir del tercer pick realizado ya no haya ningún tipo de rendimiento para el equipo. Sí, la elección de Cameron Jordan está muy bien, pero hay que pedirles más.
Tampa Bay Buccaneers
Ronda 1, Pick 20 (20): Adrian Clayborn (DE, Iowa)
Ronda 2, Pick 19 (51): Da’Quan Bowers (DE, Clemson)
Ronda 3, Pick 20 (84): Mason Foster (LB, Washington)
Ronda 4, Pick 19 (116): Luke Stocker (TE, Tennessee)
Ronda 5, Pick 20 (151): Ahmad Black (S, Florida)
Ronda 6, Pick 22 (187): Allen Bradford (RB, USC)
Ronda 7, Pick 19 (222): Anthony Gaitor (CB, Florida International)
Ronda 7, Pick 35 (238): Daniel Hardy (TE, Idaho)
La gran necesidad de los Buccaneers cuando afrontaron el draft de 2011 era la de solucionar sus graves problemas de pass-rush y para ello eligieron a dos defensive ends en sus dos primeras elecciones en lo que parecían ser dos picks tirando a buenos. Tres años más tarde, los Buccaneers han tenido que fichar a Michael Johnson para apuntalar el pass-rush exterior. Y es que viéndolo en perspectiva, ninguno de los dos ends seleccionados ha dado los frutos que en Tampa Bay esperaban obtener. De los dos picks el mejor es Clayborn, un prospecto quizá no muy convincente en su día pero que parecía que iba a asegurar buenos números, con el tiempo hemos visto a un jugador que en realidad nunca se ha prodigado demasiado a la hora de conseguir sacks sino que ha servido más bien para defender contra la carrera. Los Buccaneers pueden decir que han aprovechado el pick, pero no creo que digan que este rendimiento es el que esperaban de Clayborn. Y por el otro lado, Tampa Bay arriesgó eligiendo a Da’Quan Bowers puesto que había serias preocupaciones respecto a la grave lesión que sufrió por aquellos entonces pero sabiendo que un Bowers sano garantizaría sacks a mansalva. Pues va a ser que tampoco. A pesar de que no se ha perdido muchos partidos, lo cierto es que Bowers ni ha tenido demasiadas oportunidades para brillar ni las ha aprovechado cuando ha salido a jugar; su total de 5.5 sacks en el cómputo global de los tres años (en los que ha participado en un total de 39 encuentros) dicen bastante de lo poco que ha aportado al equipo. El que sí ha salido bastante mejor es el pick de Mason Foster, uno de los picks de tercera ronda que más me gustó en su momento; Foster ha ocupado posición de linebacker titular desde el primer día y no sólo ha conseguido un número muy aceptable de placajes en cada una de las tres temporadas que lleva allí sino que se está convirtiendo en un jugador completo, capaz de entrar al blitz o de caer en cobertura con la misma eficacia. Quizá no destaca porque juega al lado de Lavonte David, pero eso no debe esconder que Foster es, de largo, el mejor pick de este draft. Y afirmo esto categóricamente porque en los picks posteriores se puede aprovechar muy poquita cosa. Luke Stocker y Anthony Gaitor siguen en el equipo pero aportando exageradamente poquito (especialmente el segundo) mientras que el resto ya no siguen ahí. Sorprende en el caso de Ahmad Black, jugador al que cortaron de forma algo incomprensible después de ser una buena elección en su día y de tener un 2012 bastante apañado, pero no sorprende ni en el caso de Allen Bradford ni, especialmente, en el caso de un Daniel Hardy de quien ya escribí que su futuro no parecía demasiado prometedor (y esta vez sí acerté, por fin) . Cinco en plantilla y dos de ellos titulares pero ninguna superestrella, no es que sea un draft explícitamente malo pero se me queda algo corto, aunque viendo lo que hicieron sus compañeros de división igual casi fue de los mejores en lo que refiere a cantidad de elecciones aprovechadas.
NFC West
Arizona Cardinals
Ronda 1, Pick 5 (5): Patrick Peterson (CB, LSU)
Ronda 2, Pick 6 (38): Ryan Williams (RB, Virginia Tech)
Ronda 3, Pick 5 (69): Rob Housler (TE, Florida Atlantic)
Ronda 4, Pick 6 (103): Sam Acho (LB, Texas)
Ronda 5, Pick 5 (136): Anthony Sherman (RB, Connecticut)
Ronda 6, Pick 6 (171): Quan Sturdivant (LB, North Carolina)
Ronda 6, Pick 19 (184): David Carter (DE, UCLA)
Ronda 7, Pick 46 (249): DeMarco Sampson (WR, San Diego State)
Patrick Peterson señores, no creo que haga falta decir nada más. Cierto que no necesitaban un cornerback en esos momentos, pero cuando está disponible un jugador tan bueno el hecho de que un equipo opte por seleccionar según BPA (best player available) pasando olímpicamente de sus necesidades es perfectamente comprensible. Y la estrategia suele salir bien. ¿O acaso hay alguien que, sin maldad, preferiría que los Cardinals hubieran drafteado a cualquier otro jugador en una posición que en ese momento podría haber sido más importante reforzar? Pues claro que no. Peterson ha demostrado ser exactamente el jugador que apuntaba ser cuando salió de college y ante ello no cabe más que aplaudir y desear que, por el bien del espectáculo, siga a este nivel durante muchos años. También entran en la categoría de buenos picks el de Rob Housler, gracias en parte a que los esquemas de ataque de Arizona se han modernizado y cuentan más con la figura del tight end (algo que me preocupaba bastante en su momento), y el de Sam Acho, un robo bastante interesante el día del draft que ha rendido a un nivel muy correcto siempre que las lesiones le han respetado. En el otro lado de la balanza, pues están el resto de picks. El que más pesa en este lado es claramente Ryan Williams, un pick horroroso en su día puesto que ni era una necesidad del equipo (más bien al contrario) ni era un prospecto extraordinario de esos que no se pueden dejar pasar y que, por si eso fuera poco, ha estado lesionado un durante dos temporadas y media (de las tres que hace que fue seleccionado), lo que le ha permitido disputar un total de 5 partidos. Aunque en Arizona parece que siguen queriendo agarrarse a este pick por si aún pueden aprovecharlo, parece que el hambre se junta con las ganas de comer en este caso y que el pick de Williams no será precisamente el mejor de la historia de la franquícia. Tampoco podemos decir muchas cosas buenas de otros picks que me gustaron moderadamente en su día, ni Quan Sturdivant ni DeMarco Sampson siguen en el equipo y parece que más por limitaciones de talento que no por tener mucha competencia en el puesto o porque el staff no les supiera usar. Buen ojo que tuve ahí, como ya viene siendo habitual. Para redondear, también fui muy crítico con la elección de un fullback como Anthony Sherman, especialmente teniendo en cuenta las necesidades del equipo en aquella época, pero la verdad es que ni el jugador rindió mal, ni está rindiendo mal en la actualidad en su nuevo equipo, ni Arizona salió demasiado perjudicado puesto que lo acabó traspasando a los Chiefs a cambio del cornerback Javier Arenas. Con lo cual los Cardinals, que en su día parecía que habían hecho un mal draft globalmente, se han quedado con Patrick Peterson, un par de jugadores interesantes y la incógnita aún por resolver de Ryan Williams. Visto así tampoco parece tan malo.
San Francisco 49ers
Ronda 1, Pick 7 (7): Aldon Smith (LB, Missouri)
Ronda 2, Pick 4 (36): Colin Kaepernick (QB, Nevada)
Ronda 3, Pick 16 (80): Chris Culliver (CB, South Carolina)
Ronda 4, Pick 18 (115): Kendall Hunter (RB, Oklahoma State)
Ronda 5, Pick 32 (163): Daniel Kilgore (OG, Appalachian State)
Ronda 6, Pick 17 (182): Ronald Johnson (WR, USC)
Ronda 6, Pick 25 (190): Colin Jones (S, TCU)
Ronda 7, Pick 8 (211): Bruce Miller (DE, UCF)
Ronda 7, Pick 36 (239): Mike Person (OT, Montana State)
Ronda 7, Pick 47 (250): Curtis Holcomb (CB, Florida A&M)
Empieza el análisis y lo primero que nos encontramos es un muy elocuente «Eligieron: Aldon Smith, Debieron elegir: Blaine Gabbert«. A pesar de que luego lo arreglo bastante en el párrafo de explicación, diciendo que el pick es bueno teniendo en cuenta que era una necesidad obvia para los Niners pero que quizá podrían haberlo elegido más tarde y adquirir algún pick adicional en el proceso, todos hemos visto lo que ha sido Aldon Smith y lo que ha sido Blaine Gabbert así que me niego a comentar nada acerca del rendimiento deportivo que podrían haber dado uno y otro. Ahora bien, con vistas a la temporada que viene y quizá a las futuras, Blaine Gabbert estará en la plantilla y Aldon Smith, vistos sus problemas fuera de los terrenos de juego, quién sabe. Tiene pelotas pero diciendo una tontería como un templo es posible que al final la realidad se acabe ajustando a mis recomendaciones de la forma más ridícula posible. Pero lo que está claro es que los Niners tenían un plan, igual que el resto del mundo sabían que tenían que uno de sus mayores problemas era la posición de quarterback y de ahí el pick de Kaepernick en segunda ronda. A pesar de que su adaptación a la NFL ofrecía dudas, tampoco creo que el rendimiento que los Niners han sacado de su nuevo quarterback franquícia tenga que ser puesto debajo de la lupa de este análisis. Aunque a un nivel menos escandaloso que los picks anteriores, también son buenas noticias las elecciones siguientes. Chris Culliver es un cornerback que ha jugado con bastante regularidad a lo largo de estos tres años, aunque también es verdad que la de cornerback es actualmente la posición con más margen de mejora en los Niners, Kendall Hunter es un muy buen change-of-pace back que complementa a Frank Gore a la perfección y Daniel Kilgore ha dado un rendimiento bastante decente como jugador de rotación. Pero quizá lo mejor que hicieron en este draft los Niners fue todo lo relacionado con Bruce Miller. Miller era un defensive end en college, bastante bueno por cierto, pero al no encontrar acomodo en los Niners en esa posición fue reconvertido a fullback. Y vaya fullback. Increíble trabajo de identificación del talento y, posteriormente, de trabajo con el propio jugador para que se convierta en el gran jugador que es ahora. Seis jugadores en total son los que sacaron los Niners de este draft, algunos de ellos extraordinariamente importantes para el equipo, uno de los mejores drafts de toda la NFL sin duda.
Seattle Seahawks
Ronda 1, Pick 25 (25): James Carpenter (OT, Alabama)
Ronda 3, Pick 11 (75): John Moffitt (OG, Wisconsin)
Ronda 4, Pick 2 (99): KJ Wright (LB, Mississippi State)
Ronda 4, Pick 10 (107): Kris Durham (WR, Georgia)
Ronda 5, Pick 23 (154): Richard Sherman (CB, Stanford)
Ronda 5, Pick 25 (156): Mark LeGree (S, Appalachian State)
Ronda 6, Pick 8 (173): Byron Maxwell (CB, Clemson)
Ronda 7, Pick 2 (205): Lazarius Levingston (DE, LSU)
Ronda 7, Pick 39 (242): Malcolm Smith (LB, USC)
Muchas ganas había de hablar de este draft. Tiene que ser el draft peor analizado de la historia, no tanto porque las opiniones vertidas en su momento estuvieran en las antípodas de lo que ha pasado en la realidad sino porque ninguno de los jugadores realmente importantes fue analizado. Sí, como lo oyen. ¿Que quién está analizado? Pues por ejemplo encontramos a James Carpenter. Carpenter fue un pick totalmente sorprendente en su día, se esperaba que fuera un tackle estratosférico que pudiera desplazar a Russell Okung a la derecha, pero pronto los Seahawks se dieron cuenta del error de planificación cometido porque el jugador la verdad es que no daba para mucho, y no es que tuvieran que desplazar a Carpenter a la derecha sino que lo tuvieron que desplazar hacia adentro, a la posición de guardia. Y la verdad es que allí está rindiendo bastante bien, sigue siendo el guardia izquierdo titular del equipo, pero su rendimiento dista mucho del que se podría esperar del tackle franquícia que se suponía que estaban drafteando. ¿Qué otro pick destaqué en su día? El pick de John Moffitt, un pick que definí como el sleeper de la tercera ronda. Un jugador que tenía potencial de ser Pro-Bowler según algunos iluminados pero que a la hora de la verdad ha tenido potencial para hacer de reportero improvisado dentro del propio vestuario de los Seahawks. Quizá desplazado por el propio Carpenter, que recordemos que tuvo que moverse a guardia, pero Moffitt pronto estuvo fuera del equipo y nunca estuvo a la altura de lo que podíamos esperar de él. ¿Algún otro pick destacable? Sí, el de Kris Durham. Destacado negativamente, y efectivamente no duró mucho en el equipo (un año y poquito), pero hablé de él. ¿De quién más hablé? De nadie más. En un draft donde los Seahawks sacan por este orden a KJ Wright, a Richard Sherman, a Byron Maxwell y al actual MVP de la Superbowl Malcolm Smith, yo no hablé de ninguno de ellos. Ninguno de ellos destacaba en el momento de ser drafteado. KJ Wright era un linebacker normalito, Richard Sherman era un cornerback que no hacía mucho que había dejado de ser receptor, Byron Maxwell era incluso menos conocido y Malcolm Smith parecía un pick de esos de no saber ni qué hacer con la séptima ronda. Ahora mismo son cuatro piezas fundamentales para entender el éxito actual de los Seattle Seahawks, y uno de ellos es probablemente el mejor jugador defensivo de toda la liga. Y esto lo que nos demuestra es lo poco fiables que son los análisis post-draft, todo el proceso de evolución de jugadores no se puede analizar porque no se ha producido aún, y esto es un claro ejemplo de que un extraordinario desarrollo puede dar lugar a extraordinarios jugadores. Quizá los picks no fueron demasiado espectaculares en su día, pero si juntamos elecciones y entrenamiento, este draft es la base de esta última Superbowl conseguida por los Seahawks (junto con el draft anterior). Aunque se fallara en las primeras rondas una calificación de excelente se queda muy corta.
St. Louis Rams
Ronda 1, Pick 14 (14): Robert Quinn (DE, North Carolina)
Ronda 2, Pick 15 (47): Lance Kendricks (TE, Wisconsin)
Ronda 3, Pick 14 (78): Austin Pettis (WR, Boise State)
Ronda 4, Pick 15 (112): Greg Salas (WR, Hawaii)
Ronda 5, Pick 27 (158): Jermale Hines (S, Ohio State)
Ronda 7, Pick 13 (216): Mikail Baker (CB, Baylor)
Ronda 7, Pick 25 (228): Jabara Williams (LB, Stephen F. Austin)
Ronda 7, Pick 26 (229): Jonathan Nelson (S, Oklahoma)
¿Os acordáis del draft de los Saints? Sí, ese que está un poco más arriba y que empezaba con un nivel de calidad muy alto pero que enseguida disminuía de forma drástica para mantenerse en un nivel cercano al cero a medida que iban pasando las rondas. Pues bien, este draft de los Rams es prácticamente idéntico al de New Orleans. Empezamos en lo más alto. A pesar de que no es un nombre extraordinariamente famoso (algo bastante injusto por cierto), Robert Quinn es sin duda uno de los mejores edge-rushers en una defensa 4-3 de toda la NFL, por no decir el mejor. O si no, a ver cómo me explicáis los 19 sacks y 7 fumbles forzados que se ha cascado él solito durante esta temporada. A pesar de las dudas que ofrecía tanto su situación legal como su estado de salud, nadie dudaba de su talento en el día del draft y por eso fue muy razonable que los Rams apostaran por él, pero lo que nadie esperaba es que Quinn se convirtiera en el pedazo de jugador que es en la actualidad. Un pick a la altura de los 5 mejores de este draft, y eso es decir mucho. Ahora bien, lamentablemente para St. Louis aquí se acabaron las alegrías de este draft. A pesar de necesitar un tight end de forma urgente, la elección de Lance Kendricks nunca ha acabado de convencer a nadie; es un jugador que no rinde de forma regular al nivel esperado y que está relegado a ver muy pocos targets en cada partido. Algo parecido le pasa a Austin Pettis. A pesar de que, como Kendricks, aún sigue en el equipo en posiciones más o menos destacadas del depth chart, nunca ha sido un jugador destacado en un cuerpo de receptores que nunca se ha caracterizado por ser de los más fuertes de la liga. O sea que a pesar de tener , a jugadores elegidos tan arriba se les debería exigir un poco más que eso. Pero es que claro, si lo comparamos con lo que viene luego, los picks de Kendricks y Pettis son gloriosos. Porque no, ninguno de los jugadores restantes sigue en la plantilla de los Rams; especialmente interesante es el caso de Jermale Hines, un pick que ya pintaba mal cuando fue elegido y que logró ser cortado un total de cuatro veces en poco más de un año, no sé si es algún tipo de récord pero es algo que no está al alcance de cualquiera. Vamos, que este draft es Quinn y muy poquito más, mucho y a la vez muy poco. Lo de siempre, nunca podemos menospreciar un draft de donde un equipo saca una estrella de la liga pero eso no significa que a una gerencia se le pueda exigir mucho más en picks no tan «fáciles» como los de primera ronda.
Aquí termina mi análisis del draft de 2011, combinado con el análisis de mis propios comentarios justo después de producirse dicho draft. Y yo no sé si estaréis de acuerdo con mis opiniones y valoraciones, pero en el fondo esto da un poco igual porque a cada uno le gustan cosas distintas. Pero sí que creo y espero que a todos nos haya quedado clara una cosa: los análisis post-draft son poco más que monedas al aire, algo que nos permite valorar elecciones en función del draft board y necesidades del momento pero que nunca nos debe permitir hacer comentarios categóricos acerca del futuro de los jugadores elegidos. Porque ya hemos visto que la elección de un jugador es sólo la primera parte de un proceso bastante más largo que consiste en convertir al prospecto elegido en un jugador de la NFL. Y eso sólo lo podremos ver con la perspectiva que proporcionan varios años de espera.
Y por si os lo preguntáis, sí, voy a seguir haciendo análisis post-draft, porque tengo un pequeño General Manager dentro que me gusta que asome la cabeza de vez en cuando y no puedo reprimirme decir si tal jugador debería haber sido seleccionado 4 rondas más tarde o si tal equipo ha pillado un kicker cuando necesitaba urgentemente un long snapper. Pero si por lo que sea juzgo el devenir de jugadores concretos ni se os ocurra tomarme muy en serio, que ya habéis visto que he fallado más que una escopeta de feria, y en caso de que falle dentro de tres años quizá siga estando ahí para sacar esos artículos a relucir y reirme de mis propias cagadas. Y espero que vosotros también estéis ahí para leerlo.