Todo comenzó hace unos meses con el rumor de que la Big Ten buscaba una expansión; ello ha dominado los titulares del football universitario durante este periodo de primavera. Tras saltar a la palestra un buen puñado de candidatos, las informaciones se han ido congelando poco a poco tras declaraciones oficiales que hablaban de la lejanía del realineamiento de las divisiones. Pero, de nuevo, el horno de las divisiones se ha vuelto a encender cuando llegaban informes de Texas de que la Pac-10 está dispuesta a mantener una ofensiva para expandirse 4 o 6 equipos, todos ellos de la Big 12, algo que ya se ha comentado temporadas atrás. Intentamos resolver el puzzle complicado de los reajustes que intenta la NCAA para atraer más público, conseguir mejores contratos televisivos e ingresar más dinero; la competitividad entre las conferencias queda en segundo plano.
Si se expande esta división, debería ser hacia el sur para coger más mercado televisivo como dijo el comisionado de la división Jim Delany. No hay prisa para el plazo de la expansión como ha dicho Delany, será a partir de diciembre cuando pongan las miras en los próximos 12-18 meses: «¿pueden ser 19 equipos?Espero que no.¿11?quizás sí«. El comisionado ha insistido en que el asunto principal no son las conferencias sino si las universidades encajan deportiva y académicamente. Además del factor demográfico y del dinero que da la televisión, unido al acoplamiento de los programas académicos y deportivos, el hecho de que una universidad se mude de conferencia supone borrar años de tradición en muchos casos y viejas rivalidades con otros equipos, por lo que muchas instituciones están siendo reticentes inicialmente a moverse.
La Big Ten se compone ahora mismo de once equipos, Ohio State, Iwoa, Penn State (dominador absoluto de la división y que no ve con malos ojos la expansión), Wisconsin, Northwestern, Michigan State, Purdue, Minnesota, Illinois, Michigan e Indiana. Los candidatos para llegar a la división son Rutgers, lo que traería el mercado de Nueva York, al igual que Syracuse y Connecticut, todos ellos de la Big East, Notre Dame a la que le encantaría conservar su independencia de conferencia en football, Missouri que ha asegurado que no dejará la Big 12, Nebraska de esa misma conferencia, y Maryland, de la que se ha hablado muy poco. A Nebraska y Missouri, la Big 12 les ha dado de fecha límite el viernes 11 de Junio para decir si se comprometen con su actual conferencia o tienen ideas de mudarse.
Las miras están puestas en «robar» equipos a la Big 12, y eso que recientemente ambas divisiones se reunieron para hacer un venture en los acuerdos televisivos. La Pac-10 está compuesta por Oregon, Arizona, Oregon State, Arizona State, Washington, Washington State, UCLA, California, USC y Stanford. El gran candidato de todos es Texas (también se ha hablado para la Big Ten); los Longhorns son un negocio muy suculento con un presupuesto deportivo de $137 millones al año y si Nebraska, Missouri y Colorado deciden saltar por los aires la Big 12 dejándola, Texas es agente libre y hay que recordar que fueron miembros de la SEC hace veinte años. Big Ten, SEC y Pac-10, no le faltan novias a los Longhorns.
Según unas informaciones recientes de orangebloods.com, la conferencia está dispuesta a hacer una ofensiva de reclutamiento con Texas, Texas A&M, Texas Tech, Oklahoma, Oklahoma State y Colorado, aunque el comisionado Larry Scott ha negado esto. Otras posible universidad que se podría unir al Pacífico sería Utah, pero existe el gran inconveniente que perdería la rivalidad con BYU por lo que la llegada del estado mormón a la Pac-10 tendría que ser de la mano de Brigham Young University.
En las reuniones de la Pac-10 concluidas ayer, Scott ha sido autorizado a buscar una expansión en la que se pondrán manos a la obra a final de año de cara a la temporada 2012-2013. La última modificación de la conferencia fue en 1978.