Hoy en día todos conocemos la MLB como una competición con la estructura habitual de las ligas estadounidenses. Todos los equipos distribuidos en divisiones que, a su vez, se agrupan en dos conferencias. Al final de la temporada regular cada conferencia disputa un Playoff para determinar al mejor equipo de esa conferencia y, por último, los campeones de cada una de ellas se enfrentan para determinar cuál es el mejor equipo de la temporada. Pero hay una pequeña diferencia, las conferencias se llaman Ligas. Esto se debe a que originalmente la Liga Nacional y la Liga Americana no eran conferencia, sino ligas independientes. De hecho, cuando la AL se fundó en 1901, las dos competiciones se convirtieron en arduas rivales que se peleaban por obtener a los mejores jugadores y, de este modo, quedarse con una mayor cuota del mercado de aficionados a este deporte que estaban dispuestos a pagar la entrada a los estadios. Es decir, eran dos empresas que competían por llevarse el mercado.
Sin embargo, a lo largo de los años, los dueños de las franquicias han llevado cabo un proceso de integración que ha hecho que, desde que se expandió en Interleague Play en 2013, las antiguas Ligas sean prácticamente simples conferencias dentro de una sola organización.
No obstante, aún queda alguna reminiscencia de cuando la AL y la NL eran independientes la una de la otra y podían, incluso, crear reglas diferenciadas para el deporte. Precisamente vamos a hablar de una de estas reglas que hacen que cada Liga tenga su estilo diferenciado: la norma del Designated Hitter, que existe en la Americana, pero no en la Nacional.
¿Por qué la AL tiene designated hitter y la NL no?
Vamos a empezar por lo básico, ¿en qué consiste esta norma?. Pues muy sencillo. La American League permite que cada equipo pueda designar a un jugador que batee en nombre del pitcher, sin tener que ocupar un lugar en el campo a la hora de defender. Es decir, el lanzador se centra en la labores ofensivas y un jugador, el bateador designado, designated hitter o DH, se encarga de la labor ofensiva. Imaginaos que la NBA decide que cada equipo puede proteger a su mejor anotador, liberándole de las labores defensivas, y crea la figura del «defensor designado». Un jugador sólo podría jugar en la mitad de la cancha en la que ataca su equipo y se dedicaría a asistir y anotar, mientras que el defensor se encargaría de cubrir a la estrella del equipo contrario y no podría avanzar de la línea de media cancha. Eso es más o menos en lo que consiste el DH. El problema es qué hacer cuando un equipo de la AL se enfrenta a otro de la NL. La MLB lo ha resuelto de un modo muy sencillo: Si el partido se disputa en el estado del equipo de la Americana, los dos equipos juegan con DH y, si por el contrario, se juega en el estadio de la Nacional, el pitcher del equipo visitante deberá batear también.
No hay que confundir el DH con el pinch-hitter. En el primer caso, el pitcher puede volver siempre al montículo en cada entrada aunque el DH haya bateado por él. En el caso del pinch-hitter, el jugador al que sustituye bateando no puede mantenerse en el partido. El PH puede quedarse ocupando un turno en la defensa, pero, si el manager decide que sólo quiere que batee y pone a otro jugador en defensa, el PH no puede volver a jugar en ese turno de bateo.

Aclarado esto, la siguiente duda puede ser, ¿a quién se le ocurrió esta norma y por qué? Los pitchers han sido tradicionalmente los peores bateadores del lineup. Cuando los scouts buscaban pitchers se centraban en su brazo, sin prestar mucha atención a su capacidad con el bate. Además, los lanzadores centran sus entrenamientos en mejorar su velocidad y calidad de lanzamiento y dejan las prácticas de bateo en un segundo plano. Esto ha hecho que los pitchers hayan sido siempre un «estorbo» a la hora de confeccionar el ataque, una piedrecita en el zapato que había que aguantar. Incluso se desarrollaron estrategias innovadoras para «esquivar el problema» Desde principios del siglo pasado se habló de la posibilidad de crear la figura del especialista en bateo, pero la idea no terminaba de cuajar. Sin embargo, a finales de los ’60 los pitchers dominaban el panorama beisbolístico. El ERA estaba en mínimos históricos y los números ofensivos estaban hundidos. Los propietarios y el comisionado se pusieron a buscar medidas para que la falta de carreras y home runs no alejaran al público de las gradas. La primera medida se aprobó para 1969, reduciendo la altura del montículo y reduciendo la strike zone. Aún así, en 1972, 9 de los 12 clubes que componían la AL tuvieron una asistencia acumulada de menos de un millón de espectadores. Fue entonces cuando los dueños hicieron caso a Charlie O. Finley.
Finley era el dueño de los Oakland A´s y un ávido creador de ideas para promover la asistencia a los estadios, algunas de ellas muy llamativas (como la idea de utilizar bolas naranjas). Finley llevaba varios años diciendo que había que ayudar a los bateadores a generar carreras para así llenar las gradas. Los propietarios se resistieron, pero tras la temporada de 1972 estaban lo suficientemente desesperados para probarlo. Los equipos de la National League no quisieron aplicarlo, pero el 11 de enero de 1973 la American League aprobó la norma 6.10 por 8 votos contra 4, creando así la norma que nos recuerda que hubo una época en que la NL y la AL podían elegir sus normas independientemente. Originalmente, se aprobó para probarlo durante tres años, pero aún sigue aquí.

Aunque la norma ya se aplicó durante el siguiente spring training, Ron Blomberg es considerado el primer bateador designado de la historia, al ser el primero en hacerlo en un partido de liga regular. El 6 de abril de 1973 el jugador de los Yankees salio al plate con las bases llenas en la parte alta de la 1ª entrada ante Luis Tiant en un partido ante los Red Sox. Blomberg consiguió un walk.
Desde entonces el uso de la posción ha variado. Durante muchos años los equipos solían contar con un jugador que jugaba únicamente de DH. Sin embargo, la tendencia más habitual hoy en día es la de rotar a varios jugadores en el puesto para, aprovechando que no tienen que defender, dar algo de descanso a los que ocupan otras posiciones la mayoría de los días, sobre todo a los jugadores más veteranos. De hecho, varios jugadores han pasado a la AL para jugar allí sus últimos años y aprovecharse de la norma, como en el caso de Albert Pujols. Son pocos los que ocupan siempre el puesto de designated hitter, siendo los más conocidos David Ortiz en los Red Sox y Billy Butler en los A´s.
Desde que se introdujo el nuevo puesto varios han sido los jugadores que han destacado utilizando sólo el bate, aunque es cierto que muchos también disputaron un gran número de partidos en otras posiciones. Actualmente el más conocido es Ortiz, pero Paul Molitor, Travis Hafner y, sobre todo, Edgar Martinez, que da su nombre al premio con el que la MLB reconoce al mejor DH del año, tuvieron grandes carreras gracias a su trabajo bateando en lugar del pitcher. Sin embargo, los bateadores designados no han tenido éxito en las votaciones para el MVP o para entrar en el Hall of Fame, ya que entre los electores no gusta que entren tan poco en juego, ya que su labor se limita a batear, sin utilizar nunca el guante. Frank Thomas entró en el Hall of Fame en 2014 habiendo tenido 5.698 plate appearances y 269 Home Runs como DH, pero inició su carrera como first baseman y en esos años logró 2 MVP de la Liga Americana.
El debate sobre su eliminación o instauración en la NL

Y es que la posición no ha estado nunca exenta de polémica y desde el primer momento seguidores y detractores han mostrado sus arguentos para que se mantenga y para eliminarlo. Hoy en día prácticamente todas las ligas de béisbol del mundo aplican la norma y los equipos juegan con un designated hitter (tan solo la National League y la Central League de la Nippon Professional Baseball no cuentan con esta posición), pero la NL se sigue negando a aplicarla y muchos son los aficionados que quieren seguir viendo a sus pitcher intentando aportar en ataque.
La norma fue criticada desde el primer momento por muchos y aún hoy mantienen los mismos motivos para rechazarla. La regla se ve como una intrusión de los números que venían desde la taquilla y que atacaba al espíritu del deporte, ya que hasta entonces todos los jugadores debían aportar en ataque y en defensa. También lo ven como una ofensa a las mentes estratégicas del deporte y a acciones como el bunting y las estratégias de sustituciones que componían parte de la esencia del béisbol. Otros argumentos en contra incluyen que se cree la «posición menos atlética de todos los deportes» al crear un tipo de jugador que apenas tiene que hacer esfuerzos físicos y que viejas glorias que en condiciones normales deberían estar retiradas se mantengan en activo. Dicen también que es injusto que haya un DH para el pitcher y no para otros jugadores buenos con el guante, pero malos con el bate y, el más curioso es el que dice que se pierden esos divertidos momentos de ver a los pitchers intentando batear (gracias Bartolo Colon). Algunos de los mayores críticos de la norma incluyen al ex-manager de los Braves y miembro del Hall of Fame Bobby Cox que dijo que el DH era «una desgracia para el béisbol» y a Crash Davis, personaje de la famosa película Los Búfalos de Durham que, en un momento del filme, dice: «Creo que debería haber una enmienda a la Constitución prohibiendo el astroturf y el designated hitter».

La DH Rule no carece de partidarios. Mucha gente defiende que la presencia de este jugador impulsa la producción ofensiva y que esto hace los partidos más entretenidos. Y seguro que los propietarios y los departamentos de finanzas y marketing de las franquicias ven en esta producción ofensiva extra un modo de aumentar la recaudación en taquilla y el número de espectadores por televisión, que era el objetivo principal cuando se aprobó la normativa. Más allá de motivos estadísticos y económicos, otro grupo de defensores del DH dice que no ataca realmente al espíritu del deporte y que no límita la faceta estratégica del juego, si no que los managers pueden desarrollar otras y aprovechar mejor a sus pitchers sin que la faceta ofensiva del juego haga que tengan que retirar a lanzadores que están siendo eficientes para sacar pinch-hitter que aporten carreras. Varios incluso utilizan uno de los argumentos de los detractores para defender al designated hitter. Gracias a él podemos seguir viendo en el plate a grandísimos jugadores durante algunos años más sin que el físico les deje en evidencia en defensa y esos jugadores pueden seguir ampliando sus estadísticas y su legado.
Sea como fuere, lo cierto es que últimamente cada vez son más las voces que se muestran disconformes con el hecho de que cada una de las Ligas tenga una normativa distinta. Creen que la competición se desequilibra y que en los Interleague Games uno de los dos equipos debe adecuarse a una normativa que les es ajena, lo que les perjudica en el juego. Lo comparan con una NBA en la que el Este jugase con la línea de 3 puntos y el Oeste sin ella. Cuando un equipo de una conferencia se enfrentase a un rival de la otra uno de los dos iba a tener que adecuar un roster diseñado para otras normas. La mayoría de estas mismas voces sugieren que debería ser la Nacional la que acepte incorporar al DH. No estamos hablando de cualquier fuente de opinión, estamos hablando de entidades como CBS Sports, Fox Sports o ESPN. Dicen que la Asociación de Jugadores nunca va a aceptar la desaparición de un puesto que supondría un recorte en el número de jugadores (algunos de ellos veteranos muy bien pagados). También creen que la posibilidad de jugar partidos como DH atrae a agentes libres hacia la American League, lo que le da ventaja a ésta al competir. Incluso sugieren que la ampliación del DH a la NL sería una posible solución a los bajísimos número ofensivos de las Ligas Mayores en los últimos años.
¿Mi opinión? Pues, siendo aficionado de un equipo de la National League, estoy más acostumbrado a ver partidos sin DH y me resulta más natural la rutina de ver al pitcher bateando (o intentándolo) y las estrategias de sustituciones que ello conlleva. Seguramente por eso y porque es como se creó el deporte, prefiero que el designated hitter no llegue a esta Liga. No obstante, no me importa que la AL sí lo tenga. Probablemente desvirtúe un poco la Liga, pero me gusta ver cómo juegan los equipos de las dos partes y como tienen que adaptarse cuando visitan a equipos del otro lado. Creo que le da salsilla a la competición y es un recordatorio de como era la MLB y como a ido evolucionando.