A estas alturas de la vida creo que todos somos lo suficientemente mayorcitos como para saber que lo que cuesta un producto no siempre se corresponde con lo que realmente vale. De hecho, los productos casi siempre cuestan más de lo que valen, y somos nosotros los que tenemos que decidir si queremos pagar lo que cuestan o no queremos hacerlo. Estoy convencido de que todos tendréis algún ejemplo personal de ello; yo en mi caso, debido a mi actual estancia en Bélgica, puedo poner un par de ejemplos particulares que he vivido en primera persona que creo que ayudarán a comprender la situación. A pesar de que sé perfectamente que en el supermercado las cervezas cuestan alrededor de 1,50 euros, he llegado a pagar casi 4 euros por una cerveza en un bar. ¿Por qué? Pues porque me merece la pena; me gusta la cerveza, estoy con mis colegas y, en general, la situación es lo suficientemente adecuada como para querer pagar de más. Ahora bien, si después de tomar unas cervezas queremos ir a cenar, nunca iremos a un restaurante chino. Y no porque no nos guste, aunque su calidad no sea excelente de vez en cuando puede estar bien, sino porque aquí la comida china es extremadamente cara, hasta el punto de que un arroz cantonés puede costar alrededor de 10 euros. ¿10 euros por un plato de arroz tres delicias ligeramente venido a más? Hasta luego. Sintiéndolo mucho por su negocio yo me niego a pagar ese dinero por algo que sé que vale muchísimo menos, y más sabiendo que existen muchas más opciones para cenar. ¿Sabéis ya por qué estoy contando todo esto y por dónde van los tiros? Efectivamente, esta misma teoría se puede aplicar también en la NFL. Y es que si aplicamos esta misma teoría a los ya famosos megacontratos de los quarterbacks, a una franquícia le puede compensar pagar una millonada por su quarterback porque realmente merece la pena hacerlo, pero hay otras franquícias que están haciendo bastante el ridículo pagando el dinero que están pagando por quarterbacks que valen mucho menos. O si nos concentramos en un caso concreto, según estos ejemplos que acabo de poner, Andy Dalton es un claro ejemplo de comida china. Porque, repitiendo textualmente una frase que está escrita un poco más arriba «aunque su calidad no sea excelente de vez en cuando puede estar bien», y eso no justifica ni por asomo el pastizal indecente que le están pagando.
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Os entiendo eh, otra vez el tema de los quarterbacks y sus sueldos, que cansino ya el tema este. Creedme que para mí lo es también, pero el vergonzoso partido de Andy Dalton en el pasado Thursday Night y las repentinas ganas que vuelve a haber de defender ese contrato por parte de algunos me obligan a sacar el tema otra vez. Lo que le están pagando a Andy Dalton es un contrato desproporcionado. Mucho. Se mire por donde se mire. En ningún caso se puede justificar la inversión de tanto dinero en un jugador que da un rendimiento tan mediocre y con picos de ridículo como el que da Dalton. En este punto es donde la gente salta con la primera gran excusa: es que es lo que hay que pagar para tener estabilidad en el puesto de quarterback porque a otros quarterbacks más malos como Alex Smith o Jay Cutler les pagan por el estilo. Primero, es bastante discutible que Smith y Cutler sean quarterbacks más malos que Andy Dalton, pero es que eso es lo de menos. Sacar la excusa de que está bien porque los otros también lo hacen es algo muy triste. Es como si un niño de 13 años le fuera a decir a su padre que se fuma un paquete de tabaco al día porque sus amigos también lo hacen, ¿a que el padre lo entendería perfectamente porque es lo que hay que hacer para que su hijo tenga la estabilidad social que tienen los otros? Exactamente, cualquier padre con criterio cogería el tabaco y lo tiraría por el retrete. Señores, la excusa de que los otros lo hacen no me sirve, cada franquícia tiene que analizar por separado si le conviene hacer esas inversiones en su quarterback porque cada franquícia tiene un quarterback distinto. Y en este caso hay que preguntarse: ¿merece la pena pagar tanto para retener la mediocridad y ser así una franquícia estable en ese sentido? Voy a dejar que una pequeña adivinanza responda a esa pregunta. ¿Quién es quién?
- Quarterback A: 171/281 (60.9%), 1960 yardas, 8 TD, 9 INT, QB rating de 78.0
- Quarterback B: 157/254 (61.8%), 1960 yardas, 11 TD, 8 INT, QB rating de 87.1
El quarterback A es, efectivamente, Andy Dalton en lo que llevamos de temporada. El quarterback B es Ryan Fitzpatrick, también en lo que llevamos de temporada. Sí, Ryan Fitzpatrick, ese mismo Ryan Fitzpatrick de la barba prominente que aún no sabemos muy bien como es que sigue de quarterback titular en un equipo de NFL. Pues Andy Dalton tiene unas estadísticas netamente inferiores a las suyas. ¿Hay que pagar una millonada para estabilizarse en esto? Me da a mí que no. Para ser totalmente justos, también hay que decir es imposible ignorar que Dalton ha sido el principal perjudicado por la gran plaga de lesiones que ha dejado muy mermado al ataque de Cincinnati, obviamente no poder contar con jugadores como Tyler Eifert y Marvin Jones (durante toda la temporada) o AJ Green y Giovani Bernard (durante tramos de la temporada) es algo que perjudica directamente al rendimiento de Dalton, pero si Dalton fuera el jugador del calibre que representa que es podría sobreponerse parcialmente a todos esos percances. Y si no me creéis sólo tenéis que mirar en dirección a Detroit, a ver cómo Matthew Stafford ha rendido mientras tenía a Calvin Johnson, Reggie Bush y varios de sus tight ends lesionados. Por si os da pereza irlo a mirar, ya os digo lo ha hecho moderadamente bien considerando las lesiones que ha tenido a su alrededor (y una línea de ataque bastante peor que la de Cincinnati dicho sea de paso) y su equipo encabeza su división. Sí, también debido a lo mucho que la defensa aguanta a ese equipo (que por cierto, también habría que mirar lo que ha afectado a los Bengals la marcha de Mike Zimmer, pero esto ya será otro día), pero Stafford sí se está comportando como un auténtico quarterback franquícia. Dalton, en cambio, está en números de Fitzpatrick o incluso un peldaño por debajo. Cosas que pasan.
Que sí, que soy consciente de que Dalton ha jugado partidos bastante interesantes durante su carrera e incluso alguno de ellos esta temporada, pero su irregular rendimiento da una media aritmética muy pobre, a lo que hay que sumar que los partidos malos pueden ser realmente malos. Porque no nos engañemos, no es la primera vez que Dalton hace el ridículo de esta manera. Bueno, de esta manera sí. Que no lo había dicho hasta ahora, pero ese 10/33 para 86 yardas con 0 TDs y 3 INTs para un QB rating de 2.0 es como para imprimir las estadísticas, enmarcarlas, llevarlas a Canton y ponerlas debajo de una placa que ponga «ñordo del siglo». Pero es que el problema es que ya le hemos visto muchos otros partidos realmente malos, repito que no tan malos como este, pero actuaciones bastante deplorables que además suelen coincidir con partidos de bastante presión. ¿O es que nadie recuerda los partidos de Playoffs ante Houston de hace dos y tres temporadas? No hace falta entrar en detalles pero como pequeño resumen diré que, sumando los dos partidos, Dalton lanzó 0 TDs y 4 INTs. Queda claro que con estos resultados tener estabilidad en el puesto de quarterback merece muchísimo la pena.
En este punto es donde viene la segunda gran excusa para justificar el contrato de Dalton: es que en el fondo no es tanto dinero. Creo que hay una expresión un tanto soez pero que resume perfectamente mi opinión acerca de esta segunda excusa: y una mierda. Y ya no estoy hablando globalmente de una extensión de 96 millones de dólares en 6 años, que eso ya nos ha quedado claro a todos que no tiene porqué ser así, estoy hablando del dinero que realmente cobra. Como los 17 millones que se llevó simplemente por firmar la extensión de contrato y (12 de signing bonus y 5 por pertenecer a la plantilla en 2014). Hay jugadores en ese ataque mucho mejores que él que no podrían ni soñar con ganar eso, pero como es el quarterback se ve que hay que pagarlo. Cojonudo. O los casi 10 millones (9,6 para ser más exactos) que se va a llevar la temporada 2015, temporada en la que deberá permanecer en el equipo sí o sí porque al equipo ni tan siquiera le sale a cuenta cortarle económicamente hablando. O sea, que por lo menos los Bengals deberán aguantar a Dalton lo que queda de este año y el siguiente. Y luego ya veremos. Porque ahí viene otro de los temas más calientes del contrato, y es ese que dice que los Bengals pueden cortar a Dalton a partir de 2016. Primero, me parece un gran plan por parte de los Bengals hacer un contratazo al que piensas que puede ser tu quarterback franquícia con la idea de que quizá haya que cortarle al cabo de dos años porque probablemente no sea tan bueno. Si es bueno se le paga, y si no es tan bueno no se le paga, o al menos no se le paga tanto. No creo que sea tan difícil de entender. Pero segundo, es que poderle cortar se le puede cortar siempre, otra cosa es que económicamente sea viable, algo que se debe a lo que se llama dinero muerto (dead money), dinero que cuenta contra el cap aunque el jugador no esté en la plantilla.
Pues bien, el primer año en el que el contrato de Andy Dalton no dejaría dinero muerto en el cap de los Bengals ante un eventual corte del jugador es el 2019. Hasta entonces, cortar a Dalton penalizaría económicamente a la franquícia. ¿Qué? Bien, ¿no? Pues todo esto queda redondeado cuando uno toma conciencia de que la renovación de Dalton se firmó a principios de agosto de este año. Dalton ha jugado un total de 9 partidos desde entonces. Nueve, así, con letras para que quede claro. Y en esta desorbitada cantidad de partidos ya ha demostrado sobradamente que no es un quarterback que esté jugando a la altura del contrato firmado. De hecho ya lo demostró anteriormente pero nada, por si había alguna duda, el chico sigue dejando perlas como la de su último partido. Es que en serio, ¿en qué pensaban los Bengals cuando le hicieron este contrato? ¿En serio fueron tan presuntuosos que, después de perder a sus dos coordinadores en la offseason, le renovaron antes de empezar la temporada por si ganaban la Super Bowl y se marcaba un Flacco en la siguiente offseason? Sea como sea, esta renovación es un error enorme que puede condicionar a los Bengals durante los próximos años, tanto si deciden aferrarse a Dalton como quarterback como si lo cortan y tienen que comerse dinero muerto hasta 2019.
Así pues, una vez tenemos claro que la renovación multimillonaria de Andy Dalton fue una cagada como un templo, ¿qué? Porque esta es la última, cuando la gente se queda sin argumentos para defender sus causas, ataca a los que tienen opiniones distintas por su falta de alternativas al problema. Pues nada, vamos a ofrecer algunas alternativas que probablemente habrían hecho que el panorama de los Bengals pintara mejor:
1. La primera y más lógica, los Bengals tendrían que haber tenido más habilidad a la hora de negociar. Andy Dalton no es un quarterback franquícia que merezca ser pagado como tal, es un quarterback que como mucho puede ser efectivo como quarterback gestor en un equipo donde la carrera y la defensa funcionen bien. El problema es que no parece que nadie le haya dicho eso nunca. Jay Gruden, su antiguo coordinador ofensivo, le hizo lanzar tanto y ser tan protagonista del ataque que Dalton se creyó que realmente era la pieza principal del ataque. Incluso da la sensación de que la gerencia de Cincinnati se lo creyó, y de ahí el contratazo. Pero como hemos visto a lo largo de los años, y más ahora con Hue Jackson de coordinador ofensivo, si el equipo se basa en el juego de carrera el ataque en conjunto mejora muchísimo. O dicho de otra manera, se ha visto que Dalton es una pieza secundaria del ataque y, como pieza secundaria, sea relativamente más fácil de reemplazar. Si el front office de los Bengals le hubiera hecho entender a Dalton que no era el motor ofensivo sino esa pieza secundaria del ataque, o si simplemente hubieran jugado la carta del fácil reemplazo, los Bengals probablemente habrían podido renovar a Dalton por mucho menos dinero y se habrían facilitado un poco la vida a corto y medio plazo.
2. Elegir a otro posible quarterback franquícia en drafts posteriores. El caso más evidente aquí es el de Geno Smith. Aunque todos hemos visto cómo ha acabado Geno Smith en los Jets, probablemente uno de los peores sitios donde caer para un quarterback rookie, lo cierto es que viniendo de un sistema como el de Dana Holgorsen en West Virginia, Smith se podía haber adaptado bastante mejor que Dalton a las exigencias del sistema de Jay Gruden. Especialmente si no hubiera tenido la presión de tener que ser titular desde su primer partido, algo que con Dalton en plantilla no habría pasado. Claro está que para elegir a Geno Smith tendrían que haber renunciado a uno de sus picks anteriores al #39 (donde los Jets le eligieron), pero es que Tyler Eifert fue un pick redundante puesto que los Bengals ya tenían a Jermaine Gresham (que aunque no haya terminado de ser el gran tight end que prometía es un jugador decente en una posición poco importante) y Giovani Bernard fue el primer corredor elegido en todo el draft; es innegable que el jugador les ha salido muy bien pero si hubieran empleado ese pick en Geno Smith podrían haber elegido a Montee Ball o a Eddie Lacy en su siguiente pick (que usaron de forma algo menos convincente en Margus Hunt). Como véis, cualquiera de las dos opciones habría sido válida y habría mejorado sustancialmente a ese ataque. Pero si ninguna de estas opciones os convence siempre podemos encontrar otra opción en el pasado draft, puesto que los Bengals tenían disponibles a Teddy Bridgewater y a Derek Carr en su primera ronda. En cambio, optaron por elegir al cornerback Darqueze Dennard, un jugador que aparentemente cubría una necesidad mucho más importante para los Bengals pero que de momento no está teniendo demasiado impacto en el juego (10 placajes en lo que llevamos de temporada). Y en un equipo con Leon Hall, Terence Newman, Adam Jones (antiguamente conocido como Pacman Jones) y el también recientemente drafteado Dre Kirkpatrick entre otros, ¿era realmente necesario emplear una primera ronda en otro cornerback? O reformulando la pregunta, ¿cuántos pensáis que los Bengals irían mejor habiendo elegido a Bridgewater o a Carr en vez de a Dennard? Apuesto a que más de la mitad.
What’s worse: Andy Dalton or Skyline Chili? (Answer: Yes)
— Matt Miller (@nfldraftscout) noviembre 7, 2014
3. Contratar un buen suplente. Aunque este año hayan fichado a Jason Campbell para el puesto de suplente, todo el mundo tiene la sensación de que Andy Dalton se mantendrá como quarterback titular a no ser que lo haga rematadamente mal durante muchas semanas seguidas. Y eso es algo que nunca viene bien para un jugador justito. Fichar a un suplente veterano siempre es algo que ayuda al equipo, tanto si pone las pilas al teórico titular y le hace jugar mejor como si le supera en nivel de juego y acaba haciéndose con el puesto. Como ha pasado en Buffalo con Kyle Orton. No sabemos si Jason Campbell está entrenando bien o mal, pero desde luego dudo mucho que consiga estadísticas tan lamentables como las que Dalton consiguió ante los Browns. Veremos si, de prolongarse mucho la situación, en el staff de Cincinnati son lo suficientemente valientes como para hacer el cambio. Aunque después de que Dalton firmara esta extraordinaria renovación, me da a mí que va a ser que no.
4. Elegir un quarterback prometedor en el draft. Relacionado con las dos alternativas anteriores, otra opción habría sido seleccionar un quarterback prometedor en el draft pero en una ronda baja, o sea alguien que pueda llegar a ser un buen quarterback pero que llegue al equipo siendo claramente suplente o incluso el tercer quarterback en el depth chart. En este pasado draft eligieron a AJ McCarron con esa intención, pero eso es algo que a Dalton no le hizo ni cosquillas porque McCarron es una versión pobre del propio Dalton. Si en vez de McCarron el elegido hubiera sido Zach Mettenberger, que recordemos que ha tardado media temporada en hacerse con la titularidad en Tennessee, habríamos visto si las cosas habrían sido iguales.
5. Dejarle jugar el contrato de rookie y no renovarle. Porque sí, no pagarle es una opción muy válida, y si se quiere ir que se vaya. Ya se oyen los gritos de desesperación desmedida a lo lejos, que si nos quedamos sin quarterback, que qué hará ahora la franquícia abandonada a su suerte y demás comentarios fruto del miedo a lo desconocido. Pues tirar hacia adelante, eso hará, porque los días pasan y el sol sigue saliendo, y aunque muchos digan que más vale malo conocido que bueno por conocer, visto el rendimiento global de Dalton tampoco sé si se podría haber ido mucho a peor eligiendo a un quarterback con la primera ronda de 2015. Jameis Winston está empezando a caer por sus problemas fuera del campo, Brett Hundley es un quarterback que promete mucho pero no está considerado como un prospecto extraordinario, podría ser perfectamente que ambos estuvieran disponibles para cuando Cincinnati elija en el próximo draft. De no haber renovado a Dalton, ¿realmente creéis que los Bengals harían una temporada 2015 de pena con uno de estos dos quarterbacks a los mandos? Efectivamente, yo tampoco.
BREAKING: Bengals front office desperately trying to find the receipt on Andy Dalton’s contract extension
— Faux John Madden (@FauxJohnMadden) noviembre 7, 2014
Como véis, renovar por ese dineral a Andy Dalton no era el único camino que podían tomar los Bengals y de hecho, según mi opinión, era el peor. Aunque también hay que tener en cuenta que yo estoy en el sofá de mi casa, donde lo veo todo bastante claro, y que probablemente desde dentro de la franquícia hay presiones, miedos y otras circunstancias que hacen que este tipo de decisiones sean mucho más complicadas de tomar. Pero eso no significa que si no estoy de acuerdo con algo tenga que callarme mi opinión y asentir respetuosamente porque ellos están allí en el fango y yo aquí mirándomelo tranquilamente. Faltaría más. De hecho, si nos rigiéramos por este principio, nadie que no estuviera dentro de una franquícia de la NFL podría opinar sobre ella. Que triste sería eso, ¿no? Señores, seamos conscientes de que analistas opinando desde el sofá o desde la silla del ordenador somos todas y cada una de las personas que escribimos y hablamos sobre este deporte, especialmente los que estamos a este lado del charco. Pero, aunque no estemos trabajando allí, opinamos igual. ¿Por qué? No para querer demostrar nuestra superioridad sobre gente que trabaja en la NFL (ya sea en el campo o en los despachos) ni para querer imponer nuestra opinión sobre nadie sino simplemente porque nos gusta hablar de todo esto. Porque aunque seamos simples aficionados tenemos la suerte de poder escribir sobre este deporte y poder compartir nuestras sensaciones sobre la competición con el resto de gente a la que le gusta la NFL. Y poder hacer eso la verdad es que mola un huevo. Así pues, si algún día me llaman de una franquícia de la NFL para ser su general manager ya me pensaré si acepto o no su oferta, pero hasta entonces voy a seguir opinando sobre este deporte, alabando lo que me parezca bien y criticando ferozmente lo que me parezca mal. Y sí, lo voy a hacer desde el sofá de mi casa, con una cerveza en la mano y con una pizza en camino. Porque si tiene que costar ese precio, como ya sabéis, me seguiré negando a pedir comida china.