Conforme vas conociendo y adentrándote en el juego del béisbol, concretamente en el apartado de la actividad de los lanzadores, te das cuenta de que los starting pitchers han de tener una amplia gama de lanzamientos. Principalmente, para evitar repetir localización, efecto y velocidad, con el objetivo claro y conciso de no permitir a los bateadores que sean capaces de morder mortalmente a tu equipo y que destrocen tus bases, anoten carreras y conecten home runs. Si eres un pitcher relevo, con dos o tres tipos de lanzamientos podría decirse que ya tienes suficiente (siempre y cuando estos sean ejecutados con maestría), ya que, si salen desde el bullpen, no suelen completar más de dos o tres entradas en un partido. Pero en el caso de ser el responsable de los comienzos de los partidos, el béisbol te exige disponer de variedad a la hora del intento de la eliminación de los bateadores rivales. Uno de los pitches más comunes es el fastball o bola rápida: un lanzamiento directo, duro y sin efecto hacia la zona de strike que suele rondar las 100 millas por hora. No es extraño ver que muchos de los pitchers de hoy en día sean capaces de rondar esta cifra ya que, a mayor velocidad, más complicado será batear la bola; aunque es un arma de doble filo porque, si es bateada, al llevar mayor potencia, mayor será el recorrido de la misma.
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Con el paso de los años se ha ido incrementando el número de jugadores que son capaces de lanzar más duro que en décadas anteriores, y esto, sin duda, es un factor que hace que el deporte sea más competitivo, tanto para el resto de pitchers como para los bateadores. Dificulta aún más el ser capaz de conectar una bola para colocarte y mover las bases o hacer un home run. Ya hemos dicho que estas bolas rápidas suelen alcanzar una media de 100 millas por hora, pero esto depende de muchos factores que pueden hacer que, o bien sean inferiores a esa cifra, o ligeramente superiores: es muy complicado superar los tres dígitos y no siempre se puede calcular con total exactitud a la hora de la comparativa, ya que la tecnología no ha sido siempre la misma ni las condiciones meteorológicas han estado siempre al mismo nivel, lógicamente. En cualquier caso, y como en otros deportes, existen sensores automáticos que ilustran a tiempo real la velocidad a la que viajan las bolas de juego, y el béisbol no iba a ser una excepción; estos aparatos electrónicos miden la potencia de los lanzamientos y se utilizan en la Major League Baseball desde 1935, habiendo registrado varios récords, cada uno con su particularidad e historia, los cuales analizamos en orden ascendente por velocidad registrada en el sensor:
15) 1997
El closer californiano Robb Nen consiguió llegar a 102 MPH mientras cerraba un partido para los Florida Marlins, equipo con el que sería campeón de las Series Mundiales en ese mismo año.
14) 2002
Armando Benítez, relevista dominicano, también consiguió registrar 102 MPH cerrando un partido, aunque esta vez para los Mets de Nueva York.
13) 2004
El ya miembro del Hall Of Fame de la MLB y campeón de las Series Mundiales en 2001 Randy Johnson, dejó también una bola rápida a 102 MPH a la edad de 40 años, abriendo partido para los Arizona Diamondbacks.
12) 2005
Otro closer como Bobby Jenks se apuntó a la lista de lanzadores que han llegado a 102 MPH cuando cerraba encuentro para los White Sox de Chicago.
11) 2006
Y más closers, Brad Lidge, otro californiano que lanzaba a 102 MPH para los Houston Astros.
10) 2007
Matt Lindstrom, actual pitcher de los White Sox, envió un fastball a 102 MPH con la camiseta de los Florida Marlins.
9) 2007
En esta lista no podía faltar uno de los mejores y más duros pitchers actuales de este deporte, el abridor de los Detroit Tigers Justin Verlander, con otro fastball a 102 MPH.
8) 2009
El carismático y barbudo Brian Wilson superó ligeramente la marca anterior con 102.2 MPH cerrando un partido para los Giants de San Francisco.
7) 2009
Jonathan Broxton, también closer, impresionó al público con un misilazo a 102.6 MPH actuando bajo el escudo de los Dodgers de Los Ángeles.
6) 1995
Mark Wohlers, closer y campeón de las Series Mundiales con Atlanta Braves ese mismo año, grabó en el radar un fastball a 103 MPH. Impresionante.
5) 2006
El cañonero de los Tigers, Joel Zumaya, fue el lanzador más duro durante esa temporada. Cerraba un partido cuando su brazo fue capaz de conseguir el escalofriante registro de 104.8 MPH. Los Tigers y Joel llegaron a las Series Mundiales, pero fueron atropellados por los St. Louis Cardinals de Tony La Russa por 4-1.
4) 2010
El actual closer cubano y zurdo de los Cincinnati Reds Aroldis Chapman, en su año de debut, consiguió lanzar al home plate una bola rápida a 105.1 MPH.
3) 2011
De nuevo mencionamos a Aroldis Chapman porque esta vez lanzó un fastball fuera de la zona de strike de Mccutchen (Pittsburgh Pirates) a 106 MPH. Todavía hoy hay discusión acerca de este lanzamiento ya que, justo después del pitch, había tres radares trabajando: el del estadio de los Cincinnati Reds, que marcó 106 MPH; el de Fox Sports, que por su parte señaló 105 MPH; y además otro, el de la tecnología PITCHf/x, que reflejó una velocidad al pitch de Chapman de 102.4 MPH. En cualquier caso, en el marcador del estadio se pudo ver un 106 MPH, lo que valió el aplauso del público al lanzador cubano a pesar de ir perdiendo en aquel momento 1-9 contra los Pirates de Pittsburgh.
2) 1946
Retrocedemos en el tiempo para hablar del mítico pitcher y Hall Of Famer de los Cleveland Indians Bob Feller, que, ayudándose de la tecnología militar de la época, fue capaz de grabar un lanzamiento en el radar vigente en ese momento de nada más y nada menos que 107.6 MPH.
1) 1974
Tenemos ganador. Tuvieron que pasar 28 años para romper el récord establecido por el anteriormente mencionado pitcher de los Indians Bob Feller, y no fue otro que Nolan Ryan: lo logró con un mítico fastball supersónico a 108.1 MPH, el lanzamiento más duro registrado hasta ahora en un partido de la Major League Baseball.
Lamentablemente no contamos con documentos gráficos de los dos lanzamientos registrados más duros en la historia de la Major League Baseball pero sí del que ocupa el tercer puesto, el de Aroldis Chapman en 2011:
Siempre se seguirá discutiendo acerca de los números reales de estos lanzamientos ya que, como comentamos al principio, esto depende de muchos factores y de la propia tecnología que se utilice, por lo que la polémica está servida. A grandes rasgos esos son los lanzamientos más potentes registrados y con mayor aceptación a niveles generales. Se podría haber mencionado también al pitcher clásico y leyenda Walter Johnson por la terrible dureza en sus pitches, pero durante los años en los que él jugaba no se había establecido un control fiable sobre la velocidad de los lanzamientos en aquellas temporadas de principios del siglo XX, por lo que le dedicaremos un artículo en el futuro a este gran jugador de los Washington «Senators».
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