No creo que haga falta alargarme mucho con introducciones que no llevan a ningún lado, todos sabemos lo que hay y todos sabemos a lo que hemos venido. Aunque una cosa sí que me gustaría comentar antes de empezar, y es que la verdad es que pensaba que el tema de hacer los análisis de mis propios análisis iba a causar más revuelo. Vista la cantidad de aciertos en mi casillero esperaba una lluvia de alabanzas sin precedente. No, espera, creo que iba al revés, creo que no acerté casi nada. En fin, creo que unas risas si que podríamos echarnos todos juntos ya veréis como alguna encontramos con lo que partirnos la caja. Seguimos con esto entonces, ¿no?
AFC South
Houston Texans
Ronda 1, Pick 11 (11): JJ Watt (DE, Wisconsin)
Ronda 2, Pick 10 (42): Brooks Reed (LB, Arizona)
Ronda 2, Pick 28 (60): Brandon Harris (CB, Miami)
Ronda 4, Pick 30 (127): Rashad Carmichael (CB, Virginia Tech)
Ronda 5, Pick 13 (144): Shiloh Keo (S, Idaho)
Ronda 5, Pick 21 (152): TJ Yates (QB, North Carolina)
Ronda 7, Pick 11 (214): Derek Newton (OT, Arkansas State)
Ronda 7, Pick 51 (254): Cheta Ozougwu (DE, Rice)
Ya me ponía medallas a la hora de analizar el pick de JJ Watt hace tres años, como para no ponérmelas ahora. No tanto por lo que ha acabado siendo el pick, porque era totalmente inimaginable que Watt se fuera a convertir en el jugador estratosférico que es ahora, sino porque le tenía previsto antes de que sucediera y porque creo que les ha ido relativamente bien con el pick. Que sí, que en esos momentos habría preferido a Amukamara (tampoco es que sea un jugador malo precisamente), pero daba la sensación de que el pick cuadraba. Y los resultados hablan por sí solos. Pero aquí se acaban las alegrías, tanto para mí como para los Texans si apuramos. Brooks Reed pintaba a otro pick espectacular para Houston, y así lo dejé dicho en su día, pero a pesar de no haber sido explícitamente malo lo cierto es que nunca ha estado a la altura de lo que todos esperábamos de él, ni en su faceta de rusher secundario detrás de Mario Williams y Connor Barwin ni en su faceta de rusher principal del equipo. Una cosa bastante parecida podemos decir de Brandon Harris, pero muchísimo más a lo bestia. El día del draft Harris parecía un buen pick, algunos párrafos más abajo de la explicación de Brooks Reed lo digo también, pero si Brooks Reed decíamos que no había sido explícitamente malo creo que Harris sí lo ha sido. Sigue en plantilla e incluso algunos le proyectan como titular para la próxima temporada, pero es una decepción como la copa de un pino; sus cero intercepciones desde que llegó a la liga creo que dan fe de lo poco que ha rendido desde que fue elegido. Otros dos jugadores elegidos en este draft también siguen en plantilla, quizá son la otra nota positiva de este draft. Uno es Shiloh Keo, un jugador que aunque no se ha convertido en el Troy Polamalu de nuestra época como algún iluminado vaticinó, se ha convertido en un safety bastante apañado especialmente si tenemos en cuenta la quinta ronda en la que fue seleccionado; el otro es Derek Newton, el tackle derecho titular, un jugador en quien nadie confiaba demasiado pero que se ha acoplado perfectamente al sistema de bloqueo en zona que practican los Texans. Rashad Carmichael podía haber ayudado también a la causa, pero fue cortado y ahora juega en rotación en los Eagles. Y TJ Yates, cuando tuvo que dar la cara la dio, y luego ha desaparecido incomprensiblemente del panorama. En resumen, cinco titulares y un suplente, que eso está francamente bien, pero muchos de ellos reguleros o incluso decepcionantes. Aunque JJ Watt lo compensa todo un poco, la verdad.
Indianapolis Colts
Ronda 1, Pick 22 (22): Anthony Castonzo (OT, Boston College)
Ronda 2, Pick 17 (49): Ben Ijalana (OG, Villanova)
Ronda 3, Pick 23 (87): Drake Nevis (DT, LSU)
Ronda 4, Pick 22 (119): Delone Carter (RB, Syracuse)
Ronda 6, Pick 23 (188): Chris Rucker (CB, Michigan State)
Partir de cinco picks en un draft entero no es ninguna maravilla, pero si se da esa cirrcunstancia lo suyo sería acertar en ellos. De estos cinco jugadores que vemos aquí arriba, un escalofriante total de uno siguen en la plantilla de los Indianapolis Colts. La buena noticia para los Colts es que ese jugador es Anthony Castonzo, el pick de primera ronda y un jugador muy importante para la franquícia de Indianapolis. Y ya se veía venir. Fuera una exigencia de Peyton Manning, que en esos momentos estaba empezando su calvario con la sucesión de operaciones de cuello y quería mejorar su protección por si acaso (pero aún no sabía que se iba a perder la temporada entera y que nunca más vestiría la camiseta de los Colts dentro del campo), o fuera simplemente porque era el mejor jugador disponible, el caso es que los Colts acertaron de lleno con el pick de Castonzo. Y teniendo en cuenta el pick de Andrew Luck en el año siguiente, parece ser que Indianapolis tiene sentadas las bases de su juego de pase para muchísimo tiempo. Pero es que este draft es Castonzo y ya está. Ben Ijalana ha estado muy castigado por las lesiones (dos roturas de ACL) y al final los Colts acabaron por rescindir su contrato, no sabíamos si se iba a poder adaptar a la NFL pero lo cierto es que nunca pudo rendir a su nivel. Ni a ningún nivel en absoluto, para qué nos vamos a engañar. Drake Nevis y Delone Carter pasaron sin pena ni gloria por el equipo, uno no aprovechó que era un jugador en una posición necesaria y tuvo que buscarse un sueldo en multitud de equipos y el otro nunca las llegó a tener debido a una competencia extrema en la posición de runningback; ahora ambos militan en los Jacksonville Jaguars. Y Chris Rucker, pues menos aún. En fin, sacar un tackle izquierdo franquícia es de las cosas más importantes que un equipo puede hacer en un draft, pero había que hacer un mejor trabajo con el resto de picks, especialmente si tenemos en cuenta que entre ellos había picks relativamente altos (como una segunda y una tercera ronda).
Jacksonville Jaguars
Ronda 1, Pick 10 (10): Blaine Gabbert (QB, Missouri)
Ronda 3, Pick 12 (76): Will Rackley (OG, Lehigh)
Ronda 4, Pick 17 (114): Cecil Shorts III (WR, Mount Union)
Ronda 4, Pick 24 (121): Chris Prosinski (S, Wyoming)
Ronda 5, Pick 16 (147): Rod Issac (CB, Middle Tennessee)
¿Qué decíamos de los cinco picks y de lo importante que es acertar cuando se da esa situación? Pues a nivel de número de jugadores los Jaguars lo hicieron mejor de los Colts puesto que de esa lista de jugadores aún hay tres que militan en los Jaguars y ha habido otro al que han conseguido vender por un pick de draft. Eso si lo miramos por el lado bueno. Por el lado malo, es que está Blaine Gabbert. Que sigo convencido en que podría haber sido un mejor quarterback de haber caído en un equipo con un poco más de talento y se le hubiera hecho crecer de otra manera. Pero la realidad es la que es: Blaine Gabbert ha estado a las antípodas del quarterback franquícia que los Jaguars pensaban que estaban drafteando, y al final como mal menor han podido venderlo a los Niners por una sexta ronda de draft. Una primera y una segunda ronda, porque recordemos que subieron a buscar a Gabbert, y lo único que queda al final es una sexta. Sin palabras. Pero pese al desastre de Gabbert, el resto del draft en el fondo tampoco está tan mal. Por ejemplo, Will Rackley es un línea de ataque titular del que ya se intuía que podía dar algo que hablar a pesar de ser un jugador bastante desconocido mientras que Chris Prosinski es un buen jugador suplente y de equipos especiales, ambas piezas han sido aprovechadas en su medida. Pero si con alguien nos tenemos que quedar de este draft debe ser sin duda Cecil Shorts. Que sí, entre Prosinski y Cecil Shorts tienen probablemente la pareja de nombres más chistosa y con poca tendencia a que nos los tomemos en serio de la historia del draft, algo que ya me encargué de dejar claro cuando analicé el draft en su día, pero más allá de las risas fáciles la verdad es que hay que decir que el rendimiento de Shorts ha sido altamente sorprendente para bien. A pesar de la situación del quarterback, a pesar de que el equipo ha intentado hacerse con otros jugadores con más caché en su mismo puesto, Shorts siempre ha dado la talla y se ha mantenido como una de las mejores armas ofensivas de los Jaguars, sino la que más. Muy buen pick de los Jaguars, éste sí. La pena es que Gabbert empaña un draft que podría haber dejado mejores sensaciones de haber aprovechado ese pick, esos dos picks mejor dicho. Ah, y que Rod Issac, actualmente jugando en la Arena Football League, fue seleccionado y nadie supo muy bien porqué. Y siete picks más tarde los Seahawks seleccionaron a un tal Richard Sherman. Ouch.
Tennessee Titans
Ronda 1, Pick 8 (8): Jake Locker (QB, Washington)
Ronda 2, Pick 7 (39): Akeem Ayers (LB, UCLA)
Ronda 3, Pick 13 (77): Jurrell Casey (DT, USC)
Ronda 4, Pick 12 (109): Colin McCarthy (LB, Miami)
Ronda 5, Pick 11 (142): Karl Klug (DE, Iowa)
Ronda 6, Pick 10 (175): Byron Stingily (OT, Louisville)
Ronda 7, Pick 9 (212): Zach Clayton (DT, Auburn)
Este draft de los Titans es algo raro. A simple vista parece muy bueno, a la mayoría de fans nos suenan algunos de estos jugadores y los identificamos como buenos, pero la realidad es que quizá haya algo más que eso si rascamos un poquito la superficie. Por supuesto no estoy hablando de Jake Locker, un jugador que tenía graves problemas de puntería, que sigue teniendo graves problemas de puntería, que tengo que reconocer que nunca me ha gustado, que en estos tres años no ha hecho absolutamente nada para hacerme cambiar de opinión (aunque en su defensa hay que decir que las lesiones no le han respetado mucho) y que parece que tres años después ya anda un poquito en la cuerda floja como quarterback titular del equipo. Me refería al resto de draft de los Titans. Por ejemplo, Akeem Ayers parece un pick de segunda ronda muy sólido pero mirando sus números no vemos la regularidad que esperábamos encontrar, Jurrell Casey es uno de los jugadores de referencia en la liga en su posición después de la monstruosidad de temporada que acaba de realizar pero le ha costado muchísimo arrancar, Colin McCarthy empezó muy bien en la liga y se le ha quedado esa fama pero realmente entre lesiones y sustituciones no ha tenido nada de continuidad en su rendimiento e incluso Karl Klug, de quien dije que no tenía pinta de ser más que carne de practice squad, ha tenido épocas en las que ha aportado mucho al equipo a nivel de pass-rush. O dicho de otra manera, aunque la mayoría de picks pueden considerarse como buenos, en realidad se trata de jugadores que sólo han hecho una buena temporada: McCarthy y Klug en 2011, Ayers en 2012 y Casey en 2013 (éstas dos últimas son excepcionales). Y luego está Locker, que lo de las temporadas buenas se le escapa un poco más. Pero en cualquier caso, si en Tennessee logran que todos estos jugadores jueguen simultáneamente a su máximo nivel, este draft puede acabar siendo de los mejores de toda la liga. No parece probable por la trayectoria descendente del rendimiento de la mayoría de estos jugadores, pero si nos tenemos que fiar de las trayectorias puede que en Jurrell Casey eligieran al potencialmente mejor defensive tackle de toda la NFL. Y si fuera así, aunque el resto de picks se quedaran en parches de más o menos calidad, el draft habría valido totalmente la pena.
AFC West
Denver Broncos
Ronda 1, Pick 2 (2): Von Miller (LB, Texas A&M)
Ronda 2, Pick 13 (45): Rahim Moore (S, UCLA)
Ronda 2, Pick 14 (46): Orlando Franklin (OT, Miami)
Ronda 3, Pick 3 (67): Nate Irving (LB, North Carolina State)
Ronda 4, Pick 11 (108): Quinton Carter (S, Oklahoma)
Ronda 4, Pick 32 (129): Julius Thomas (TE, Portland State)
Ronda 6, Pick 24 (189): Mike Mohamed (LB, California)
Ronda 7, Pick 1 (204): Virgil Green (TE, Nevada)
Ronda 7, Pick 44 (247): Jeremy Beal (DE, Oklahoma)
Uno de los eternos problemas de los equipos en los drafts de los últimos años es que eligen a los jugadores sin tener ni idea de a qué juegan o, si lo saben, drafteando jugadores que no encajan en sus sistemas de juego. Sí, estoy de acuerdo, pero a esa frase ahora también quiero añadir que uno de los eternos problemas de la gente que analiza el draft es que a veces subestimamos la capacidad de adaptación de las superestrellas a las nuevas posiciones en las que sus franquicias les hacen jugar. Sí, estoy hablando de Von Miller. En su día no me pareció un pick del todo acertado, no por el jugador en sí sino por cómo iba a encajar en el sistema defensivo de los Broncos, pero estos años hemos visto que Miller es tan bueno que está por encima de todo esto. Sus 35 sacks en estos tres años creo que dejan bastante claro lo buen pick que fue en su día y lo importante que es para esa defensa, aunque muchos se entestaran en no echarle de menos este año en plena vorágine ofensiva de Peyton Manning y compañía. Acierto total. Pero no es el único. Rahim Moore, aunque ha tenido alguna actuación puntual desafortunada (creo que los fans de los Ravens pueden confirmar este extremo), ha sido un safety relativamente bueno que ha ido mejorando con el tiempo y que probablemente siga siendo titular el año que viene al lado del recién llegado TJ Ward. Orlando Franklin es quizá uno de los eslabones más débiles de la línea de ataque de los Broncos, pero al fin y al cabo es un jugador titular en la posición de tackle derecho, una de las más importantes de la línea. Y luego está mi favorito: Julius Thomas. ¿Que por qué digo que es mi favorito? Porque «la típica gerencia liderada por primos que se piensa que todo el mundo es Antonio Gates» me ha dado en toda la boca y ha hecho de Julius Thomas un muy buen tight end. Sí sí, así como suena está puesto, manda cojones con las opiniones del menda. Eso sí, les ha costado lo suyo, que Thomas no apareció prácticamente nada en el ataque de los Broncos durante los dos primeros años de su carrera. Pero esta última temporada demuestra que con paciencia y con un quarterback que sepa encontrarle en las situaciones más favorables, los jugadores con grandes capacidades atléticas siempre pueden acabar brillando en esta liga. Y demuestra otra vez más porqué los análisis serios del draft hay que hacerlos a varios años vista y no tan en caliente. Aparte de esto, que vamos a dejar atrás así disimulando como si no hubiera pasado nunca, hay que destacar los nombres de Nate Irving, que poco a poco se va afianzando en su rol a pesar de que le ha costado encontrar su sitio, Quinton Carter, a quien una grave lesión de rodilla le ha dejado año y medio sin jugar y le ha cortado lo que parecía ser una buena progresión e incluso Virgil Green, quien aporta menos de lo esperado pero de vez en cuando consigue alguna recepción importante. No hay que destacar, en cambio, a un Jeremy Beal que nunca hizo nada en la liga a pesar de que algunos teníamos puestas esperanzas en él. En fin, este draft les deja a los Broncos cuatro titulares (dos jugadores excelentes y dos jugadores sólidos) y algunos jugadores más que han aportado en momentos puntuales. No creo que los fans de Denver se puedan quejar precisamente. Y a nosotros este draft también nos deja una valiosa lección tanto a los que escribimos como a los que leemos los análisis de draft al día siguiente.
Kansas City Chiefs
Ronda 1, Pick 26 (26): Jonathan Baldwin (WR, Pittsburgh)
Ronda 2, Pick 23 (55): Rodney Hudson (C, Florida State)
Ronda 3, Pick 6 (70): Justin Houston (LB, Georgia)
Ronda 3, Pick 22 (86): Allen Bailey (DE, Miami)
Ronda 4, Pick 21 (118): Jalil Brown (CB, Colorado)
Ronda 5, Pick 4 (135): Ricky Stanzi (QB, Iowa)
Ronda 5, Pick 9 (140): Gabe Miller (LB, Oregon State)
Ronda 6, Pick 34 (199): Jerrell Powe (DT, Mississippi)
Ronda 7, Pick 20 (223): Shane Bannon (RB, Yale)
Buf, Jonathan Baldwin. Y pensar que los Chiefs corrieron hacia el podio para aprovechar la guarrada que los Bears le hicieron a los Ravens, no fuera que se les fuera a escapar. Anda que no. El pick de Baldwin ha sido de los que peor resultado ha dado a su equipo dentro de la primera ronda, nunca ha encontrado su rol en el equipo y nunca se ha destapado como ese receptor físicamente dominante que parecía que podía ser en college y que muchos pensábamos que podía ser en la NFL. Aún así, los Chiefs han hecho un buen trabajo al poderlo intercambiar por otro jugador de primera ronda con problemas para rendir en su equipo, AJ Jenkins, a ver si con él pueden obtener un mejor rendimiento. Pick desastroso por el momento, pero menos mal que el draft no termina ahí y que luego mejora sustancialmente. Rodney Hudson es un escándalo de pick, mucho mejor de lo que puede parecer a simple vista, y es que sin hacer mucho ruido Hudson se ha convertido en el mejor línea de ataque de los Chiefs y en uno de los mejores centers de toda la competición. Pero la guinda se la lleva el pick de Justin Houston. Para pocas medallas que me puedo poner teniendo en cuenta mi porcentaje de acierto, sintiéndolo mucho esta sí que me la voy a colgar. Sacado textualmente del artículo de hace tres años: «si se centra (…), Houston puede formar junto a Tamba Hali uno de los dúos de pass-rushers más temibles de toda la NFL«. Vaya, un comentario que me recuerda muchísimo a la realidad actual, realidad en la que Hali y Houston no es que sean uno de los dúos más temibles de la NFL sino que probablemente son los que encabezan ese ranking de parejas de pass-rushers. Sobra decir que la apuesta les ha salido excepcionalmente bien. Del resto, Allen Bailey es el único que sigue en el equipo y, tal y como se podía sospechar, ha seguido siendo incapaz de trasladar sus enormes capacidades atléticas al terreno de juego con lo que se ha tenido que conformar con un rol bastante secundario, especialmente comparado con lo que podría haber sido. El resto de jugadores, perdidos por el camino; Jalil Brown ha pasado por 2 equipos más, Stanzi está en Jacksonville, Gabe Miller va saltando de practice squad en practice squad (ya en su día no tenía pinta de que fuera a tener mucho éxito), Jerrell Powe tuvo momentos pero ha acabado en los Texans después de que los Chiefs le cortaran y recontrataran varias veces y Shane Bannon nunca llegó a pisar el campo en la NFL, y tampoco tiene que extrañarnos. Una gestión de últimas rondas bastante pésima que, sumándole el cataclismo de la primera, hacen que el draft deje mucho que desear. Pese a todo, Hudson y Houston merecen tanto la pena que se les pueden perdonar el resto de picks no aprovechados.
Oakland Raiders
Ronda 2, Pick 16 (48): Stefen Wisniewski (C, Penn State)
Ronda 3, Pick 17 (81): DeMarcus van Dyke (CB, Miami)
Ronda 3, Pick 28 (92): Joseph Barksdale (OT, LSU)
Ronda 4, Pick 16 (113): Chimdi Chekwa (CB, Ohio State)
Ronda 4, Pick 28 (125): Taiwan Jones (RB, Eastern Washington)
Ronda 5, Pick 17 (148): Denarius Moore (WR, Tennessee)
Ronda 6, Pick 16 (181): Richard Gordon (TE, Miami)
Ronda 7, Pick 38 (241): David Ausberry (WR, USC)
Fui muy duro con los Raiders hace tres años. Muchísimo. Pero sinceramente, tras ver la evolución de este grupo de jugadores y lo que aportan actualmente a los Raiders, quizá no iba tan desencaminado. Primero tenemos el presunto caso de nepotismo, el caso de un entrenador de posición que le decía a Al Davis que «oye, que tengo un sobrino que juega a esto, a ver si le podrías hacer un huequecito en el equipo». Podría haber sido perfectamente así en su día, pero con los años Wisniewski ha demostrado que es mucho más que un «sobrino de» (especialmente si tenemos en cuenta que el entrenador ya perdió su puesto de trabajo), Wisniewski es un buen jugador de football que se ha adaptado bien a la NFL y que actualmente es el center titular del equipo. A pesar de las dudas iniciales, ésta es una de las alegrías de este draft. La otra es la elección de Denarius Moore en quinta ronda, un pick muy bueno que les ha dado a los Raiders un receptor titular de garantías, aunque en algún rincón de la cabeza siempre queda esa sensación de que el cuerpo de receptores en Oakland es claramente mejorable y que Moore quizá no sería tan importante después de esa hipotética mejora. Pero es que nos tenemos que agarrar a esos dos picks si queremos ver cosas positivas en este draft porque el resto es que es directamente apocalíptico. Y el mejor ejemplo de la catástrofe lo encontramos en DeMarcus van Dyke. Os emplazo a leer el fragmento extremadamente políticamente incorrecto que le dediqué hace tres años, yo me veo incapaz ahora mismo de añadir nada más. Bueno, sí, que van Dyke duró una temporada en los Raiders. Tampoco es que los siguientes picks fueran gestionados de forma mucho mejor, Barksdale fue cortado en un año y pico por alguna razón francamente complicada de comprender y ahora está jugando relativamente bien en los Rams, Chekwa duró más que van Dyke en el equipo pero tampoco fue un jugador destacado y también ha acabado cortado, Taiwan Jones sigue en el equipo pero le están mareando a base de pasarlo de runningback a cornerback y viceversa y Richard Gordon me devuelve la ilusión para criticar este tipo de picks, porque a veces los prospectos de tight end muy atléticos se convierten en absolutamente nada. En fin, tal y como decía precisamente en el análisis del pick de Wisniewski: «a los Raiders y hay que quererlos tal y como son, no hay que intentar cambiarlos, no hay que intentar entenderlos». Pero joder, si nos dieran algún motivo más para quererlos tampoco estaría mal.
San Diego Chargers
Ronda 1, Pick 18 (18): Corey Liuget (DT, Illinois)
Ronda 2, Pick 18 (50): Marcus Gilchrist (CB, Clemson)
Ronda 2, Pick 29 (61): Jonas Mouton (LB, Michigan)
Ronda 3, Pick 18 (82): Vincent Brown (WR, San Diego State)
Ronda 3, Pick 25 (89): Shareece Wright (CB, USC)
Ronda 6, Pick 18 (183): Jordan Todman (RB, Connecticut)
Ronda 6, Pick 36 (201): Stephen Schilling (OG, Michigan)
Ronda 7, Pick 31 (234): Andrew Gachkar (LB, Missouri)
Estamos delante de uno de los drafts más infravalorados de toda la NFL, por no decir el que más. Y si no, hagamos la prueba. ¿Cuántos de estos jugadores son conocidos? Probablemente sólo Corey Liuget y apurando bastante. ¿Y cuántos de ests jugadores juegan regularmente con los Chargers? Pues diría que cinco. De entre ellos obviamente el más conocido es el ya mencionado Liuget, un jugador que no es uno de los mejores jugadores en su posición pero que tampoco anda demasiado lejos. Aunque lo cierto es que se me escapa una sonrisilla al ver lo que escribí en su día, no porque Liuget sea un mal pick porque no lo es en absoluto, pero si los Chargers hubieran elegido a Prince Amukamara con esa selección tal y como sugerí ahora quizá no tendrían esos problemas en el cornerback que llevan arrastrando prácticamente desde entonces. En cualquier caso es un titular de calidad, tampoco se pueden poner demasiadas pegas al pick. Tampoco creo que haya que cuestionar mucho la elección de Marcus Gilchrist, un jugador cuyo rol ha ido creciendo temporada tras temporada aportando esencialmente desde la posición de safety. Sí, de safety. Porque aunque nos intentaran vender la moto de que es cornerback, hace tiempo que se veía venir cual sería su posición primaria en la NFL. Otro pick que se podría calificar de muy bueno es el de Shareece Wright en cuarta ronda, un auténtico robo encontrar un cornerback titular a estas alturas. Lo que pasa es que no es precisamente el mejor cornerback titular de la NFL y, a la vez, no hay nadie en la plantilla que tenga un nivel parecido, de ahí que los Chargers sigan necesitando mucha ayuda en la posición. También hay que destacar a Vincent Brown, una elección quizá un punto por debajo del resto de picks mencionados pero básicamente por culpa de una grave lesión en 2012 que cortó su progresión, y a Andrew Gachkar, una joya en séptima ronda que se ha convertido en el alma de los equipos especiales en San Diego. Tampoco sería descartable poner en esta lista a Jonas Mouton, básicamente porque el pobre ha estado lesionado durante casi la totalidad de estos tres años con lo que no sabemos realmente si es bueno o no, que tenía la pinta que no mucho, pero es que sinceramente no se puede evaluar a un tío que en total ha jugado tres partidos en tres años. Los que sí podemos descartar es a Jordan Todman, que nuo duró ni un año en San Diego, y a un Stephen Schilling que, aunque estuvo un pequeño periodo de tiempo como titular en su año de rookie, no ha evolucionado como se esperaba y ya no está en el equipo, dejando por los suelos mis pronósticos. En cualquier caso, varios jugadores sin mucho nombre que el equipo está sabiendo aprovechar, un draft típico de los Chargers. No es demasiado vistoso pero sí que suele ser bastante efectivo.
Llevamos la mitad, falta la otra mitad. Uy, qué largo ¿verdad? Que nadie se sulfure, sí que es verdad que puede resultar un poco cansino pero os juro que la próxima mitad es mejor que la que llevamos hecha. Sin ir más lejos, en el próximo capitulo no tendremos más remedio que hablar de Christian Ponder. La cosa promete.