Chicago no es Los Ángeles, donde Dodgers y Angels parecen estar entre los favoritos para llegar a octubre año sí, año también. No lo es. Tampoco es Nueva York, donde el béisbol, dejando a los Mets a un lado, dispone de la más grande franquicia en los Yankees, acostumbrada a ganar un par de World Series cada década, por lo mínimo.

Y es que Chicago, la ciudad de los vientos, es especial en lo que este deporte se refiere. Aunque junto a las metrópolis ya comentadas arriba sea la única población del país con más de una franquicia de béisbol, la ciudad se ha llevado solamente cinco World Series desde 1901, el año de fundación de los South Siders, los White Sox (los Cubs nacieron en 1903). Los primeros se han alzado con el campeonato en 1906, 1917 y más recientemente en 2005; los segundos en 1907 y 1908. Ahora entendéis cuando usamos el adjetivo “especial”, ¿verdad? Los números hablan por si solos.
Normal pensar en su rivalidad como los partidos más morbosos de la temporada. ¿Qué más esperar, después de tantísimas campañas de sequía? ¡Los Cubbies llevan más de un siglo sin ganar las World Series, más de una generación entera! Aquí los del sur pasan de puntillas, ya que les fue de tan solo un año el llegar a los cien años sin alzarse con el título. Por los pelos, compañeros.
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En 2013 y 2014, se repitieron la historia y los comentarios graciosos hacia la ciudad, ya que los dos equipos obtuvieron récords mediocres. Los Sox terminaron con 63 victorias y 99 derrotas, y esta temporada con 73 y 80. Los «Cachorros» terminaron 2013 con 66 victorias y 96 derrotas y en la reciente campaña con el mismo récord que sus eternos rivales. Nada demasiado atractivo, ciertamente.
Pues bien, Rick Hahn y Theo Epstein, los general managers de los White Sox y los Cubs respectivamente están haciendo todo lo que está en sus manos y más para que los calificativos de sus temporadas sean positivos de una vez por todas y consigan mantenerse de tal manera por un largo periodo de tiempo. El proceso de rebuilding en el que los Cubs han estado inmersos desde las últimas temporadas ya tenía fecha de caducidad para 2015, pero lo de los White Sox ha sido una verdadera sorpresa.

Por lo que los Cubs respecta, han rehecho una rotación mediocre desde la marcha del ace Jeff Samardzija añadiendo al LHP Jon Lester, de los mejores lanzadores zurdos en la liga y repescando al RHP Jason Hammel, que sorprendió en su breve estancia la última temporada. No solo se esperan buenos resultados por parte de estos jugadores, sino que también mentoricen a otros abridores más jóvenes como pueden ser Jake Arrieta, quien dio señales de estrella, Kyle Hendricks o CJ Edwards (este último aún no ha debutado en las Mayores). Por si acaso fuera poco, traspasaron por el veterano receptor de los D-Backs y All-Star Miguel Montero, del cual también se espera un buen trabajo con los novatos y por el CF Dexter Fowler, favorito para la posición de leadoff gracias a su peligrosidad en las bases. Además han firmado al OF Chris Denorfia, un bate peligroso en el banco y empezarán el año con los prospects Javier Báez y Jorge Soler de titulares en 2B y RF respectivamente.
Mientras que sus compañeros del sur llevan cinco años renovando la franquicia, los White Sox iniciaron su lavado de cara en 2012 cuando se despidieron del duradero RHP Mark Buehrle, el speedy OF Juan Pierre, el LF Carlos Quentin y el que fue su cerrador Sergio Santos, junto con su entrenador Ozzie Guillén. Pese a la diferencia de años, la sensación es que ambos equipos se encuentran en igualdad de condiciones para competir, puesto que los Sox también cuentan con prospectos muy interesantes como el abridor zurdo Carlos Rodón, que se espera que debute ya en 2015. ¿Os imagináis una rotación con Sale, Quintana y Rodón? ¡El terror de los lefties! Y si le añades la incorporación de otro starter en RHP Jeff Samardzija (exacto, el mismo que en 2014 estaba con los Cubs) y el cerrador ex de los Yankees David Robertson, como no van a estar impacientes en el norte de Chicago. Y es que los dos equipos llegaron a la offseason con ganas de mejorar su pitcheo, pero finalmente ambas franquicias han ido más allá. Los White Sox también han fichado a importantes jugadores de campo de la talla de Melky Cabrera o Adam LaRoche.
White Sox al sur (US Cellular Field), Cubs al norte (el centenario Wrigley Field), los dos en ligas diferentes pero siempre hay unas series al año interconferencia, conocido mediáticamente como «Crosstown Classic», dominando el balance los south siders por 49-44. Esta próxima temporada 2015 jugarán seis enfrentamientos, tres en cada lado de la ciudad, en julio y agosto.
¿Quién llegará antes a volver a tocar el cielo? Empieza la cuenta atrás para determinar qué sistema de reconstrucción es más eficaz. Lo vamos a disfrutar, sin duda.