He tardado cerca de un mes y medio en elaborar este artículo, bien por requerimientos laborales, bien porque la consecución diaria de noticias que sucedían en torno a la organización de Boston me hacían re-enfocar esta pieza una vez, y otra vez, y otra vez, y otra vez. Por lo pronto decir que Boston Red Sox es la casa de putas de las Grandes Ligas en estos momentos. Hace seis meses, que digo, hace dos meses y medio era un equipo que lideraba su división mano a mano con los Yankees, el segundo mejor equipo de la MLB en balance, todo olía a culo de bebé en Fenway Park de cara a la postemporada con esa mega-plantilla orquestada desde los despachos al estilo Yankee, pero parecía que al bebé le estaban alimentando mal porque le ha entrado una cagalera de cojones y ha pringado todo de mierda. Y hay responsables, muchos, por esa mala nutrición y por no cambiar los pañales.
A ver por donde empiezo, voy a empezar por la mitad para hacer una línea cronológica anormal, cuando el equipo empieza su descalabro al comenzar el mes de septiembre. El 3 de Septiembre aventajaban en nueve partidos a los Rays en la carrera por la wild card, por no hablar de que todavía tenían el título divisional al alcance. La semana del 5 al 11 se van con un balance de 1-6, la del 12 al 18 con 2-4 perdiendo en ambas series contra Tampa, comienzan los nervios, la división parece ya muy lejos pero vienen los Orioles a Fenway, cagadón, 1-3 en cuatro encuentros y seis duelos por delante, aunque parece todo favorable, unos Yankees casi clasificados para Playoffs y los Orioles en Baltimore. En el Bronx pierden los dos primeros partidos y el pospuesto por la lluvia del domingo noche se lo llevan con uno de esos milagros de la Red Sox Nation en las entradas extra gracias a un home run de Ellsbury. Solo queda el trámite de los Orioles. Los Rays a un partido. Pifia de nuevo perdiendo el lunes en Camden Yards, Tampa empatado en balance, habría 163º partido, victoria al día siguiente y llega el miércoles, el día del 162º partido y como no podía ser de otra manera la eliminación llega con debacle final. Ley de Murphy, si algo sale mal puede salir peor. Todo esto, en directo, duele mucho para un fan incondicional desde hace años de los Red Sox, ni os quiero contar en Boston (por lo que me contaban) que yo no estaba.
Escogí un mal día para dejar de fumar, como decían en ‘Aterriza Como Puedas’
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Ya no fueron solo las formas de la caída en picado, ni que es el segundo año consecutivo sin jugar en octubre, es que este equipo fue concebido para ganar las Series Mundiales con una plantilla perfecta a golpe de talonario y se estrellaron de frente. Primera consecuencia, Terry Francona se va tras ocho temporadas con dos títulos bajo el brazo. La marcha de ‘Tito’ no hace sino más que abrir la Caja de Pandora, porque resulta que la mierda se llevaba acumulando desde hace tiempo como cuando Homer Simpson se convirtió en Concejal de Sanidad y metía la basura en el subsuelo. Llega un momento que la ciudad explota de garbage. Francona dice que se va porque él quiere, pero que no ha habido ningún interés de los propietarios (el trío lalala Lucchino, Henry y Werner) en mantenerle; otra vez las cosas se hacen mal en Fenway y una persona que ha hecho mucho por la franquicia se va de forma fea y sucia, como en el peor barrio de South Boston. Pasó con Ramirez, Garciaparra, Lowe, y ahora Francona.
La pelota de mierda se empieza a hacer grande por las filtraciones a la prensa. Por un lado, los ataques a ‘Tito’ al que acusan de no haber estado centrado en su equipo con problemas maritales (casado más de 30 años y se decía que estaba viviendo en un hotel) y usar demasiadoscalmantes por sus lesiones de rodilla (cerca de 20 cirugías se ha practicado). Por otro, salen un montó de trapos sucios de ese vestuario. Parece ser que Lester, Beckett y Lackey se quedaban en el clubhouse comiendo pollo, bebiendo cerveza y jugando a los videojuegos si no eran titulares, Buchholz a veces, incluso se afirma que Lester jugó un encuentro borracho. Lester dice prácticamente sobre la Biblia que pregunten a su mujer lo buen tipo que es; la situación de crear el vestuario como el sofá de casa parece que ya se hacía en 2010. Hay que recordar que Beckett ya fue acusado de algo similar en Florida, que se quedaba mucho tiempo dentro con Brad Penny pasándoselo bien en vez de atender al partido de sus compañeros. Un vestuario de glotones, fragmentado, de estrellas, cargado de ego, los jugadores no se comunicaban y no creían unos en los otros.
Y la culpa es de todos, pequeñas cagarrutas de mierda han creado una gran mierda gigante. De los jugadores por no ser profesionales y crear una cultura de equipo, de los pesos pesados de ese vestuario, en especial el capitán Jason Varitek, señalado por muchos por no ejercer su función de capitán, que para eso lo es, porque algunos necesitaban una niñera antes que un capitán. De Francona por no saber dominar el vestuario y dejar a algunos tocarse las pelotas a mano cambiada. De Theo Epstein, ex general manager, por intentar hacer de los Red Sox algo parecido de los Yankees, funcionar a golpe de talonario y estrellas, destruyendo la cultura pasada de Boston Red Sox. Del trío la la la de presidentes por permitir todo este circo, con encima alicientes como fiestas en sus yates con los jugadores y auriculares de $300 para cada uno, de Henry por no contratar a Billy Beane en 2002 cuando le había dado su palabra y se echó para atrás de un día para otro. Claro que, si el equipo hubiera perdido un partido menos todo esto no hubiera pasado, los Red Sox habrían jugado los Playoffs…o no, la mierda habría salido de todas maneras.
Pero las soluciones son fáciles y puedo exponerlas en retahíla en un periquete. El primero que tenía que irse era Epstein, por mucho que sea natural de Boston y la marcha sea stunning, pero la gestión del roster ha sido lamentable los dos últimos años gastándose casi $300 millones en Crawford, Lackey y González, y los dos primeros son un bluffffs. Ha llegado Ben Cherington a general manager, hombre de la casa con 14 años a sus espaldas en las oficinas de Fenway; tiene que reconstruir, ya están las piezas, que encuentre un manager que maneje ese vestuario que tendrá que tener cambios, aunque siempre he sido partidario de que Francona se tenía que haber quedado, ha sido ‘cabeza de turco’ pese a tener parte de culpa.
Empiezo a dar patadas en el culo, Papelbon menos mal que se ha ido bien lejos (aunque no geográficamente), a a Liga Nacional, a los Phillies; mejor no verle por Boston de nuevo porque no ha salvado ni una mierda importante las últimas temporadas. A Lackey pueden apuntarle al programa de protección de testigos para que desaparezca de por vida bajo el nombre de Jose Miguel Fernandez; afortunadamente, los factores empiezan a sonreir y estará lesionado todo el próximo año por una lesión de codo aunque debe preocupar como pagar tanto a un tipo que tiene un ERA ridículo en dos temporadas. David Ortiz fuera también, por mercenario, por soltar mierda nada más acabar la debacle y por dejarse querer por los Yankees (que han querido meter el dedo en la herida en todo esto claro). Dustin Pedria capitán del equipo, porque ama el club, porque tiene un par de pelotas, lo que conlleva que otro agente libre como Jason Varitek no sea renovado dadas sus funciones de jubilado los últimos dos años. Se va Varitek y no solo hay que firmar un catcher sino dos, porque Saltalamacchia no es un jugador ni siquiera notable (y qué mala decisión fue dejar marchar a Victor Martinez). Firmar un right outfielder para ayudar en ese área. Hacer a Daniel Bard pitcher titular. Poner a Crawford de una vez por todos bien en la posición de bateo. Echar a Youkilis de tercera base porque es un jugador muy lento. Y, ¿por qué no? traer a Jose Reyes. Esas son las soluciones básicas, por supuesto todo pasa por traer un manager en estos momentos porque ahora mismo es muy poco atractivo entrenar a los Red Sox.
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