Estadísticas reales, del 1 de Enero al 31 de Agosto de 2010, 125 atletas profesionales y de college han sido arrestados bajo serios cargos. Delitos en los que han aparecido armas, violencia, abuso de sustancias, y cuyas cifras llevan a pensar si a final de año se puede llegar a los dos centenares. Según los datos, 70 fueron de college football, 15 de college basket, 31 de NFL y 9 de NBA; curiosamente, no hay datos de MLB y NHL (y las consecuentes ligas universitarias), aunque en el caso del hockey no existen tantos delitos (no tiene nada que ver que sea un juego violento) pero en las Grandes Ligas sí que se han dado casos este año como el de Francisco Rodríguez (Mets).
En algún momento de la construcción del atleta prototipo estadounidense un eslabón de la fórmula se pierde y el atleta se va a la vida mala; puede seguir siendo una estrella y tener un enorme talento, pero en Estados Unidos el comportamiento moral (la conducta extradeportiva, en general) tiene un peso enorme sobre el poder de decisión de los contratos, especialmente si el atleta es un jugador referencia del equipo. Véase LaMichael James, corredor de Oregon Ducks, que no estuvo en el estreno de su universidad en septiembre por sanción debido a que fue culpado de agresión a su novia. A Chip Kelly, head coach de los Ducks, no le tembló el pulso para no alinear a un jugador que corrió más de 1.500 yardas el año pasado, aunque el baremo es diferente cuando se trata de un jugador menos importante para la organización. No moviéndonos de Oregon, unos días antes, Tyler Thomas de Oregon State fue encontrado desnudo y borracho por la policía, les amenazó y se resistió a la autoridad; la organización de los Beavers expulsó a Thomas del equipo tras el incidente aunque no ha sido acusado de nada oficialmente.
Las causas pueden ser múltiples, y es un tema en el que hemos profundizado en este Sports made in USA. Para empezar, centrándonos en el plano college que es donde surgen la mayoría de los delitos, ser atleta de tu universidad no es nada fácil. Por un lado el chaval se enfrenta a presiones deportivas, académicas y factores exteriores como los medios de comunicación, la afición, los agentes deportivos; ello puede llevar a actitudes de rebelión ante todo o, incluso, la depresión como señalan algunas estadísticas que desembocan en delitos, generalmente menores, ya que el chico cree que está levantándose contra lo establecido. Por otro, el atleta viene de un ambiente criminal, jugadores de perfil económico bajo, generalmente afroamericanos, y cuyas becas no les da para vivir; el jugador recurre al robo o, simplemente, ha heredado ese ambiente delictivo y tiene que llevarlo a cabo pese haber salido de su casa.
En el caso de atletas profesionales cuyos sueldos no llevan a recurrir a la «causa económica del delito», la vía es doble también. Por un lado, presiones deportivas, extradeportivas, depresión (y esta última puede tener su origen en los golpes en la cabeza) o, simplemente, el atleta ante demasiado dinero en su cuenta bancaria toma patrones de conducta extremos, creyendo que puede hacer cualquier cosa en cualquier momento, es el llamado «delito por ego», bastante frecuente en la NFL hasta tal punto que las franquicias ya lo preveén. Algunos casos este año, Ben Roethlisberger (agresión sexual), Braylon Edwards (DUI) o Pat McAfee (escándalo público).
Más casos, Stephen Denning y Anton Blatnik de la Oklahoma State, envueltos en una pelea, Michael Fleurizard de Marshall por asalto a mano armada, Jamie Harris y Kevin Phillip, jugadores de baloncesto de Drexel University por asalto a una casa armados; es alarmante la cantidad de jugadores universitarios que portan armas según los datos. De los 125 casos recogidos en este periodo de tiempo, 57 son de alcohol y drogas, 19 de agresión, 18 de robo, 16 de armas, 14 de violencia doméstica y 5 relacionados con el sexo. De la última rama, destacar el corredor de Missouri Derreck Washington que fue arrestado en agosto por agresión sexual. A pesar de registrar casi 2.000 yardas en las dos últimas temporadas, Washington fue suspendido por la organización de Missouri debido a la política de la universidad de sanción mientras el caso no sea resuelto.