Josh Hamilton acaba de volver a las Mayores con los Texas Rangers. Sus últimas semanas las pasó en ligas menores como parte de su rehabilitación de la operación de hombro a la que fue sometido en la offseason; el tiempo en las Minors sirvió para tomar ritmo de juego, obtener at-bats necesarios para su swing y volver de la forma adecuada a la gran carpa. La última vez que lo vimos con el uniforme texano fue en octubre de 2012 y mucha agua pasó bajo el puente para ambas partes.
Por un lado, para Hamilton su mudanza al estado de California durante dos años fue una gran decepción por donde se mire: lesiones, bajo rendimiento (240 partidos, con 255 BA, 32 HR, 123 RBI y 226 strikeouts), operaciones y la recaída en sus adicciones fue el incidente que cerró su capítulo en Anaheim.
Mientras que en Arlington, la era post-Hamilton fue con más pena que gloria; solamente una temporada con récord arriba de .500 y un pase a Playoffs. Se encontrará con un equipo muy distinto al que dejo hace tres años. El primer gran cambio es la ausencia de Ron Washington en el dugout, también se va a reencontrar con pocos viejos-nuevos compañeros (Beltré, Felix, Moreland, Holland, Lewis) y si va a tener muchos nuevos compañeros, la mayoría de ellos jóvenes con poca experiencia en las MLB.
Josh Hamilton’s OPS w/ Angels (since start of 2013): .741 Hamilton’s OPS w/ Rangers: .912 pic.twitter.com/4AMxKbRKzt
— ESPN Stats & Info (@ESPNStatsInfo) April 27, 2015
El trade
Lo curioso del trade es que los Angels se deben hacer cargo de alrededor de 68 millones del resto del contrato de Hamilton. Lo que nos preguntamos todos es: ¿por qué no darle otra oportunidad, en lugar de entregarlo a un rival divisional y tener que absorber tantos millones? Si la persona que firma tus cheques no te quiere en el equipo y quien te contrató no te respalda, me refiero Art Moreno y Jerry Dipoto, (dueño y generarl manager angelino, respectivamente), es difícil continuar en una organización con este tipo de ambiente tan enrarecido. Lo que que desencadenó esta postura por parte los Angels fue el tratamiento que recibió por parte de Major League Baseball el caso Hamilton, ya que el jugador no recibió sanción y ésto hizo explotar a Moreno, quién públicamente mostró su desacuerdo con la resolución y comenzó una campaña anti-regreso de Hamilton a los Angels. Hasta que, finalmente, encontraron en los Texas Rangers un socio para el trade y dieron punto final a la relación con tres años más restantes en su contrato de 125 millones firmado en 2013.
¿Los problemas de Hamilton y el abuso de sustancias sorprenden?
No, para nada. Su gran talento siempre se vio apocado por sus problemas con el abuso de drogas y alcohol. Él fue la primera selección del draft de 1999, sus condiciones y herramientas para el deporte nunca estuvieron en duda, y en cambio si estaban los «focos rojos» arriba de él por su comportamiento fuera del campo. Desde su ingreso a MLB con Tampa Bay sus constantes problemas con las adicciones están bien documentados y son de público conocimiento en el ambiente del béisbol, de hecho ésto le alejó del deporte por tres años y medio, hasta que regresó en el año 2007 con los Cincinnati Reds.
Como condición para poder continuar en MLB, Hamilton debe someterse a tres test anti-drogas semanales. Además, en su estancia en Texas y California estuvo bajo la supervisión de un tutor en cada organización que es el que se encargaba de controlarlo, brindarle apoyo psicológico e informar su estado semanalmente a MLB y a los equipos. A pesar de este seguimiento, Hamilton sufrió recaídas en los años 2009 y 2011.
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Texas su lugar en el mundo
«Si pudiera cambiar el pasado, probablemente me habría ido a ningún lado, me habría quedado aquí»
Josh Hamilton (sobre su regreso a los Rangers)
Las palabras de Hamilton en la conferencia de prensa para presentarlo nuevamente como jugador de los Texas Rangers hablan por si solas. El Global Life Park en Arlington es su lugar en el mundo del béisbol, Texas es el Estado que calma sus demonios internos y que lo adoptó en el año 2008, ya que Hamilton hizo de la zona Dallas Fort-Worth su hogar y su residencia en la temporada baja.
En 5 años para los Rangers fue capaz de lograr con el equipo 2 participaciones en las World Series. En su casilla de logros personales se destacan: MVP de la Liga Americana (2010), y5 nominaciones al All-Star Game.
Sus números no mienten, en Texas se vio al mejor Hamilton, en cinco años con los Rangers colgó estos numeritos: .305 BA, 147 HR y 506 RBI. En el ex-Rangers Ballpark, Hamilton se siente cómodo y en la zona, sus 83 home runs y un ratio de 1 HR cada 15.5 at-bats, hablan por sí solos. Sus detractores dicen que es gracias a que el estadio es hitter friendly, en dónde la bola corre muy bien en los días húmedos del verano texano. Buen punto de discusión y una teoría aceptable, pero: ¿el juego no se trata de eso? Potenciar tus virtudes y protegerte o disimular tus falencias, entonces llámese Hamilton, Cabrera, Stanton, si hay poder y el estadio favorece a los bateadores es una virtud del equipo contar con el personal adecuado para maximizar la fortaleza.
El estadio le cae de maravillas al bateador y Texas hoy necesita el poder de Hamilton, la presencia en el plato y su sola inclusión en el batting order ya es una mejora instantánea para la ofensiva texana. Dudas hay muchas que van desde: ¿como se recuperará de la lesión? ¿Podrá recuperar su nivel? ¿Cómo será su reencuentro con los fans a los que maltrato con declaraciones poco acertadas? Y, como no, si podrá mantenerse alejado de los problemas fuera del campo, su durabilidad y las lesiones que tanto lo maltrataron en Anaheim.
Particularmente hay algo que tengo claro, él esta pronto a cumplir 34 años, viene de dos temporadas para el olvido, problemas con abuso de sustancias, lesiones, pero un Josh Hamilton sano y tal vez en el inicio de la curva descendente de su carrera, está varios escalones arriba de muchos jugadores y yo lo quiero en mi equipo.
Para terminar no me quiero olvidar de mencionar el rol fundamental que tendrá la gerencia y el staff de Texas con Jon Daniels a la cabeza, para contener, ayudar, cuidar y brindarle al ex-MVP un entorno propicio para que pueda desenvolverse tanto dentro como fuera del clubhouse. Ésto no es terreno desconocido para ellos ya que por cinco años hicieron ese trabajo, más allá de algunos incidentes lo mantuvieron encaminado y sin distracciones. Pero esta vez tendrán que extremar los cuidados, Hamilton viene con problemas a cuestas, hubo mucho ruido por su recaída y la no sanción, así que estará en el ojo de la tormenta por un tiempo, monitoreado por MLB y el periodismo.