Un día después de que la Universidad de Penn State retirara la estatua de Joe Paterno, Mark Emmert, presidente de la NCAA, anunciaba las medidas adoptadas contra la Universidad y contra Joe Paterno (a nivel de borrado de victorias de su récord). Aunque en un principio la «pena de muerte» (quedar fuera de la competición por un tiempo) estaba entre las opciones que se barajaban, finalmente no fue una de las sanciones aplicadas. La NCAA sanciona con 60 millones de dólares a la universidad, dinero que según la NCAA se destinará a programas para prevenir el abuso sexual infantil o asistir a sus victimas, también Penn State no será elegible para disputar bowls durante los próximos cuatro años, se reducen las becas de 25 a 15, con lo que perderán 40 becas en los cuatro años que durará la sanción, y se anulan todas las victorias desde 1998, tanto en el récord de Penn State como en el de Joe Paterno, en total 111 victorias que se les restan.
Unas medidas sin precedentes en la historia de la NCAA, sobre todo por la forma en que se han realizado las sanciones, sin investigación previa, sin ningún tipo de comités y al parecer basándose en el informe del exdirector del FBI, Louis J. Freeh, que había encargado la universidad. Una de las justificaciones de la NCAA por el castigo impuesto a Penn State es que para la universidad prevaleció el programa de football sobre el daño que se causaba victimas y que la sanción haría que la universidad reconstruya su cultura deportiva. Recordar que todo surge del caso de Jerry Sandusky por abusos a menores y donde se acusó a los responsables de Penn State de encubrir los hechos, y que le costó el pasado Noviembre el puesto de head coach a Paterno.
Aunque no se le ha aplicado la pena de muerte esta sanción pasará factura a Penn State, ya que está perdiendo parte de los recruits realizados, caso de el receiver Will Fuller, el offensive tackle Dorian Johnson, el defensive tackle Greg Webb o el receiver Zach Bradshaw, y también está perdiendo a jugadores del equipo, que con la sanción impuesta no tendrían que pasar un año en blanco para poder jugar en una universidad FBS (Division I-A), así jugadores como Silas Redd (USC Trojans), Derrick Thomas (Marshall), Tim Buckley (NCS). Bill O’Brien va a tener unos años complicados con la pena que se le ha colgado a la Universidad de Penn State.
Aunque con la sanción a Penn State parece el final, la historia continua, ya que varios ex jugadores de la universidad están intentando apelar en lo referente a la anulación de las victorias en los últimos 14 años, aunque desde la NCAA se dice que la sanción no esta sujeta a apelación. También la familia de Joe Paterno esta dispuesta a apelar la sanción.