Rich Hill es una de las historias de color de esta temporada en Major League Baseball. Está teniendo su mejor temporada como profesional por lejos con los Oakland Athletics, tiene un balance de 8-3 con un ERA de 2.25 (a 30 de junio), fue nombrado el lanzador del mes de mayo en la Liga Americana, y a esta altura de la temporada es el verdadero «ace» de la rotación del equipo de la bahía. Con más de diez años de peregrinaje entre MLB y las ligas menores, con pasado en el béisbol independiente, su historia es la de un luchador, de alguien que no se dio por vencido y que a los 36 años, cuando la mayoría de los jugadores de béisbol está en la curva descendiente de su carrera, él surfea la cresta de la ola.
Los Cubs, su primer equipo
Fue tomado en la cuarta ronda del draft de 2002 por los Chicago Cubs. Para 2005 era el prospect nº5 de la organización, y su llegada a las Mayores no se hizo esperar en ese mismo año pero solamente vio acción en 23.2 entradas. El año 2006 volvió a recibir el «call up» para Grandes Ligas iniciando 17 partidos y dejando muy buenas sensaciones, a pesar de que terminó con balance negativo en la columna de derrotas, pero tuvo un juego completo al final de la temporada en donde despachó 10 ponches.
Su año de despegue y establecimiento en la Gran Carpa fue 2007 como parte integral de la rotación con los Cachorros participando en 32 aperturas, 195 entradas lanzadas, con un récord de 11-8, 3.83 de ERA y 182 strikeouts.
Las lesiones cambian todo
2008 debía ser el año para de la consolidación del zurdo Hill, pero tan solo pudo ver actividad en cinco juegos. Su rendimiento no fue el que el equipo esperaba, problemas de control en sus lanzamientos y para encontrar la zona de strike que fueron la razón por la que fue enviado a las Menores.
En febrero de 2009 fue traspasado a los Baltimore Orioles, en donde vio acción en tan solo 13 partidos como pitcher abridor y fue relegado al bullpen por su bajo rendimiento; para este momento de su carrera las lesiones comenzaron a perseguirlo, sufrió problemas lumbares que trajeron aparejado problemas en su hombro de lanzar, lo que finalmente derivó en una cirugía.
«Cuando era joven estaba bastante bien encaminado para lo que parecía ser una larga carrera como abridor, pero nadie sabe con certeza cuanto dura todo en este juego, porque como jugadores hay muchos elementos que están afuera de nuestro control.» –Rich Hill
Para el año 2011 la fragilidad en su cuerpo era evidente y su inhabilidad para mantenerse con buena salud en la lomita alarmante. Nuevamente una lesión obstaculizó su desarrollo, sufrió el desgarre del ligamento colateral medio de su codo de lanzar, y tuvo que someterse a la cirugía Tommy John. En un lapso de cuatro temporadas y con 30 años Rich Hill padeció dos cirugías mayores que a posteriori afectarían su carrera.
El bullpen su nuevo hábitat
Años plagados con problemas físicos hicieron que Rich Hill comenzara a cambiar su enfoque en el mundo del béisbol. Su cuerpo ya no toleraba el rigor de 6, 7 entradas y 100 lanzamientos, por lo que debido a las lesiones sufridas decidió cambiar su mecánica de lanzamiento y transformarse en un «sidearm pitcher», además de reconvertirse en relevista situacional especialista en bateadores zurdos. Gozó de algunas buenas temporadas con Cleveland y Boston.
Se convirtió en un trotamundos de las Mayores, siempre saliendo desde el bullpen y para enfrentar a left hander hitters. Desde 2009 a 2015 vistió los uniformes de Baltimore, St. Louis, Cleveland, New York Yankees, Los Angeles Angels, Washington… y fueron constantes sus ups and downs entre la Gran Carpa y las Ligas Menores. Su mejor año fue en 2012 con los Red Sox: en 25 apariciones en relevo tuvo un ERA de 1.83
2015, el momento de volver a los orígenes
En 2015 firmó un contrato de Ligas Menores como relevista con Washington y fue asignado a su equipo de Triple A, pero lo cortaron el 24 de Junio. Rich Hil a esa altura de su carrera estaba convencido que su cuerpo se encontraba fuerte y sano para intentar su regreso a la lomita como pitcher titular, sin embargo las propuestas de trabajo no llegaron. Durante su periodo de inactividad recibió múltiples ofertas de equipos de AAA para ser relevista pero las dejó de lado.
Sin equipo pero sin desanimarse, el zurdo de Michigan siguió entrenando en su casa, realizando sesiones de bullpen, volvió a la antigua mecánica de lanzamiento sobre los hombros, hasta que finalmente llegó la oportunidad. Sus agentes le habían conseguido equipo, pero no era de MLB, ni de las Menores, era una organización en el béisbol independiente: los Long Island Ducks estaban dispuestos a firmarle y darle turnos en su rotación.
«Rich Hill desechó ofertas de equipos de Triple A que lo querían como relevista para firmar con los Long Island Ducks de las Ligas Independientes de Béisbol y ganar entre $2.000-$4.000 mensuales para perseguir su sueño de volver a ser starting pitcher.»
Dos aperturas en la Atlantic League con el uniforme de los Ducks dejaron como saldo 11 innings lanzados, 21 strikeouts y tan solo 2 hits. Los Boston Red Sox tenían una vacante en la rotación de su filial de Triple A e inmediatamente se fijaron Hill que era un viejo conocido de la organización, pero en esta ocasión su rol sería distinto, esta vez le utilizarían como pitcher abridor. Se reincorporó a los Pawtucket Red Sox el 15 de agosto e inmediatamente comenzó a brillar en la lomita: en cinco aperturas colgó muy buenos números.
La desgracia de un compañero fue una bendición para Hill. Los Red Sox se vieron obligados a mandar a la disabled list a Steven Wright por un pelotazo en la cara, y un spot en la rotación bostoniana se abría para el domingo 20 de setiembre en el Rogers Centre de Toronto. Rich Hill no desaprovechó la oportunidad para volver a mostrase en Grandes Ligas como pitcher abridor después de más de 6 años (2009 con los Orioles su última vez), y su partido no pudo ser más espectacular. Su equipo ganó el partido, su cuerpo respondió bien al desafío, su actuación fue sobresaliente y su línea estadística impresionante: 7 IP, 7 H, 3 ER y 10 K en 107 lanzamientos.
Terminó la temporada 2015 con cuatro aperturas; su récord fue 2-1, con 29 entradas lanzadas, 14 hits permitidos, 5 BB, 36 SO, 1.55 ERA y un juego completo. Sus actuaciones quedaron en libro de récords de la franquicia del estado de Massachusetts, ya que es el primer pitcher en la historia del club con al menos tres encuentros consecutivos lanzando 7 entradas, con 10 o más strikeouts y tan solo una base por bolas.
Entre los mejores en 2016
El showcase con los Red Sox en el mes de setiembre le permitió a Hill firmar un contrato de un año y $6 millones con Oakland. Después de años de inestabilidad en las Mayores, el zurdo recibió su recompensa en forma de cheque, premio a su perseverancia y a no darse por vencido ante las adversidades.
El zurdo de Michigan no tuvo un Spring Training destacado, problemas con su control derivaron de muchas bases por bolas, muchos hits y home runs permitidos. Los Athletics tienen un historial reviviendo carreras de abridores, Bartolo Colón y Scott Kazmir son la prueba fehaciente de que el staff de coaches y sobre todo el pitching coach Curt Young parece tener la «fórmula mágica» de resucitar pitchers olvidados.
Fue el Opening Day starter de los Athletics (debía serlo Sonny Gray), pero su debut no fue para nada bueno ya que permaneció en la lomita un poco más de dos innings. Para su segunda salida, su presentación fue diferente: más regular y con una actuación que llegó hasta la sexta entrada, logró ganar su primer partido de la temporada de visitante en Seattle. Fueron transcurriendo las aperturas en la joven temporada y paulatinamente sus actuaciones comenzaron a ser consistentes y regulares, su comando de la zona de strike fue más efectivo y al fin apareció su curveball en todo su esplendor, su lanzamiento más dominante.
Mayo fue el mes de su despegue con un récord de 5-1, 38 innings lanzados, 37 strikeouts y un ERA de 2.13, por ello fue nombrado el pitcher del mes de la American League. Actualmente se encuentra en la lista de lesionados por un problema muscular y está en camino de volver a la lomita en las próximas semanas.
Hoy, a los 36 años, la velocidad promedio de su recta (91 mph) es mayor que cuando comenzó su carrera. Es un pitcher de dos lanzamientos primarios, una recta de cuatro costuras y una curva devastadora que promedia las 76 mph que deja fuera de balance tanto a bateadores zurdos como derechos, provocando un alto porcentaje de groundballs. Su repertorio además incluye slider, sinker y cambio de velocidad.
¿Hay Rich Hill con este nivel para rato? Es imposible predecir si podrá mantener las salidas de calidad que tuvo en los primeros tres meses de este año, y pensando más allá de esta temporada es más complicado aún vislumbrar si su nivel y efectividad serán sustentables en los años por venir. Tal vez este 2016 mágico sea su único año de gloria en su carrera. Si es así muy merecido lo tiene por tantos años de lucha y sacrificios. Sólo el tiempo nos dará la respuesta.