En una era de baseball donde la habilidad se suele medir en home runs y millas por hora, alegra saber que de vez en cuando aparece un jugador que recupera la esencia del deporte que se jugaba durante el siglo pasado. En 2001, durante el apogeo de los esteroides y la constante fijación por romper todos los récords habidos y por haber, Ichiro Suzuki volvió a recuperar con éxito el llamado “small ball”, con sus bunts y infield hits, sus bases robadas y, en general, un estilo de juego que parecía haberse perdido. Al mismo tiempo, y al otro lado del montículo, pitchers como Jamie Moyer, Tim Wakefield o el propio R.A. Dickey, demuestran que no siempre es necesario sobrepasar constantemente las 90 millas por hora para tener éxito, y que pitches como la knuckleball de Wakefield y Dickey no sólo eran efectivos cincuenta o sesenta años atrás. Lo que nos lleva a dos jugadores que, igual que en el caso de Ichiro, están rompiendo los moldes y el estilo ofensivo que hoy en día domina en los campos de baseball. Con más o menos éxito, Billy Hamilton y Dee Gordon están logrando que se hable de ellos por la velocidad de sus pies y no por la de su bate, recuperando la posición de leadoff hitter “de toda la vida”.
La posición de leadoff, el primer bateador de la alineación, ha cambiado mucho a través del tiempo, evolucionando de una posición reservada exclusivamente para el jugador más rápido del equipo hasta una posición donde lo más importante es conseguir colocarse en base, sin importar demasiado cómo, para dar más oportunidad de RBI a los bateadores fuertes que vienen por detrás; entonces, los Marquis Grissom, Kenny Lofton o Tim Raines, quienes pese a su bajo on-base percentage eran un peligro corriendo las bases, han dado paso a los Matt Carpenter, Ben Zobrist o Shin-Soo Choo de hoy en día, quienes tienen un OBP muy alto en su carrera pese a no ser especialmente conocidos por su ligereza de piernas. Además, hoy en día los velocistas como Coco Crisp en Oakland o Michael Bourn en Cleveland, pese a su demostrada velocidad, son mucho más conservadores a la hora de correr, adaptándose al baseball más “moderno” de sus respectivos equipos pese a no exprimir al máximo sus habilidades.
Los bateadores rápidos nunca van a extinguirse, pero la manera de utilizarlos está cambiando, y ahí es donde entran Hamilton (CF, Cincinnati Reds) y Gordon (2B, Los Angeles Dodgers), a quienes, desde su llegada a las Majors, sus equipos les están dando carta blanca para correr y ser agresivos entre bases, utilizando una estrategia que prácticamente se ha perdido hoy en día. Billy Hamilton, quien lleva 24 bases robadas en menos de 45 partidos disputados con Cincinnati, es conocido por sus 155 bases robadas en 2012, récord histórico para una temporada en las Minor Leagues. Gordon, por su parte, se ha visto eclipsado por Hamilton en los últimos dos años, pero su velocidad no se queda atrás, y esta temporada sus 24 bases robadas le podrían garantizar alcanzar las 100 si mantiene el ritmo que lleva hasta la fecha.
La gran ventaja de disponer de jugadores como Hamilton o Gordon en la parte alta de la alineación es que abren un gran abanico de posibilidades para su equipo en cuanto a estrategia, y condicionan completamente la de sus rivales. Por ejemplo, en el caso de Los Angeles, al tener a Gordon en base, el pitcher deberá lanzar más fastballs y tener más cuidado con el siguiente bateador, que por lo general suele ser Yasiel Puig, quien no suele mostrar clemencia cuando los pitchers contrarios le lanzan en la strikezone. De igual modo, este año Joey Votto está bateando como nº2 en Cincinanti, y él mismo ha dicho que Hamilton es el primer jugador que le “protege” pese a batear delante de él (por lo general se dice que se “protege” a un buen bateador con otro igualmente bueno que batee detrás de él, pero nunca delante), porque ahora ve muchas menos breaking balls cuando Hamilton está en base. Aun así, este último aspecto es la mayor desventaja de tener a dichos jugadores como leadoffs, y es que su OBP por debajo de la media (.303 Hamilton y .313 Gordon en su carrera) les limita por completo su arsenal ofensivo, y les cuesta a sus equipos valiosos at-bats en la parte alta de la alineación.
Para disfrutar del leadoff perfecto es importante encontrar un balance entre on-base y velocidad, ya que por lo general o dicho jugador se llama Rickey Henderson o lo más normal es que disponga de una de las dos características. Sin embargo, al margen de las estadísticas, como aficionados debemos disfrutar de lo que jugadores como Hamilton o Gordon aportan al deporte, y a lo mejor si sus carreras son exitosas en un futuro todos los equipos volverán a arriesgarse a encontrar velocistas como ellos y a darles rienda suelta en las bases. Hasta entonces siempre nos quedarán perlas como esta o esta otra.