Que en un turno al bate cuatro bolas equivalen a un boleto libre y tres strikes equivalen a la eliminación automática del bateador es prácticamente lo primero que aprendemos sobre nuestro maravilloso juego: el béisbol. Si una cosa es verdad es que ciertos aspectos del juego se deben tener asimilados antes de ver por primera vez un partido, o por lo menos para poder seguirlo y entender lo que sucede al largo del encuentro. No es la tarea más difícil pero francamente, es complicado juntar las ideas en solo unos días; de hecho, yo mismo, que con la boca pequeña me considero un experto en la materia o un freak a mucha honra, a veces aun tengo que consultar las redes para comprender pequeños detalles. ¡Y eso que llevo más de tres años al pie del cañon!
A lo que vamos, leyendo y volviendo a leer el funcionamiento del juego (reglas básicas, duración, posicionamiento de los jugadores, etc) y viendo miles de vídeos en YouTube ya sea de jugadores legendarios pegando bolas en lo más alto del estadio o de los mejores lanzadores presumiendo de sus intocables pitches, usted va a ser capaz finalmente de ver un partido completo disfrutando del momento.
Pero ¡ojo! Habrá momentos, y con eso no quiero decir que sea un fenómeno que suceda día tras día en el béisbol, al menos no en nuestra era, en que se quedará boquiabierto preguntando: “¿Y eso por qué sucede? ¿A qué ha venido esto?”. Amigo, estamos delante de una parte del deporte de la pelota que no viene estipulada en los libros introductorios. Es una parte del juego que se nos mantiene oculta. Estamos hablando de las reglas no escritas. Estas surgen debido a la propia naturaleza del juego y por lo tanto, existen desde que el mismo se empezó a jugar y van a perdurar hasta su (esperamos que no lleguemos a verla) desaparición. Los jugadores las conocen desde bien pequeños y su no cumplimiento es visto para muchos como una falta de respeto no solamente hacia el contrario sino hacia el mismo deporte y demuestra una gran falta de madurez a la vez que se altera el ritmo del encuentro.

El problema que estas reglas suponen para el fan no habitual es que muchas veces pasan inadvertidas, pues se cumplen en el 99% de las ocasiones y no se comentan en televisión. Tiene que ser el mismo fanático el que termine preguntándose por el juego y individualmente cada uno en su casa llegue a descubrir más de lo que los libros o páginas web le hayan enseñado en un principio. Si usted es uno de ellos o si simplemente tiene curiosidad para corroborar sus conocimientos sobre el pasatiempo oficial norteamericano, la siguiente lista les será de ayuda.
Nota: Hay muchas reglas no escritas o «unwritten rules», aquí solo mencionaré las más populares.
10- Nunca pises el montículo cuando lanza el pitcher rival: se conoce también como «la regla de Dallas Braden» debido a un incidente que el entonces abridor de los Oakland Athletics tuvo con Alex Rodríguez de los Yankees. Con A-Rod en primera,, una pelota se fue al territorio de foul por muy poco, lo que obligó al legendario jugador a volver a su base. En vez de hacerlo alrededor del montículo, el tercera base de los Bomberos del Bronx optó por el camino más directo y cruzó la zona del lanzador sin decir nada. Braden se lo tomó como una falta grave de respeto y al terminar la entrada no paró de gritarle muy irritado «¡aléjate de mi montículo!» al futuro hall-of-famer.
9- No festejes un home run antes de terminar la carrera: El béisbol es un juego de respeto. Cuando un jugador pega un cuadrangular se supone que tiene que actuar como si ya ha estado en la misma situación otras veces y no admirar como la bola se eleva hacia las gradas. Es importante añadir que esta es quizás la regla que menos se cumple, ya que hay veces en el partido en que la emoción puede con el bateador, sobre todo si el golpe cambia el rumbo de este.
8- No menciones nunca un no-hitter o un perfect game en juego: Mientras un lanzador está concentrado en hacer historia nadie a su alrededor puede hablar sobre lo que está sucediendo en el montículo. Demasiadas cosas le deben pasar por la cabeza como para que otros se lo vayan recordando. Esto incluye obviamente a los compañeros pero en teoría a los seguidores y a los comentaristas también.
7- Bajo ninguna circunstancia te frotes en la zona donde te pega un lanzamiento: Los bateadores quieren mantener su compostura, actuar como si nada haya pasado y tomar la base que les corresponda. No quieren parecer más débiles que el pitcher contrario y hacerles pensar que han ganado la batalla.
6- No pegues un bunt para romper un no-hitter: Ben Davis, de los Padres, hizo exactamente esto durante un juego perfecto por parte de Curt Schilling de los Diamondbacks en la octava entrada. En parte es de cobardes y es lo más miserable que se puede hacer cuando un pitcher está lanzando quizás el mejor juego de su carrera pero por otra parte si el partido está ajustado y es importante para ambos equipos ganar, ¿por qué se debería ayudar al rival? Podríamos debatir hora sobre esto, ¿qué opinan ustedes?

5- No robes bases si tienes una gran ventaja en el marcador: Una vez el partido está resuelto no hace falta restregárselo en la cara del rival, que demasiado decepcionado está ya. El otro equipo no se lo toma muy bien y se puede calentar el encuentro en nada.
4- No intentes pegarle a la pelota en una cuenta de 3-0 con una gran ventaja en el marcador: En esta cuenta en particular, que se conoce como una hitters’ count, es decir una favorable a los bateadores, los lanzadores suelen asegurarse que no permiten la cuarta bola dejando una fastball o recta justo en el medio de la zona de strike, lo que resulta en determinadas ocasiones en un golpe que le permite al atacante llegar a una base o incluso mandarla fuera del estadio. Por lo tanto, igual que en la anterior, no hace falta tanta agresividad si el partido ya está prácticamente ganado

3- Si le pegas a uno de los míos voy a pegar a uno de los tuyos: Los jugadores tienen que tener cuidado con esto hoy en día, ya que la liga ha empezado a imponer sanciones duras para evitar la situación (a Kelvin Herrera de los Royals le cayeron seis partidos por intentar pegar brutalmente a Brett Lawrie en la cabeza con una recta a 100 millas por hora y a mi me personalmente pareció una sanción exageradamente breve), pero la regla venganza es la más conocida y la que más se ve en los estadios. Si alguno de los compañeros de tu equipo es golpeado por un lanzamiento y está claro que fue intencionado es solo cuestión de tiempo que un rival del mismo calibre del otro equipo sea golpeado como consecuencia.
2- No dejes que el tercer out ocurra en tercera base: Intentar robar tercera con dos eliminados no vale la pena considerando que con un hit en el outfield el corredor anotará muy probablemente desde segunda base. Mejor esperar y ver qué sucede.
1- Un pitcher no puede poner en evidencia a los defensores: Clayton Kershaw hubiese conseguido un juego perfecto ante los Rockies el año pasado de no ser por un error del entonces SS Hanley Ramírez para empezar la séptima entrada. Pero el zurdo no mostró apenas sus emociones y terminó el «no-no». En un deporte de equipo este tipo de cosas pasan y el lanzador, sobre todo en esta situación que comento, entiende lo mal que se siente el defensor y solo piensa en ayudarlo saliendo de la entrada sin más problemas. Y vaya si lo hizo.