Ha sido una semana que nos ha dejado pasmados a todos los aficionados al football universitario, aunque el realineamiento de las conferencias afecta a todos los deportes. Los rumores estaban ahí, pero una decisión ha desencadenado a otras. Las piezas de dominó están estratégicamente situadas para que vayan cayendo una a una, y todavía queda un interesante mes por delante. Los deportes universitarios norteamericanos cambiarán su cara para el año que viene, las especulaciones se han convertido en hechos.
El asunto de la reconfiguración de las divisiones de la NCAA está tomando un cáliz tan arduo que ha llegado hasta en Congreso de los Estados Unidos. El Omaha World-Herald, periódico de Nebraska, recogía esta semana una conversación entre un senador de Kansas y otro de Nebraska, “no va hacer ningún bien que este dominó empiece a caer”, decía el de Kansas al de Nebraska. Kansas y Kansas State pueden estar entre las universidades perdedoras de esta realineación y el legislador de este estado llegó a comentar que si se producen estos cambios puede haber litigios alegando anti-trust.
¿Qué está ocurriendo?
Las ambiciones de la Big Ten y la Pac-10 llevarían a una disolución de la Big 12. Ambas conferencias buscan la formación de divisiones de 16 equipos, algo que, según los expertos, es mucho más beneficioso para los patrocinios televisivos en football y baloncesto. Los problemas que asoman son geográficos, desplazamientos y costes, una desventaja para otros deportes que no generan tantos beneficios. Es un aspecto que han comentado los comisionados de la ACC y la SEC, reticentes al realineamiento de las conferencias.
Para que una universidad cambie de división se miran varios factores: 1) Contratos de televisión, es decir, dinero 2) Geografía, los desplazamientos por el país 3) Una consecuencia de los dos anteriores, la población target que puede ver los partidos y sentirse atraída por esa universidad 4) Que los programas atléticos y educacionales encajen con esa división, aunque es lo menos importante. Un ejemplo es que se habla de la realineación todos estos días, pero el football domina la temática, el baloncesto, según deporte universitario más importante, queda en el olvido.
Nebraska y Big Ten
Los Huskers cambian de Big 12 a Big Ten, es oficial, y empezarán a jugar en la temporada 2011-2012. Desde la organización de Nebraska se dice que la segunda división ofrece una estabilidad que no pueden los primeros. Es la primera universidad que se une a la Big Ten desde 1990 cuando lo hizo Penn State.
Colorado y Pac-10
Primera universidad que hizo oficial su mudanza, aunque no será hasta Julio de 2012. Una institución con problemas para atraer la atención en football y baloncesto tanto masculino como femenino, por eso han puesto las miras en el oeste. Se convierten en el 11º miembro de la Pac-10 y llegarán algunos más. “Es una pieza que encaja bien”, declaró el comisionado de la nueva división de los Buffaloes, Larry Scott.
Texas
La organización atlética más rica del país no tiene necesidad de moverse de la Big 12, no necesita más dinero. La salida de Nebraska, con la que tienen una importante rivalidad, podría desembocar la decisión de abandono de Texas, y ellos saben que son la pieza detonante de todo, en el momento que UT tome su decisión, sus compañeros de división se pronunciarán. La decisión será tras una reunión que tendrá el departamento atlético el martes en Austin. La posibilidad de cambio más clara sería aceptar la invitación de la Pac-10, aunque han aparecido también rumores para la SEC.
Notre Dame
La prestigiosa institución de Indiana está en el punto de mira. De acuerdo con varias fuentes, tanto la Big Ten como Notre Dame han entrado en un periodo de extensas conversaciones para que la universidad más independiente (deportivamente) del país cambie de aires, aunque las fuentes hablan que las discusiones no significan necesariamente que haya negociaciones de por medio. Se sabe de las ambiciones del comisionado de la Big Ten, Jim Delany, en que Notre Dame esté en una futura Big 16, aunque el carácter de los Irish siempre ha sido la de conservar su independencia divisional. La decisión de Nebraska de irse a la Big Ten borra las cábalas que hablaban de una conferencia con doce equipos y no dieciséis, por lo que la institución de Indiana está más cerca de conservar su independencia que cambiar de división.
Boise State y Mountain West
Esto es un caso aparte, la institución de Idaho cambia para buscar bowls más lucrativas, se convierte en el décimo miembros de esta división y deja la menos conocida WAC. En esta conferencia ha acumulado un balance de 49-4 los cuatro últimos años, ganando tres títulos de división y dos Fiesta Bowls, una de ellas ante TCU, miembro de Mountain West.
¿Cómo se puede desintegrar una conferencia que es la segunda más importante después de la SEC? La falta de candidatos atractivos para la conferencia hace estar a la Big 12 a la defensiva, a merced de otras divisiones debido a los contratos televisivos desfavorables para muchas universidades y una mala planificación por el comisionado Dan Beebe. La Big 12 está entre la espada y la pared y ya ha perdido dos miembros: Nebraska y Colorado. La única buena noticia estos días para Beebe es el compromiso oficial de Missouri de quedarse en la Big 12.
Colorado ya está dentro, faltan cinco equipos para hacer la conferencia de dieciséis que busca Larry Scott, dividido en norte y sur. Las invitaciones han llegado a Texas, Texas Tech, Texas A&M, Oklahoma, Oklahoma State y Baylor. Parece que en Oklahoma huelen al Pacífico pero están esperando el movimiento de UT.
Parece que la llegada de Nebraska ha cortado un poco las ambiciones de Jim Delany que ha declarado que hasta dentro de 12-18 meses no verán más expansiones. La conferencia, con la adhesión de los Huskers, se queda en doce miembros a partir del año que viene, pero las miras están puestas en “robar” a la Big East a Pittsburgh, Notre Dame (independiente), Syracuse y Rutgers.