A estas alturas, todos sabréis cuál ha sido el tema más candente de la primera mitad de septiembre. Seguro que muchos conoceréis los detalles de la polémica sobre Matt Harvey y el límite de entradas que debe lanzar en su recuperación de la cirugía Tommy John. Muchos tendréis, logicamente, una opinión sobre quién tiene razón o que se debería hacer. Aún así, vamos ha hacer una pequeña cronología del desarrollo de esta controversia:
- 4 de septiembre: Scott Boras, representante de Harvey dice que, según instrucciones de James Andrews el cirujano que le operó, el pitcher tiene un límite extricto de 180 entradas y que «no es una decisión del club, es una decisión del doctor. Cualquier jugador que elija desafiar los deseos de un cirujano está poniendo al jugador en peligro«.
- 5 de septiembre: sorprendidos por este cambio de planes de Boras (o Harvey), tanto la gerencia de los Mets como la afición esperan la aclaración del lanzador. Éste habla antes de un partido ante los Marlins en Miami y siembra el caos con sus declaraciones. Dice que él siempre va a querer lanzar, pero que «contraté al dr. Andrews para hacer la operación. Contraté a Scott (Boras) por un sólo motivo: para prolongar mi carrera y ponerme en la mejor situación posible«. A todas las demás preguntas, incluyendo a si pasará el límite de 180 y si jugará en los Playoffs, repondé que está sólo centrado en su próximo partido, el día 8 ante los Nationals.
- 6 de septiembre: Ante el cabreo en la afición Met, Harvey (o Boras) escribe un pequeño artículo en The Players’ Tribune donde dice que es un momento muy emocionante para jugar para los Mets y que el estará en los Playoffs.
- 7 de septiembre: Cuando el equipo llega a Washington para la serie clave ante los Nationals, Sandy Alderson, general manager de los Mets, habla con Harvey y dice que le ha propuesto una acuerdo que va a desarrollar junto a Andrews, Boras y el propio Harvey. La oferta consiste en lanzar dos partidos más (el del día 8 y uno en la serie ante los Yankees) y, si la serie que cierra la temporada regular es importante para la clasificación para Playoffs, darle otra titularidad más (que contaría como partido de Playoffs y no como de regular season, por tanto, no estaría incluido en un límite de 180 que se propone para lo que resta de competición hasta la postemporada). Dice que el plan para el resto de Playoffs se iría trabajando dependiendo de como vayan Harvey y la competición.
- 8 de septiembre: Harvey tiene uno de sus peores partidos del año. Acaba con 5.1 entradas lanzadas, 8 hits, 2 walks, 7 carreras permitidas y 6 strikeouts. Aún así, el ataque consigue remontar y los Mets ganan 8-7 a los Nationals para ampliar a 6 partidos la ventaja en la NL Este.
- Desde el 9 de septiembre: se suceden las especulaciones acerca de cual es el plan para Harvey. Se habla de que sólo lanzará en la última serie de la regular season, pero acaba tomando fuerza la idea que comentó Alderson. Dos partidos más en regular season (Yankees y Nationals, siendo esta última opcional) y plan para Playoffs abierto que se decidirá dependiendo de como estén la situación y el pitcher. El último plan, comentado por Terry Collins, el manager de los Mets, el día 13 es que Harvey lanzaría en turnos normales, pero sólo entre 3 y 5 entradas. La idea es que no se cargue de entradas, pero no pierda ritmo de competición al pasar más de una semana entre aperturas. Eso obligaría al equipo a tener un reliever que se centre en lanzar unas tres entradas en estas titularidades cortas.
Ahora que ya está hecho el repaso, toca la parte de opinión pura y dura. Antes de nada, aviso a navegantes. Como ya sabéis, soy un fanático de los Mets y eso afecta mi opinión. Había pensado en intentar ser 100% objetivo, pero no me iba a salir. Lo noto. Así que prefiero ser sincero y daros mi punto de vista real sobre el tema, creo que es lo mejor.
Algunas de las voces más importante en el mundo periodístico del béisbol estadounidense como Jon Heyman de CBS y Paul Hagen de MLB.com no tardaron en ponerse de parte de Harvey (y Boras). El argumento es que Harvey es un lanzador de tan sólo 26 años que, si lanzaba, estaba poniendo en peligro su carrera y los consiguientes ingresos económicos. Incluso Keith Hernandez, first baseman con los Mets campeones en 1986 y comentarista muy querido por la afición en la televisión de los Mets, defendió esta postura. Otros articulistas, como Grant Brisbee de SB Nation, fueron más allá, diciendo que Harvey nunca debería fiarse del equipo (los Mets o cualquiera para el que juegue) y que no debería hacer nada por los fans porque no se preocupan realmente por él.
En ningún caso voy a decir que Harvey debería lanzar todo lo que haga falta sin tener en cuenta las consecuencias para su futuro. Lo primero debe ser siempre la salud del jugador. Si está lesionado no debe jugar aunque se trate de la gran estrella del equipo y del partido más importante de la historia de la franquicia. Así de simple. Además estamos hablando de una persona cuya carrera es muy corta y que tiene el potencial de firmar dentro de 3 años un contrato como el de Scherzer (7 años y $210 millones). Una burrada de dinero, pero tiene todo el derecho de querer trabajar por ello y defender esa posibilidad. No olvidemos que el ace no es todavía ni mucho menos un multimillonario. Esta offseason tendrá el primero de sus tres pasos por la arbitration en los que comenzará ver frutos económicos acordes con su calidad. Este año sin ir más lejos su sueldo de $614.125. Obviamente, es ahora cuando él (y Boras) puede empezar a ver los frutos económicos de sus esfuerzos y quiere estar a tope para ello. Es lícito.
Matt Harvey tells reporters that he’s always considered 180 IP a limit, and won’t answer questions about the playoffs. Can’t believe this.
— Anthony DiComo (@AnthonyDiComo) septiembre 5, 2015
La verdad es que si el límite era 180 entradas, los Mets tienen que respetarlo. El problema es que ése no ha sido nunca el plan. Tal y como publicó Adam Rubin en ESPN el pasado febrero el plan de los Mets era que Harvey lanzase en torno a 200 entradas inluyendo Playoffs. La idea era no llegar a 215 o 225, pero desde luego el límite era superior al que se dice ahora. Esas 20 entradas extra más o menos, perfectamente podrían dar para tres partidos más, lo que podría ser un partido por ronda de Playoffs. Si hubiesen informado a principios de año de que existía un límite extricto de 180, ¿no hubiesen gestionado sus apariciones de otra forma? Podrían haberle dado descanso durante más tiempo y que no debutase esta temporada hasta mediados de mayo. Se puede pensar que a Alderson y compañía la posibilidad de llegar a Playoffs, les pilló de improviso, pero como se recoje en el twit de más abajo en febrero ya lo estaban considerando. Aún si no lo hubiesen hecho, una vez visto que había opciones podían haberle hecho saltarse turnos más a menudo.
Algunos ya han dicho que fue culpa de los Mets no haberse enterado y que si quisieron pensar que no era un límite fijo o que no incluía la postemporada es cosa suya, no de Harvey (o de Boras). ¿De verdad alguien cree que los Mets habían podido diseñar este plan sin que Harvey, Boras y sus médicos lo aprobasen? Lo dudo mucho. Además, una gerencia de la MLB, cualquiera que sea, querría saber los detalles de la recuperación de su gran estrella, para saber cómo gestionar su regreso y como sacarle el máximo rendimiento. Si un front office no hace eso, no merece estar en la máxima competición de béisbol del mundo.
Otra duda que me surje es por qué Boras (o Harvey) no han dicho nada hasta ahora. Los Mets nunca han ocultado que intervalo de entradas estaban considerando. Lo dijo Alderson en el Spring Training y en julio Dan Warthen, el pitching coach dijo a Sports Illustrated que estaban valorando subir un poco ante la buena evolución del lanzador y que participase en unas 190 entradas en la temporada regular. Sin embargo, hasta agosto (cuando el pitcher llevaba unas 140IP) el general manager no recibió un aviso de que Boras iba a hablar con los doctores para ver si habría que reducir el número. No ha sido hasta ahora cuando le ha llegado lo de las 180 entradas. ¿No han tenido meses para hacer eso y así no dejar al equipo sin capacidad de reacción?
Sandy Alderson says no 215 innings for Matt Harvey, but reins won’t be so tight. 200 innings possible «including playoffs.»
— Adam Rubin (@AdamRubinESPN) febrero 20, 2015
Otro tema es, ¿por qué 180? James Andrews está reconocido como el mayor especialista del mundo en la Tommy John, así que si ha dado esa cifra, habría que tenerla en consideración. Sin embargo, otros doctores discrepan. Otro cirujano mencionado por Boras decía que la barrera debía ser entre 160 y 165. Ahí ya hay una diferencia. Jayson Stark de ESPN dijo en el podcast de Buster Olney que según lo médicos deportivos con los que ha hablado no es posible que Andrews haya dado una cifra concreta porque simplemente no se puede. Esta cirujía y su recuperación son un absoluto misterio. Hay jugadores que se operan una vez y tienen largas carreras, como Joe Nathan. Otros, como Brandon Beachy y Chris Capuano, se operan y se tienen que volver a someter a la operación (en muchos casos pasa mucho tiempo entre una y otra, Victor Zambrano lanzó durante 10 años antes de repetir, Jason isringhausen 11, Todd Coffey 13). Otros se vuelven a romper tras apenas un puñado de entradas. Unos pocos ni siquiera vuelven a lanzar. (Mirad esta genial tabla que recoje todos los casos). Todas las lesiones son inciertas, pero la Tommy John es la más incierta de todas. Hay que ir caso por caso, controlar al pitcher tras cada partido (algo que Rubin, Stark y Olney dicen en el podcast de antes que los Mets han hecho) para asegurarse de que no hay molestias ni otros indicadores de lesión. A partir de eso, se puede decidir cuanto y cuando lanza. Harvey no ha mostrado ningún dolor. Nada que haga pensar que realmente se acerca a un límite. Otra circunstancia que juega a favor de que el pitcher tenga más libertad es que tuvo un reposo de 17 meses tras la operación, un tiempo muy superior al que han tenido otros pitchers. Es cierto, que nadie ha lanzado más de 200 entradas en el primer año tras la vuelta a de la TJ y que, a priori, no se deberían superar por mucho records personales de entradas lanzadas, pero las circunstancias de este caso y el control al que ha sometido hacen pensar que está bien para seguir jugando un poco más.
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Como he dicho más arriba, algunos como Grant Brisbee, creen que los equipos no se preocupan por los jugadores. ¿De verdad? Con todo el tiempo y dinero gastado en cuidarles, enseñarles y hacerles mejorar, ¿van a sacarle sin más sin preocuparles si se cargan su carrera? ¿A un jugador que a medio o largo plazo puede ser clave en lograr un anillo? Los Mets han dado muchísimas muestras de precuparse por él. Han gestionado sus partidos para controlar que su total de entradas no se fuese de las manos. Han puesto rotaciones de seis hombres para darle más descanso. Han hecho que otros pitchers jugasen los partidos que le correspondían a Harvey para que tuviese más tiempo para recuperarse de cada apertura. Sólo en 15 de sus 26 partidos ha llegado a 100 pitches y sólo en uno ha pasado de 109. Eso es importante porque hay otro motivo por el que el número de 180 es un tanto aleatorio. ¿Es peor lanzar 20 entradas de 10 lanzamientos o 10 entradas de 25? Según datos de Fred Katz para el Washington Post, en 2013 lanzó 2724 pitches en 178.1 entradas por 2438 en 171.2 entradas este año. Esa diferencia de 286 lanzamientos equivale a unos tres partidos. Así que, todavía tendría margen hasta su record de esfuerzos. Además, Harvey ha lanzado menos sliders este año, que es el tipo de lanzamiento más dañido para el brazo por la torsión a la que se le somete. Así que el equipo se ha asegurado de no meter mucha tralla al codo operado de Harvey y la barrera que mencionó Boras parece aún más aleatoria.
Los Mets han cuidado de él. Mucho. Incluso se han asegurado de hacerle la recuperación cómoda y a su gusto, permitiéndole hacerla en Nueva York y no en Port St. Lucie (Florida) donde el equipo tiene su centro de Spring Training, a su afiliado de Clase A+ y donde todos los jugadores llevan a cabo tratamientos y rehabilitaciones en un entorno más relajado. De hecho, en varios casos han cuidado más de él que él mismo (o Boras). A finales de la temporada 2014 Harvey quiso batir records de velocidad de vuelta de la Tommy John y volver a jugar un partido de MLB 12 meses después de la operación. Ahí si venía bien el afán competitivo porque era publicidad positiva. Tuvieron que ser los Mets lo que le dijeron que no, era mejor descansar. A los Mets les hubiese venido bien que jugase para llenar el estadio en una temporada ya perdida a esas alturas, pero prefirieron que descansase y que empezase 2015 a tope y con más reposo que muchos otros lanzadores que han pasado por esa cirujía. A mediados de año los Mets establecieron una rotación de seis hombres principalmente para dar más descanso a su ace. Harvey no tardó en salir diciendo que no quería ese día extra, que le sacaba de la rutina. Cuando Matz se lesionó, la gerencia decidió complacerle y no meter otro jugador (Gee, Verrett) ha encargarse del turno adicional. En ese momento a Boras (o Harvey) no le importó si acumulaba entradas. Al final los Mets tuvieron que imponer ese a ese sexto hombre y que su estrella se saltase turnos en la rotación. Desde luego que la gerencia se ha procupado por él (de hecho a Alderson le dolió mucho la acusación de que podían poner en peligro la salud del pitcher porque tanto él como el equipo médico consideraban que estaban tomando todos las medidas a su alcance y que estaban siendo justos con él), le han dado facilidades, han claudicado a veces a sus deseos, pero al final han impuesto medidas para proteger al jugador, incluso de él mismo.
Ya he comentado que parte de la prensa apoyaba al lanzador, pero otra parte (sobre todo neoyorquina) le ha dado mucha caña. Decían sobre todo que el momento de este anuncio, a un mes de los Playoffs, ha significado dejar al equipo colgado. Algunos ex jugadores también se han mostrado sorprendidos por los hechos. El gran Pedro Martínez aconsejó que se reservase en la temporada Regular y que, una vez en Playoffs, fuese a por todas porque «no todos tienen esa oportunidad«. Recordó la ALCS de 1999 en las que tuvo que abandonar el primer partido con dolores de espalda y lanzó 6 entradas en el quinto pese a ellos, diciendo que “Ese día valió la pena y estoy bien orgulloso de eso. Me puso en un lugar con mis compañeros que nadie puede entender si no ha estado en el clubhouse con cada uno de los 25 jugadores en ese roster”.
can't believe what I'm hearing i couldn't imagine me or ron darling agent would even think about taking the ball from us come crunch time i
— Dwight Gooden (@DocGooden16) September 6, 2015
Dwight Gooden, ace de los Mets campeones en 1986 fue más allá, diciendo que no se podría imaginar a su agente o el de Ron Darling (otro abridor de los Mets de 1986 y ahora comentarista en la televisión de los Mets) les hubiese quitado la pelota en el momento en que se jugaban todo. También decía que un ace quiere subir al montículo cada cinco días al tiempo que recordaba que los innings como tal no son tan importantes como el stress que se sufre en esos innings.
Sólo hay un punto en el que no estoy de acuerdo con Gooden. Seguro que Harvey querría lanzar cada cinco días. En un mundo ideal a todos los aficionados al equipo de Queens nos gustaría. Sin embargo, entendemos que este año no se puede. Hay que administrarlo un poco. Nadie espera que lance 250 entradas de repente porque no es lógico. No puedes pasar de esa operación y un año sin lanzar a soltarle sin controles. La gerencia y los cuerpos técnico y médico lo han administrado bien, le han dado descanso y nadie en la afición ha protestado, diciendo que tenía que lanzar cada turno. Si él hubiese dicho que tenía la más mínima molestia en algún momento, se le hubiese parado y nadie hubiese protestado. Incluso si hubiese dicho que quería un límite estricto con tiempo suficiente para que el front office puediese reaccionar, se hubiese comprendido. Seguro que hubiese recibido críticas, pero hubiesen entendido que se preocupase de su futuro porque no dejaba tirado al equipo. Eso se debe a que, pese a lo que dice Brisbee, el aficionado se preocupa de los jugadores, sólo espera un poco de compromiso con el equipo. Que se preocupen por los compañeros y los aficionados que, al fin y al cabo, son los sufren cada día juntos y los que hacen el esfuerzo de ir al estadio y comprar camisetas y entradas para animarles.
Lo que sí pedimos (al menos un gran sector de la afición) es que se compagine la recuperación con la aportación deportiva. Eso es lo que han hecho los Mets. Eso significaría mantener lo que se acordó a principios de año y lo que se ha ido desarrollando según avanzaba la temporada (se ha aumentado el número de entradas al ver que el pitcher no daba señales de ningún problema, pero los Mets han sido muy claros con sus intenciones, todos sabían lo que se esperaba y no ha salido este límite hasta ahora). Significa hacer un esfuerzo por el equipo que te ha cuidado, la afición que te ha apoyado y por tu espíritu competitivo. No hace falta lanzar 2 voces por ronda de postemporada, basta con una, ayudar. Cortar de repente todo y dejar al equipo sin uno de sus jugadores más importantes para unos Playoffs a los que los Mets no llegaban desde 2008, no es compaginar.
Los aficionados queremos ver ganas de ganar, de esforzarse por la victoria. No pedimos en absoluto que se dejen todo su futuro en dos partidos, pero tampoco nos gusta que parezca que el único objetivo es el dinero. Está claro que son profesionales, pero ¿el objetivo del deporte no es competir? ¿Probarse y luchar? Algo de eso tiene que haber. Esas ganas de ser el mejor y subir el banderín de Campeones. Cuando vemos que se toman decisiones o se sugieren cosas cuya única idea es que siga fluyendo el dinero, no gusta.
Lo digo porque en mi opinión el objetivo de este límite es básicamente proteger el dinero. Estar seguros de que va a llegar a ese contrato aunque cuando llegue al final de su carrera no tenga ningún anillo. Es lícito buscar los millones, pero ¿de verdad va a querer mirar atrás dentro de veinte años y decir que ha perdido su oportunidad de ser campeón? Por supuesto, puede que tenga opciones en el futuro y puede que los Mets de este año no sean favoritos, pero la de ahora es una oportunidad real en la que tanto él como el conjunto por lo menos estarían en condiciones de luchar. En 2012 los Nationals no usaron a Strasburg en los Playoffs (por cierto, lo pararon con 160 entradas, otra prueba más de que cada caso es diferente). Llegaban como el mejor equipo de la MLB y cayeron en primera ronda. Puede que hubiesen caído igualmente con el pitcher activo, pero siempre quedará la duda, más aún si los Nationals siguen in ganar. ¿Era aquella la gran oportunidad? ¿Qué hubiese pasado? Los Mets han hecho todo lo que estaba en su mano para asegurarse de que no tenían que hacerse esa pregunta (si hubiesen sido ellos los que se hubiesen empeñado en dejar a Harvey fuera de la postemporada, le hubiesen llovido las críticas a la franquicia por todas partes igual que les cayeron a los Nationals, todos lo sabemos). Le han dado todos los cuidados y caprichos. Consideran que han sido justos con su ace, sólo esperan un poco de reciprocidad por la otra parte.
Eso es también lo que esperan los aficionados. Un poco de compromiso. No tienes que dejarte la salud, pero sí estar ahí, ayudar en la pelea. Cuando muetras eso puedes pasar de ser el jugador más criticado en la plantilla a convertirte en un ídolo. Sólo hay que ver la reacción a las lágrimas de Wilmer Flores en el traspaso que al final no se confirmó. Cuando muestras lo contrario, también se produce la reacción inversa, de idolatrado a criticado. Ese es el verdadero problema. La verdadera consecuencia de la decisión de Harvey (o Boras) es un enorme empeoramiento de la relación del pitcher con todos los estamentos del club: gerencia (sieten que han sido justos y que no reciben el mismo buen trato), equipo (muchos entenderán a Harvey, pero por lo menos a algunos como David Wright, que lleva siete años sin disfrutar de una opción en los Playoffs y que ha hecho todo lo posible para recuperarse de una estenosis espinal, una lesión que se rumoreó que podía acabar con su carrera, seguro que les ha molestado) y afición (que no ve la misma implicación que han puesto ellos). Eso es todo lo que sale de ello, por lo demás Harvey sólo se ahorrará un puñado de entradas y el equipo se lleva las acusaciones de no preocuparse por la salud de sus empleados. Nadie ha ganado con este embrollo.
Encima, en el caso de Harvey, las cosas ya partían de un mal punto. Pese a todos los videos promocionales por parte del equipo, las gradas llenas de máscaras de Batman y los Happy Harvey Day, la relación siempre ha sido un tanto fría. Siempre ha existido la sensación de que estaba en el equipo porque le obligaba el contrato y que se marcharía a toda velocidad en cuanto fuese agente libre (a poder ser a los enemigos Yankees, su equipo favorito de niño).
Todo esto ha llevado a parte de los seguidores y a algunos periodistas como Adam Rubin, el beatwriter de los Mets para ESPN, y Buster Olney a decir que la mejor solución es el traspaso de Harvey esta misma offseason. Personalmente, no me termina de convencer la idea. Es cierto que se esquiva toda la polémica y se conseguirían piezas de primer nivel. Sin embargo, a Harvey le quedan tres años de contrato por lo que si al final hay que hacer un trade para evitar que se vaya sin dejar nada, hay tiempo. Creo que hay que usar 2016 para ver que han aprendido tanto el club como el lanzador. A partir de ahí, decidir. Al mismo tiempo se puede poner en el montículo una rotación aún joven, pero con un año más de experiencia a la vez que los bateadores jóvenes como d’Arnaud o Conforto empiezan a tomar las riendas del ataque. Creo que también serviría para que los Mets demuestren que sí cuidan de los jugadores. Si se hace un traspaso se puede enviar un mensaje de: «el jugador no se ha plegado a nuestros deseos, no ha hecho lo que queríamos, así que no lo queremos«. Manteniéndolo creo que se puede mandar el mensaje contrario.
Por último, la duda que me queda es de donde ha venido todo esto. A veces veo claro que ha sido Harvey el que no quería lanzar y ha ido poniendo a Boras por delante para no llevarse él las críticas, por eso el día 5 dió largas a todas las preguntas diciendo que Andrews y su agente se preocupaban por él. Otras me parece que ha sido Boras el que ha querido proteger su comisión del contrato del pitcher y le ha convencido para aceptar este límite a última hora. Por eso, la absoluta falta de preocupación por equipo y afición. De ahí que a lo largo de todo el artículo no haya tenido claro de quien eran las decisiones.
Los Mets tienen que centrarse ahora en certificar su pase a Playoffs y disputarlos luego a tope, sin distracciones. Parece que Harvey va a lanzar, pero limitado de alguna forma. El resto de jugadores tendrán que sobreponerse tanto al ruido creado por esta polémica como a la menor presencia de uno de sus mejores jugadores. Si Harvey hubiese estado realmente lesionado se hubiesen tenido que reponer también igual que lo tendrán que hacer a la falta de Wheeler o igual que lo han hecho todo el año con la falta de Wright. No obstante, no hay una lesión real. Todo el problema ha sido artificial y va a hacer incómoda una situación, que tras 7 años sin aparecer en la postemporada, debería ser un disfrute para todos.