La selección de estrellas MLB no fue a Japón sólo por turismo de postemporada. Aunque lo único que se van a llevar de la isla va a ser un buen puñado de fotos exóticas (y la bolsa correspondiente). Tras un parón desde 2006, ocho años después las All-Star Japan Series volvían a disputarse. Pero esta selección de jugadores MLB, encabezada por el manager de los Red Sox John Farrell, no pudo imponerse a los Samuráis, la selección nacional japonesa.
Era una de las novedades de este año. En lugar de jugar contra los All-Star de la liga japonesa, como en anteriores ediciones, el rival en este caso fue la selección japonesa de béisbol. Y dio muy buen resultado a los nipones. Las Japan Series se quedan en casa por segunda vez en la historia de esta competición.
Desde que el actual formato comenzó, en el año 1986, los norteamericanos sólo habían perdido una vez estas series, en el año 1990. Por lo que el balance de la MLB en las Japan Series pasa a ser de 9-2.
Se puede pensar que la MLB no se tomó muy en serio esta competición, y que no deja de ser un acto promocional para los aficionados al béisbol en Japón. Puede ser cierto. Que en los Estados Unidos hasta los más fanáticos de este deporte se lo pensaron antes de trasnochar entre semana para ver partidos tan intrascendentes, cuando hace a penas un mes de las Series Mundiales. Es muy probable. Pero a nadie le gusta perder, y si echamos un vistazo a los jugadores MLB que viajaron, (excepto la selección de pitchers, que era más floja), no puede decirse que no fuera un equipo de estrellas.
The full roster for Japan All-Star Series 2014, just announced by MLB & @MLB_PLAYERS: pic.twitter.com/4J28M8wngf— MLB Public Relations (@MLB_PR) noviembre 7, 2014
Además en el último precedente en 2006, la MLB se llevó la serie por 5-0. Pues a pesar de contar con bateadores como Yasiel Puig, José Altuve, Robinson Cano o Justin Morneau, los Samurái consiguieron ganar la serie en los tres primeros partidos, casi sin dar opción a las estrellas de la MLB y con dos partidos a cero.
Gran parte de este éxito se sostiene sobre los pitchers japoneses que mostraron un gran nivel. Kenta Maeda abrió el primer partido en Osaka ante Shoemaker. El japonés no permitió ninguna carrera, tan sólo dos hits en la victoria por 2-0 de Japón. Maeda, de 26 años, probablemente tenga ofertas para jugar en la MLB si este invierno está en la lista de transferibles. Desde el traspaso de Tanaka el año pasado a los Yankees, el acuerdo entre MLB y NPB (Nippon Professional Baseball) establece que el club propietario de Maeda ingresaría un máximo de 20 millones por la operación. Aunque el club, Hiroshima Carps, todavía no ha declarado qué intenciones tiene para Maeda.
El segundo partido fue más abierto y supuso el retorno del pitcher de los Mariners Iwakuma a su tierra natal. Aunque no fue precisamente la vuelta soñada, permitió 5 carreras en un partido en que las estrellas de la MLB terminaron perdiendo 8-4. Tampoco le fue muy bien al otro pitcher japonés, Wada, de los Cubs, que permitió el primer home run de los Samuráis en la octava entrada.
En el tercer partido el pitcheo de Japón dio otra exhibición. Norimoto consiguió cinco entradas sin hit, en el partido que iba a decidir la serie. El resultado, 4-0. Pero ahí no acababan las malas noticias. Robinson Cano recibió un bolazo que le fracturó un dedo del pie. Es una lesión menor pero le obligará a estar tres o cuatro semanas para recuperarse. A partir de ahí, en los siguientes dos partidos las estrellas de la MLB se impusieron, con buenas actuaciones de Capouano y Shoemaker, y ya con los bateadores funcionando, aunque para entonces el daño ya estaba hecho.
Entre los pitchers japoneses, una de las claves para la consecución de estas Japan Series, destaca el joven Shohei Otani. Es uno de los jugadores que más interés genera entre los equipos de la MLB, por su potencial. El pitcher contribuyó a la victoria en el primer partido de la serie y abrió el quinto juego aunque permitió dos carreras. Seguro que esta prueba contra bateadores de ese nivel no ha pasado desapercibida. Es difícil con un lanzamiento que alcanza los 160 km/h con sólo 20 años. De momento, John Farrell dijo de él tras el primer partido: “Si ves sus habilidades físicas, tiene una enorme carrera y mucho futuro por delante”.
Esta gira japonesa demuestra hasta qué punto el país asiático ama el béisbol. Además del potencial de sus jugadores y las mejoras competitivas. Los estadios en los que se disputaron los partidos tenían un aspecto inmejorable, y con una afición tradicionalmente muy ruidosa. Tanto el Tokio Dome, el Kyocera Dome en Osaka, el Sapporo Dome o el quizá más emblemático de todos, el Koshien Stadium, dan buen ejemplo de lo que significa este deporte allí. El Koshien Stadium, sede de los Hoshien Tigers, el es que más historia tiene y jugadores míticos como Babe Ruth o Lou Gehrig pasaron por el santuario nipón del béisbol.