Todos conocemos a los New York Yankees, la franquicia más poderosa de la MLB. Probablemente una de las franquicias deportivas más famosas del mundo en cualquier deporte. Una fama cimentada en gran parte en ser el conjunto con más exito deportivo de cualquiera de las cuatro grandes competiciones de Estados Unidos: 27 títulos de las World Series, 40 pennants de la AL y 51 apariciones en los Playoffs. Además, muchos de los grandes jugadores de la historia han vestido la famosa camiseta a rayas de los Bronx Bombers: Babe Ruth y el Murderer´s Row de los años 20, Lou Gehrig, Joe DiMaggio, Mickey Mantle y, más recientemente, Mariano Rivera y Derek Jeter, que recientemente ha anunciado su retirada para final de año.
Pero tambien son conocidos por tener un poderío económico sin comparación. Su éxito en el campo, su localización en una de las capitales mundiales del dinero y el buen trabajo realizado por parte de los departamentos de Finanzas y Marketing, ha hecho que año tras año puedan tener un payroll inasumible para el 95% de las franquicias restantes (probablemente Red Sox y Dodgers sean las excepciones). Su capacidad económica es tal que, según Forbes, los Yankees tienen un valor aproximado de $1.850 millones, lo que le sitúa en la tercera posición entre las franquicias deportivas más valiosas del mundo, sólo por detrás de Manchester United y Real Madrid.
Esto les permite fichar a las mayores figuras del béisbol para dominar la competición y acumular títulos. Pero el poderío económico lo demuestran sobre todo tras temporadas flojas, cuando la familia Steinbrenner, los dueños, abren del todo la cartera para atraer a todo Agente Libre en el mercado. Ya ocurrió tras la temporada 2008. Ese año los Bombers terminaron terceros de la AL Este con un récord de 89-73, lo que les dejó a 8 partidos del campeón de división y a seis de la Wild Card. Esa campaña quedaron fuera de los Playoffs por primera vez desde 1994. ¿Qué solución se le ocurrió a la gerencia? Gastar. Adquirieron a C.C. Sabathia (7 años y $161 millones), Mark Teixeira (8 años y $180 millones), Nick Swisher (3 años y $21,05 millones y una opción por otro año y $10,25 millones pendientes de su contrato con Oakland) y A.J. Burnett (5 años y $82,5 millones) y renovaron a Andy Petitte (1 año y $5,5 millones). ¿El resultado? Un récord de 103-59 (14 partidos ganados más que el año anterior), el mejor balance del año, campeones de división con ocho partidos de ventaja y campeones de las World Series ante los Phillies. Para ello, los Yankees se comprometieron a gastar $450,05 millones en sólo cinco jugadores.
Esta offseason los Yankees han decidido emplear la misma técnica. En 2013 los del Bronx quedaron terceros en la AL Este con un record de 85-77, quedando a 12 victorias del campeón de división, sus archienemigos Red Sox, y fuera de la postemporada. Llegaba la hora de reconstruir y, como ya hemos visto, para los Yankees eso no significa traer jugadores jóvenes y darles tiempo, si no gastar dinero y traer a veteranos que puedan ganar ya. El primer paso fue dejar marchar a Robinson Canó y utilizar ese dinero en traer a otros jugadores. Los fichajes más llamativos del año han sido los siguientes: Kelly Johnson (1 año y $3 millones), renovación de Derek Jeter (1 año y $12 millones) en la que será su última temporada, renovación de Hiroki Kuroda (1 año y $16 millones), Carlos Beltrán (3 años y $45 millones), Brian McCann (5 años y $85 millones), Jacoby Ellsbury (7 años y $153 millones) y la joya de la corona el pitcher japonés Masahiro Tanaka (7 años y $155 millones más un pago de 20 millones a los Rakuten Golden Eagles el anterior equipo del lanzador). Con estos contrato y algun otro de menor importancia los Yankees se han gastado $491 millones esta offseason. En total el payroll de la temporada 2014 es de casi $210 millones (segundo dólo por detrás de los Dodgers). Esto supone que la franquicia va a tener que pagar una multa del 50 millones por saltarse el límite salarial. Es decir, el desmbolso este año va a ser de $315 millones.
¿Todo este gasto servirá de algo? Pues es difícil saberlo. Yo veo que el equipo tiene tres problemas principalmente. El primero es el que he comentado tantas veces. No me gusta nada la estrategia de formar la plantilla a base de talonario. Un equipo debe basarse en el home-grown talent. Es decir, en draftear bien y ayudar a que esos drafteados se desarrollen bien en las Ligas Menores. Los fichajes en la Agencia Libre deben de tener el objetivo de apuntalar la plantilla y arreglar los huecos que no se hayan podido rellenar con el draft. El problama de crear un equipo entero en la Free Agency es que ata demasiados recursos económicos y resta flexibilidad a la gerencia para preparar el futuro, ya que ha menudo hay que ofrecer contratos muy largos para atraer a las estrellas. Los propios Yankees han tenido que firmar varios acuerdos de cinco, siete y ocho años. Además, si no se gestiona bien, el vestuario puede convertirse en una lucha de egos que se cargue toda la inversión. La ventaja de los Bombers es que, si alguien sabe cómo hacer que la fórmula tenga éxito, son ellos. Llevan 80 años utilizando este método y han sido muy exitosos.
El segundo problema es también bastante típico en el Bronx: la edad. A principios de la temporada pasada ya escribía que la edad de la plantilla era muy elevada y es muy posible que eso se acabase notando en menor rendimiento de los jugadores y una mayor propensión a las lesiones (Youkilis sólo jugó 28 partidos, Jeter 17 y Teixeira 15). Los movimientos en la offseason no han ayudado precisamente a solventar el problema. El año pasado la medía de edad de los bateadores era de 31,8 años, la misma que la de los pitchers (es decir, una media total en la plantilla de 31,8). Este año es verdad que la media de los lanzadores se ha reducido a 29,4, pero la de los hitters ha subido hasta los 32,7 (media general de 31,05, lo que supone un descenso mínimo). No parece que el problema se vaya a solucionar a corto plazo. Es cierto que Jeter (40 años), Ichiro (40), Kuroda (39) y Soriano (38) están en su último año de contrato, pero los de Nueva York tienen un buen número de acuerdos que les mantendrán entre los equipos de edad más avanzada de la MLB. El contrato de Teixeira acabará cuando el first baseman tenga 37 años, el de Sabathia con 36, pero hay una opción por una año más, el de Ellsbury con 37 y también tiene una opción por una año extra, el de McCann con 35, el de Beltrán con 40 y el de A-Rod acabará oficialmente cuando el jugador tenga 42, aunque no podemos contar con ello. De los grandes fichajes de este año sólo el de Tanaka que tiene 25 años y lo terminará con 32 ha permitido rejuvenecer un poco la plantilla. La última vez que el equipo se quedó fuera de Playoffs la media de edad del roster era de 30,95 años y para ganar las World Seriesal año siguiente esa media se redujo hasta los 29,85; es decir, hasta en su año malo la plantilla era más joven que este año. Una vez más los Yankees, debido a su sistema de contratar Agentes Libres consagrados, están acostumbrados a competir y ganar con plantillas de edad elevada, pero en una competición tan larga y de esfuerzo continuado la edad puede pasar mucha factura. Si se les lesionan un par de estrellas los del Bronx pueden pasarlo muy mal en una división tan difícil. Creo que estaban ante una gran oportunidad para no sólo reconstruir el equipo, si no para rejuvenecerlo y darle unos años de competititvidad sin preocuparse de juvilaciones y retiradas.
El tercer problema se centra en un sólo jugador. Y, de hecho, creo que el problema lo tienen tanto el equipo como el propio deportista. Me refiero a Masahiro Tanaka. Tengo que reconocerlo, cuando leí que el pitcher había elegido a los Yankees, escribí seguido en Twitter que ne pareció un enorme fallo por su parte. Pero luego me dí cuenta que también era un error de la gerencia del club. ¿Por qué creo que para Tanaka era un fallo? Venía de un temporadón en Japón con un record de 24-0 y un ERA de 1.27 y se lo que generó varios meses de rumores acerca de qué franquicias pujarían por él y en cuál acabaría. Hizo un tour de los Estados Unidos visitando a todos los clubes que le querían contratar, negociando y haciendo que se hinchase aún más la burbuja. Al final acabó en el Bronx. Las ventajas son claras. Fichar por un equipo que le podía pagar un sueldazo, el equipo más famoso de la historia del béisbol y en la mayor ciudad del país. Los problemas básicamente los mismos. Su gran campaña en la NPB y su Masahiro Tanaka USA Tour hicieron que las expectativas sobre su rendimiento en la MLB se disparasen. Las expectativas son aún mayores siendo jugador de los Yankees. El equipo venía de una temporada decepcionante y el lanzador llegaba como el gran salvador que de la noche a la mañana iba a hacer a los Yankees de nuevo en campeones y se convertiría en el nuevo Yu Darvish. Por mucho que Tanaka fuese una gran estrella en Japón, no se puede comparar a vestir el uniforme rayado y tener que estar a la altura de los que los fans y la prensa neoyorquina esperaban de él. La presión para tener éxito y, más concretamente, para tener éxito de inmediato era enorme. Si todo salía bien, sería idolatrado; pero, si salía mal o regular, iba a tener que soportar toda la responsabilidad de ser el jugador por el que se habían pagado $175 millones que no habían servido de nada. Creo que es demasiada presión de la noche a la mañana. Tenía serias dudas de que el jugador pudiese soportarlo.
Pero todo esto también suponía un problema para la franquicia. Habían invertido muchísimo dinero en un solo jugador (aunque ya sabemos que esto por sí solo no es un problema para los Yankees). Un jugador sin experiencia en la MLB, ni siquiera en las Minors. Era complicado saber como reaccionaría Tanaka a vivir en un nuevo país y jugar ante los mejores bateadores del mundo, teniendo a todo el universo Yankee y a la prensa atentos a cualquier error. Esto podía generar problemas al cuerpo técnico a la hora de gestionar el juego del japonés y sus relaciones con la plantilla, ya que la llegada de un jugador así también puede generar una lucha de egos en un vestuario compuesto de estrellas.
Hasta ahora, tanto Tanaka como los miembros de la gerencia que decidieron su fichaje me han cerrado la boca claramente. El japonés ha sido uno de los mejores lanzadores del año. 3-0, ERA de 2.15, WHIP de 0.818, ERA+ de 193, 29.1 entradas lanzadas en cuatro partidos jugados y 10.7 K/9, convirtiéndose en el tercer jugador de la historia tras Stephen Strasburg en lanzar por lo menos 10K en sus tres primeros partidos en la MLB. Habrá que ver cómo sigue y como termina la temporada, pero, de momento, parece que este tercer problema no es ni siquiera una ligera preocupación.
Como acabo de decir, aún queda mucha temporada y las cosas pueden cambiar; pero, de momento, parece que el sistema Yankee está funcionando. Los Bombarderos lideran la AL Este con un balance de 14-10 y 2.0 partidos de ventaja (antes del partido del domingo 28) sobre su más inmediato rival, los Baltimore Orioles. Con su actual récord, los Yankees tienen un porcentaje de victorias del 59,09%, lo que supondría un balance de 96-66 al final de la Regular Season. Debería ser suficiente para ganar la división y desde luego para lograr una de las plazas de Playoffs. Sin embargo, la temporada es muy larga y a una plantilla con una edad tan elevada se le puede hacer especialmente larga y difícil; sobre todo teniendo en cuenta lo complicada que es la división.