Una de las mejores cosas del béisbol es que nunca sabes lo que va a pasar. En cualquier partido puede pasar cualquier cosa y el peor equipo puede ganar al mejor equipo de la historia en un momento dado. Cuando empecé a seguir el deporte, enseguida me dí cuenta de que una de las apuestas deportivas más locas es poner tu dinero a que un equipo determinado va a ganar un partido concreto. Los Mets de 1962 podrían haber ganado a los Yankees de Murderer´s Row. Incluso los Miami Marlins de este año son capaces de ganar encuentros. Si buscamos con ahínco seguro que hasta descubrimos que los Astros se han llevado la victoria alguna vez en lo que va de temporada.
Hay demasiadas cosas que pueden salir bien o mal en un partido. Y, por supuesto, hay muchísimas cosas que pueden salir bien o mal en una temporada entera. Este hecho le da una magia especial al deporte. Pero también puede suponer un problema si has tenido la genial ocurrencia de escribir una columna sobre béisbol y te has puesto a hacer pronósticos durante la offseason sobre cómo acabarán algunos equipos.
En la primera edición de la columna decidí escribir sobre dos equipos que yo creía que tendrían un año muy bueno y acabarían siendo candidatos a ganar las World Series: Los Angels y los Dodgers. Si releéis los artículos y luego buscáis la clasificación actual, veréis que he fallado por completo. Los Angels están penúltimos en la AL Oeste con un record de 17-27 (y sólo se libran de ocupar el último puesto porque compiten contra los Astros) y los Dodgers son el peor equipo de la NL Oeste con 17 victorias y 25 derrotas.
¿Qué ha pasado? ¿Cómo es posible tan enorme error? Charlie Encinas ya escribió sobre los problemas de los de Anaheim, así que yo he decidido analizar los motivos del mal momento de los Dodgers. Como hay distintas causas he decidido que lo mejor es ir por partes y analizar cómo han funcionado el pitcheo y el bateo; y, después, analizar otras posibles razones para que de momento no lluevan victorias en el sur de California.
Lanzadores
Vamos a empezar por lo más sencillo. ¿Cómo de buena es la rotación de los Dodgers? Pues, sinceramente, su rendimiento está siendo bastante mediocre. De los cinco pitchers con más titularidades este año, sólamente uno tiene un ERA inferior a 3.40 y tres de los cinco tienen un ERA superior a 4.80. Es decir, los partidos se han puesto muy cuesta arriba desde el principio para los angelinos en la mayoría de los casos.
El equipo tiene a uno de los mejores pitchers de la MLB y, probablemente, el mejor de la Liga Nacional: Clayton Kershaw. El tejano está teniendo la mejor temporada de su carrera y eso es mucho decir para un jugador que ha sido dos veces All-Star, ha ganado una vez el Cy Young y ha quedado segundo en la votación en otra ocasión. Su ERA está en 1.40 (líder de las Majors) y su ERA+ está en 263. Es decir, su nivel está siendo dos veces y medio mejor que el de la media de la liga. Su WHIP es de 0.870 y logra 9.4 strikeouts cada nueve innings, pero sólo permite 2.4 walks en ese mismo periodo. La línea de bateo de los hitters a los que se enfrenta es irrisoria: .175/.233/.260 y acumula un WAR de 2.9. Es cierto que el BABIP es muy bajo (.230) y que, cuando se ponga a un nivel más normal los demás registros se ajustarán, pero aún así parece encaminado a tener su mejor año y a llevarse el Cy Young de nuevo.
Hyun-jun Ryu está teniendo un buen debut en la MLB. Un ERA de 3.42 y un record de 4-2 colocan al coreano como una sólida incorporación y como lanzador número dos del equipo. Zack Greinke debería ocupar este puesto y, desde luego está mostrando números como para serlo (ERA: 1.62; WHIP: 0.780; 0.5BB/9 y 14.00K/BB), pero su lesión en la famosa pelea con Carlos Quentin ha hecho que sólo haya podido jugar tres partidos. El resto de abridores están muy lejos de ser eficientes.
Especialmente malo es el caso de Josh Beckett. El diestro, llegado el año pasado en el traspaso con Boston, está demostrando que los buenos datos logrados en Los Angeles el año pasado no son más que un espejismo. Las estadísticas que ha acumulado a lo largo de este mes y medio no dejan lugar a dudas. Record de 0-5, ERA de 5.19 y ERA+ de 71. Su WHIP está en 1.500 y su ratio de walks cada nueve entradas está cerca de los peores de su carrera con 3.1. Tan sólo el ratio de strikeouts se mantiene en sus registros habituales con 8.3. y ahora el peor dato: su WAR es de -0.6 (¡¡¡¡¡!!!!!). Es decir, si no hubiese jugado ningún partido los Dodgers hubiesen obtenido casi una victoria más. No olvidemos que los dueños le pagan $15,750,000 este año por ese rendimiento.
Desde la gerencia no se pueden quejar mucho de la rotación titular, porque por lo menos tienen un par de aportes positivos. El bullpen, sin embargo, está teniendo un año nefasto. Es el tercero peor de la MLB según el ERA con un registro de 4.61. En conjunto, acumulan 5 victorias y 13 derrotas y permiten un promedio de bateo a los rivales de .262. El único relevista con un dato de carreras permitidas realmente bueno es J.P. Howell con 2.89, pero un WHIP de 1.339 me hace pensar que ese buen registro no durará mucho.
Dos casos destacan por encima del resto. El closer Brandon League llegó a mediados de la campaña pasada desde los Mariners para ser el cerrador de élite que necesitaba el equipo, pero está teniendo una temporada muy mala. Es cierto que ha logrado 9 saves en 11 oportunidades, pero su ERA está en 5.51 y su WHIP en 1.469, datos insostenibles para un closer, ya que no puede permitir tantos corredores y carreras en partidos ajustados. Además su ratio de strikeouts se ha reducido a la mitad en comparación al que tuvo con el equipo el año pasado. Por su parte, Javy Guerra, el mejor reliever del equipo el año pasado empezó el año en la DL y no pudo debutar hasta el 1 de mayo. Y la que debería haber sido una gran ayuda para el bullpen, no ha aportado demasiado. Ha participado en cinco encuentros, lanzando siete entradas en las que ha acumulado un ERA de 7.71.
Desde luego, el rendimiento en el montículo no ha estado nada bien. Los lanzadores no han rendido a la altura de lo que se espera en un candidato a llevarse el trofeo a final de temporada. La mayoría de abridores han puesto las cosas muy difíciles para los bateadores Dodgers, poniendo al equipo en desventaja desde muy pronto y los relevistas no han dado la consistencia tan necesaria en la parte final de los encuentros.
Bateadores
Cuando los lanzadores no responden, el lineup tiene que dar un paso al frente y lograr anotaciones para que el equipo sea competitivo. En este caso, nada más lejos de la realidad. El equipo está entre los últimos clasificados en casi todos los rankings de bateo. Los Dodgers han logrado 142 carreras lo que significa que es el segundo club que menos anota. Además parece que la ansiedad por lograr carreras les está haciendo mella ya que son el equipo que más strikeouts comete en la Liga Nacional.
Sin embargo, es curioso que son el quinto lineup con mejor promedio (.259) y OBP (.331). ¿Dónde está ent0nces el problema? Pues yo veo dos grandes deficiencias. Primero, no están teniendo nada de poder en el bateo. Apenas están están logrando extrabase hits ya que acumulan 57 dobles (últimos de la NL), 3 triples (12º) y 28 Home Runs (penúltimos). También son penúltimos en Slugging con un registro de .361 y su Isolated Power (ISO) es de sólo .107. FanGraphs califica un ISO de .100 como malo y uno de 0.080 como nefasto. Sobran las palabras. ¡Ojo! No estoy diciendo, que lograr HR sea la mejor forma de ganar partidos, pero es una forma de anotar carreras tan válida como otra cualquiera y, si te quedas cojo en ese ámbito, te va a costar más sumar Ws.
El segundo problema es que, pese a colocar corredores en bases, son incapaces de hacerles anotar. Sólo un 11% de los baserunners han acabado sumando carreras.
El mejor jugador con el bate está siendo Adrián González. Su línea de bateo es de .331/.383/.478 y es líder de RBI de la plantilla con 29 casi el doble que el segundo. Sin embargo, como el resto del equipo, está fallando a la hora de lograr Home Runs. Lleva 4 en 39 partidos y lleva camino de lograr 16 en los 162 encuentros de la temporada, muy por debajo de su media de carrera de 29 cada 162 partidos.
El traspaso con los Red Sox el año pasado está siendo bastante productivo en la ofensiva, ya que Carl Crawford se ha mantenido sano y está haciendo una gran labor como leadoff hitter con un OBP de .358 y liderando el equipo con 26 carreras anotadas. Mark Ellis, el catcher A.J. Ellis y Andre Ethier también están produciendo números decentes.
La gran decepción del ataque Dodger está siendo la gran estrella del equipo, Matt Kemp. Su línea de bateo es de .265/.331/.340, lo que supone grandes bajones en todos los componentes; especialmente en el de Slugging que ha bajado 198 puntos desde el .538 del año pasado. Por si ese bajón no dejase a las claras la caída en su capacidad de batear con poder, su ISO está en 0.074 y tan sólo lleva un Home Run. Con 15 RBI en 42 partidos lleva camino de lograr 60 en 162 encuentros; muy por debajo de su media habitual de 94 en una temporada completa.
Sin embargo, la estadística que deja más a las claras la mala temporada que está haciendo es que su WAR es de -0.4. ¡Los Dodgers hubiesen estado mejor si Kemp no hubiese jugado ningún partido! Sin embargo, los datos que ha acumulado a lo largo de su carrera hacen que el outfielder sea digno de confianza y que los aficionados de los californianos puedan esperar que remonte su nivel a lo largo del año.
El banquillo tampoco está respondiendo muy bien para dar descanso al lineup habitual. De los ocho jugadores con al menos 15 at-bats, tan solo tres (Nick Punto, Jerry Hairston Jr. y Scott Van Slyke) tienen un promedio de por lo menos .200. Incluso hay jugadores como Luis Cruz y Ramón Hernández con un OPS+ negativo. Teniendo en cuenta que 100 representa la media de la liga, os podéis imaginar que un registro negativo, no es algo muy bueno.
Si yo fuese seguidor del conjunto de Los Ángeles, aún sería optimista con la ofensiva. Matt Kemp mejorará su rendimiento y se aproximará a sus niveles habituales y, si consiguen batear para un poco más de poder y empiezan a aprovechar a los corredores que ponen en las bases para anotar carreras, su situación en la clasificación de la división mejorará mucho.
Otras causas
La otra principal causa de los malos resultados del equipo angelino se puede encontrar en las lesiones. Al principio de temporada yo destacaba que los Dodgers tenían una gran profundidad de banquillo en la posición de pitcher titular y lo peor es que la han necesitado toda e incluso más, ya que han tenido que subir a algún lanzador desde el farm system. En total han utilizado nueve abridores diferentes en 42 partidos. Tener profundidad en una posición es bueno si se utiliza en momentos puntuales, no si tienes que andar recurriendo continuamente a distintos jugadores, ya que los pitchers no logran tomar ritmo competitivo y eso puede afectar a su rendimiento. Además algunas lesiones han sido completamente ridículas. El caso más claro es la rotura de clavícula de Greinke en una pelea con Carlos Quentin que le mantuvo fuera un mes.
Las lesiones no han afectado sólo a los pitchers, si no que también algunos position players se han perdido encuentros. El caso más relevante es el de Hanley Ramírez, que llegó desde los Marlins el año pasado y empezó la temporada en la DL. El que debería ser el shortstop titular sólo pudo disputar cuatro partidos antes de volver a lesionarse.
En total 11 jugadores han pasado por la Disabled List. Con tantos jugadores perdiéndose partidos ha sido difícil que los jugadores cojan ritmo, se acoplen bien y puedan rendir al máximo.
Los Dodgers se han visto en una división mucho más competitiva de lo esperado originalmente. Giants, D´Backs y Rockies tienen un record positivo y los Padres sólo están a tres partidos ganados del 50% de victorias. Por lo que, los del sur de California se han encontrado con que muchas de las series que a priori deberían haber sido relativamente sencillas, han sido muy disputadas y, con los problemas de rendimiento y lesiones, eso no son buenas noticias.
Por último, puede que a los Dodgers les haya afectado la presión. Partían como favoritos para muchos y sabían que los dueños habían invertido mucho dinero para otorgarles ese status. Tanto, que se habían convertido en el equipo con el mayor payroll de la MLB. Puede que este hecho haya afectado a los jugadores poniéndoles demasiado peso sobre sus hombros.
Ya sabéis, para toda la información de los Mets @NymetsEsp en Twitter y el blog nymetsnewsesp.wordpress.com.