Jake Arrieta es, hoy por hoy, uno de los mejores lanzadores que en la actualidad dominan las Grandes Ligas. El derecho de los Cubs es por el momento el más reciente propietario de un no hits no runs cuando el 21 de abril del presente año completó la hazaña contra los Cincinnati Reds en la paliza de 16-0 en el Great American Ball Park sede de los escarlatas. El 27 del mismo mes, Jake Arrieta se convirtió en el último candidato en intentar igualar una de las hazañas más difíciles del béisbol, dos no hits no runs seguidos. El sueño de Arrieta culminó en el propio primer inning cuando el abridor de los Milwaukee Brewers Jonathan Villar conectó un hit de línea al jardín izquierdo, de tal forma que se esfumaron las posibilidades del diestro de incorporarse al club de los «2 No No’s», que tiene como único miembro al lanzador zurdo Johnny Vander Meer quien consiguiera la hazaña, hasta ahora irrepetible, en junio de 1938.
Para ponernos un poco en perspectiva de lo difícil de la hazaña, detengámonos en los siguientes datos: desde el inicio de las Grandes Ligas con la fundación de la Liga Nacional en 1876, se han concretado 295 no hits no runs, habiéndose jugado hasta el 18 de junio del presente año, según las estadísticas de Baseball Reference, 210.800 encuentros, por lo que sólo se produce un juego sin hits ni carreras ¡cada 714 partidos¡, representando un 0,14% de los juegos de las Mayores efectuados hasta mediados de junio 2016. De estos 295 juegos, sólo 11 han sido no hits no runs combinados (más de un lanzador), por lo que en 284 ocaciones el pitcher abridor se ha llevado la gloria. En esas casi 300 oportunidades, sólo Johnny Vander Meer ha completado la hazaña que da pie al presente artículo, lo que se traduce en un 0.35%.
¿Quién fue Johnny Vander Meer?
Nacido en Prospect Park, New Jersey, el 2 de noviembre de 1914, Johnny Vander Meer fue un lanzador zurdo (que curiosamente bateaba a las dos manos) quien tuvo una carrera desprovista de mayor brillo en las Mayores, en la cual, sin duda alguna, la hazaña de los dos no hits no runs consecutivos representó su pináculo individual en la gran carpa. Desde el punto de vista colectivo, el haber formado parte de los Cincinnati Reds campeones de la World Series de 1940 ante los Detroit Tigers le dio su mayor satisfacción.
Vander Meer coleccionó un récord de 119-121 con 3.44 de ERA en trece campañas, alcanzó el liderato de ponches durante tres temporada consecutivas (del 41 al 43) llegando a 1.294 abanicados de por vida. El zurdo archivó sus campañas de más triunfos en 1942, cuando tuvo una foja de 18-12, 2.43 de ERA, y 1948 con 17-14 y 3.41 de efectividad. También tuvo cuatro participaciones en el Juego de las Estrellas.
El zurdo, conocido como «The Dutch Master» (el maestro holandés), perdió dos años de su carrera (1944-45) al enrolarse en la marina de los Estados Unidos; cuando regresó había perdido la gran velocidad de su recta, lo que incidió para disminuir su ratio de strikeouts por entrada. De hecho, sólo alcanzó mas de 100 ponches en una sola de las campañas que sucedieron luego de su retorno.
Johnny Vander Meer debutó a los 22 años en las Mayores el 22 de abril de 1937, cuando salió como corredor emergente en el inicio del noveno episodio del juego que los Cincinnati Reds eventualmente perdieron ante los Saint Louis Cardinals 14-11. Obtuvo su primera victoria 8-4 ante los Philadelphia Phillies el 2 de junio en labor de 5 entradas en las que permitió 4 carreras limpias y ocho boletos recetando 5 ponches. Finalizó su temporada de novato con un desempeño de 3 lauros por 5 descalabros y 3.84 de ERA acumulando 69 pasaportes en 84 y 1/3 innings de labor, lo que demostraba un serio problema de descontrol y que sus actuaciones no alcanzaban las aspiraciones del equipo de Cincinnati. Los Rojos por su parte tampoco lo hicieron nada bien, al terminar últimos en la Liga Nacional (56-98) lo que trajo como consecuencia la contratación como manager para la temporada de 1938 del futuro miembro del Hall de la Fama Bill McKechnie.
Una de las primeras decisiones del nuevo manager de los Reds de cara a la zafra de 1938 fue incluir al novel zurdo Vander Meer en la rotación de los escarlatas liderada por el diestro Paul Derringer quien alcanzaría 21 triunfos ese año.
Primer No-No
Para el sábado 11 de junio Vander Meer ya se había consolidado en la rotación con un récord de 5-2 y una efectividad de 2.77, habiendo alcanzado su quinta victoria en su anterior salida ante los New York Giants 4-1 con labor completa permitiendo sólo una carrera y 3 hits. En la citada fecha, el zurdo se aprestaba a iniciar su labor ante los Boston Bees (denominación utilizada en algunas temporadas por los Braves); sólo 5.814 fanáticos asistieron al Crosley Field de Cincinnati sin imaginarse que serían testigos del inicio de una hazaña sin precedentes.
Los Bees, dirigidos por Casey Stengel, eran un equipo bastante débil desde el punto de vista ofensivo donde sólo destacaba su inicialista Elbie Fletcher. Vander Meer inició el encuentro retirando a los tres bateadores del equipo visitante, acción que se repitió en las dos siguientes entradas en las que el zurdo se mantuvo perfecto. En el cuarto tramo, Johnny Vander Meer permitió el primer embasado de los visitantes, y dos nuevos boletos en la quinta entrada fueron las únicas concesiones otorgadas por el zurdo en el resto del juego.
Llegado el noveno episodio, Vander Meer concluyó su hazaña obligando al emergente Ray Mueller a un rodado tomado por el antesalista Lew Riggs quien completó el out número 27. Johnny Vander Meer pudo celebrar con los miembros de su equipo la hazaña recién conseguida, primera desde el 1 junio de 1937, cuando el derecho Bill Dietrich de los Chicago White Sox lo había logrado ante los Saint Louis Browns.
Sin embargo no hubo que esperar mucho tiempo para ver nuevamente la hazaña.
Segundo No-No
La siguiente apertura de Vander Meer estaba programada para el 15 de junio en visita a los Brooklyn Dodgers, en una fecha muy especial puesto que se jugaría el primer juego nocturno en el Ebbets Field. 38.748 fanáticos serían testigos de este evento entre los cuales estaban los padres y la prometida de «The Dutch Master», Lois Stewart, quien no entendía mucho la magnitud de la hazaña lograda por su prometido cuatro días antes en Cincinnati. Según las leyendas que rodean esta historia, Johnny le había dicho a su novia que vivía en New Jersey: «Quédate esta noche a ver el juego y yo lanzo de nuevo un juego sin hits, así lo entenderás.»
Los Brooklyn Dodgers, al mando de Burleigh Grimes, estaban pasando una mala época al haber quedado sextos en la Liga Nacional en 1937 y para el 15 de junio ocupaban el penúltimo lugar a once juegos de los New York Giants.
Con una cómoda ventaja 6-0 para los Reds, el zurdo Vander Meer se aprestaba a continuar el yugo ante los de Brooklyn hasta completar la octava entrada. «Vandy», como también era llamado el zurdo de los Rojos, sólo permitió 4 boletos a la toletería contraria. Vander Meer se encaminaba a lograr un hecho histórico sin precedentes, sólo le faltaba el noveno inning para completar la hazaña.
Rápidamente salió del primer out al fallar Buddy Hasset, con rodado a sus manos que Vander Meer concretó el out pisando el mismo la primera base. Luego empezó el drama, concediendo tres boletos de forma consecutiva llenando las bases de estibadores con un sólo out. Al bate estaba el novato Ernie Koy quien movía bien sus piernas. Ante la seriedad de la situación, el manager Bill McKechnie se acercó a la lomita a conversar con el zurdo. Toda la asistencia al estadio abucheaba a McKechnie ante el temor que fuera a traer un relevista que sustituyera a Vander Meer, pero afortunadamente no pasó y el manager permitiría que «Vandy» fuera por el todo.
Ernie Koy conectó fuerte a las manos del tercera base Lew Riggs, quien para asegurar el blanqueo lanzó para el home plate para eliminar al jugador que venía corriendo desde la antesala. Faltaba un out para que el segundo no hits no runs consecutivo se cristalizara. Sólo Leo Durocher, shortstop de los Dodgers y futuro manager de los de Brookyn y miembro del Salón de la Fama, podría impedir la hazaña. Vander Meer colocó en cuenta de 1 bola y 2 strikes a Durocher y se proponía a hacer el lanzamiento de la noche: una recta en la esquina de afuera que el umpire principal consideró bola a pesar que todos los fanáticos habían cantado el strike. Repuesto, de la sorpresa, Vander Meer demostró su aplomo retirando a Durocher con el siguiente envío con un fly atrapado en la zona central del outfield.
Todo fue algarabía y nuevamente Johnny Vander Meer celebró con los miembros de su equipo, incluso también con la presencia del umpire principal Bill Stewart que acudió al montículo a disculparse por el envío cantado como bola previamente.
Vander Meer después de la hazaña
El domingo 19 de junio, Johnny Vander Meer iniciaba un nuevo juego contra los Boston Bees con 18 1/3 innings sin permitir hits. 30.613 fanáticos colmaban el Braves Field en Boston para ver hasta donde se extendía el récord de «Double No Hit» (como empezaron a llamarlo). Duró hasta la cuarta entrada cuando Debs Garmes conectó un hit a la pradera central, dejando en 21 2/3 innings la cadena de Johnny Vander Meer sin permitir inatrapables. Sin embargo, conseguiría una holgada victoria 14-1.
Johnny Vander Meer jugó su último encuentro en las Mayores el 7 de mayo de 1951 con los Cleveland Indians.
Entre los jugadores que han rozado esta hazaña está Ewell Blackwell, nueve años después, también lanzando para los Cincinnati Reds. Blackwell había logrado un juego sin hits ni carreras el 18 de julio de 1947 venciendo a los Boston Braves y el 22 de julio trataría de emular a Vander Meer cuando se enfrentó en un déjà vu a los Brooklyn Dodgers. Blackwell mantuvo a la fuerte línea de Brooklyn sin hits hasta que en el noveno episodio, después de un out, Eddie Stanky conectara un rodado de hit por el center field rompiendo el encanto. Blackwell concedió otro imparable en la novena pero terminó blanqueando 4-0. Irónicamente, Vander Meer fue testigo de excepción de la labor de Blackwell puesto que aún era lanzador de los de Cincinnati.