El béisbol es un deporte de mitos y leyendas. Tantos años de historia al final han acabado generando historias míticas (como Babe Ruth apuntando hacia dónde iba a pegar un home run) y jugadores legendarios. Parece que hay un consenso bastante generalizado en que el mejor beisbolista de la historia (aunque yo personalmente no soy muy partidario de nombrar al mejor de todos los tiempos en un deporte) es el propio Ruth, pero luego hay una larga lista de jugadores que podrían competir por los siguientes puestos en ese ranking: Ty Cobb, Walter Johnson, Christy Mathewson, Ted Williams, Stan Musial, Tom Seaver, Pedro Martinez. En un futuro puede que haya que añadir a otros como Giancarlo Stanton o Mike Trout. Y así podría seguir durante muchos párrafos.
Si hay un equipo que pueda presumir de haber acumulado el mayor número de jugadores que podrían entrar en esta lista esos son los Yankees. Ruth, Gehrig, Jeter, Rivera, etc. Entre algunos de esos jugadores pasaron décadas, otros fueron contemporáneos y sucesores entre ellos. Y voy a hablar de dos de esos. Dos de los mejores jugadores de la historia y miembros de la dinastía que dominó los mediados del siglo XX: Joe DiMaggio y Mickey Mantle. Dos jugadores que marcaron una época en el Bronx y en el béisbol en general. Pero no va a ser un artículo sobre historia como los últimos que he escrito. Voy a «utilizarles» para hacer un ejemplo práctico sobre el uso de estadísticas para comparar jugadores y así completar los artículos sobre estadísticas ofensivas básicas y avanzadas que hemos publicado en Sportsmadeinusa.com.
Historia de dos outfielders
Joe DiMaggio nació en 1914 y desde su llegada a los Yankees en 1936 se convirtió en una leyenda de la franquicia. Los Bombers ganaron las World Series en sus primeros cuatro años en la liga y un total de 9 en sus 13 años de carrera (se retiró en 1951, pero se pasó 3 años en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, aunque apenas salió de Estados Unidos en esos años y nunca entró en combate). Fue 13 veces All Star y 3 veces MVP. Es también recordado como un grandísimo centerfielder, de hecho, Hank Greenberg dijo que la única forma de conseguir un hit ante los Yankees era enviando la pelota a donde no estaba DiMaggio. Sin embargo, es sobre todo recordado por su record de 56 partidos consecutivos logrando al menos 1 hit, establecido en 1941, y que aún sigue, y seguirá por muchos años, vigente.
Mickey Mantle nació en 1931 y llegó a Nueva York en 1951, el último año de DiMaggio, al que sustituyó en el centerfield cuando éste se retiró. Las continuas comparaciones con «Joltin’ Joe» en sus primeros años fueron una dura carga para él. Sin embargo, acabó siendo idolatrado por los aficionados y en su carrera fue 20 veces All Star, ganó 7 anillos, 3 MVP y logró un Triple Crown. Muchos dicen que hubiese sido aún más grande si no llega a ser por las lesiones y el abuso del alcohol que lastraron su trayectoria.
http://https://www.youtube.com/watch?v=tXLoCnoBD4o
Estadísticas básicas
La idea de hacer esta comparación surge al ver la tabla con la que termina el primer artículo de este serial. La tabla, que muestra a los jugadores con mayor OPS de la historia, tiene a estos dos jugadores empatados en el 11º puesto con un registro de .977. ¿Qué mejor que comparar al maestro con su sucesor?
Primero vamos a ver que tal le fue a DiMaggio:
Vamos con lo básico la slash line: DiMaggio tuvo un registro en su carrera de .325/.398/.579. Mientras que la de «The Mick» fue de .298/.421./.557. Lo primero que salta a la vista es que ambos tenían un diferente modo de encarar los turnos al bate. Mientras el primero se centraba casi exclusivamente en lograr hits (su OBP sólo sube 73 puntos en comparación con el promedio de bateo), el segundo mostraba más habilidades para llegar a las bases (su OBP es 123 puntos más alto que el promedio). Esto se aprecia claramente en sus números de hits y walks. En realidad Mantle logró más hits en su carrera, 2.415 por los 2.214 de su predecesor. Esto se debe a que Mantle jugó cinco años y 665 partidos más (además DiMaggio se perdió por la guerra las campañas en las que hubiese tenido 28, 29 y 30 años, en general las edades más productivas de los deportistas). Si nos fijamos en el promedio por 162 partidos jugados vemos que «Joltin’ Joe» logró 207 hits por temporada regular entera mientras que «The Mick» se quedó en 163. La categoría de walks está claramente a favor de Mantle ya que domina tanto en términos absolutos (1.733 vs 790) como en términos relativos (117 por cada 162 partidos vs 74).
Todo esto nos hace pensar que el sucesor superó al maestro en disciplina y paciencia en el plate, pero si nos fijamos en la categoría de strikeouts vemos que era el maestro el que sabía aprovechar mejor los at-bats. Mientras que DiMaggio promedió sólo 34K por temporada regular, Mantle se iba a los 115. De hecho, mientras que el primero nunca pasó de 39 en una sola temporada, el segundo sólo bajo de 74 en 1963 año en el que sólo jugó 65 encuentros. La verdad es que con las estadísticas básicas resulta dificil explicar esta contradicción. Parece que, mientras que «Joltin’ Joe» era más regular respecto a su estrategia en el plate, Mantle podía variar mucho, o se lanzaba a por el hit a por todas o estiraba el plate appearance hasta lograr la BB.
¿Cuál de los dos tenía más poder de bateo? Si buscamos en la estadística básica que analiza este apartado, el Slugging Percentage, veremos que ambos eran muy parejos. DiMaggio tiene una pequeña ventaja (.579 vs .557) que no nos da muchas pistas. Vamos a analizar cómo llegaron a esos números. Lo primero que miramos, obviamente, son los Home Runs. Basándonos una vez más en el promedio por 162 partidos para evitar el problema de la carrera más longeva de Mantle, vemos que es el rubio de Oklahoma el que sacaba más a menudo la pelota del estadio (36 vs 34). El liderazgo de DiMaggio en el Slugging Percentage se basa en su mayor capacidad para lograr Dobles (36 vs 23) y Triples (12 vs 5). Es decir, aunque el sucesor mandaba la pelota a las gradas más a menudo, el maestro tenía mas capacidad para mandar pelotas lejos dentro del terreno de juego y llegar más lejos en las bases. Puede que DiMaggio tuviese un poquito menos de poder puro, pero su mayor velocidad le mantiene parejo con Mantle.
Pero, ¿esto era realmente así? ¿Era DiMaggio más veloz y corría mejor las bases? Podemos fijarnos en su habilidad para robar bases. A primera vista parece que en realidad Mantle era más rápido. Robó un promedio de 10 bases por temporada, mientras que Joe se conformó con 3. Aunque son número bajos en realidad, parece que «The Mick» era algo más veloz. No obstante, podemos pensar también que DiMaggio robase menos bases porque su manager era más conservador y no se quería arriesgar a perder un corredor. Analicemos, por tanto, el porcentaje de éxito en el robo de bases (para ello dividiremos el número de bases robadas por el de intentos de robo, es decir, la suma de robos y veces eliminados robando). Mickey sigue liderando, pero por un estrecho margen de 80,1% frente a un 76,92%. Vemos que los dos jugadores se siguen mostrando muy parejos y que las estadíticas básicas nos siguen dejando con una pequeña contradicción.
Por último, quedan las carreras anotadas (R) y las carreras impulsadas (RBI). Como ya comentaron mis compañeros en las primeras entregas del serial, estas dos estadísticas (sobre todo la segunda) hay que cogerlas con pinzas. Estos datos se ven muy afectados por muchas circunstancias como la habilidad de los compañeros, la posición del jugador en el orden de bateo (si batea primero le será más facil anotar carreras, pero más dificil impulsarlas) o si se jugaba en una época de gran producción ofensiva o de dominio de los lanzadores. Si sólo nos fijamos en los números, sin entrar en el contexto, es «Joltin’Joe» el que domina con solvencia. Su promedio de 130 carreras anotadas y 143 impulsadas hacen que parezca más importante para el equipo que Mantle y sus 113 anotadas y 102 impulsadas. Sin embargo, como ahora veremos, el contexto en el béisbol es muy importante.
Estadísticas avanzadas
Y es tan importante porque son muchísimas las cosas que pueden afectar el rendimiento y, por tanto, las estadísticas de un jugador. Estas son algunas de las variables más importantes:
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El estadio: Como todos sabéis, cada ballpark tiene un diseño distinto en el outfield. Algunos son más pequeños, otros grandes, otros tienen diseños extraños para acomodar las gradas y otros tienen un lado más cerca del plate que el otro. El viejo Yankee Stadium entraba en esta última categoría. El lado izquierdo quedaba mucho más lejos que el derecho. Y este hecho es muy importante para este análisis porque DiMaggio era diestro y Mantle un switch-hitter. Es decir, que «The Mick» tenía ventaja. Al enfrentar algunos at-bats como bateador zurdo le resultaba más facil batear home runs hacia el rightfield. De hecho DiMaggio sólo bateó el 41% de sus home runs en casa. El famoso Bill James dijo que Joe fue el jugador de la historia que perdió más HR por las características de su estadio de casa. Hasta el propio Mantle dijo que había visto a su mentor batear pelotas que en cualquier otro estadio se hubiesen ido a las gradas. Por tanto, tanto el estadio de casa como el de los visitantes a los que se enfrentaron, alteró sus números.
- El lineup y los compañeros: DiMaggio jugó hasta el 97,18% de sus partidos 3º o 4º en el lineup mientras que Mantle bateó el 84,26% de sus partidos 3º o 4º. Esto debería dar ventaja al mentor a la hora de lograr RBI. Algunos de los compañeros de Joltin´ Joe fueron Lou Gehrig, Phil Rizzuto, Bill Dickey, Yogi Berra o Johnny Mize. Gente que compartió camiseta con Mantle fueron Berra, Roger Maris, Whitey Ford o Enos Slaughter. Jugar con compañeros así siempre facilita las cosas.
- Rivales: Cuanto mejor sea el pitcher que lanza las bolas más dificil será batear y peores los números. Parece lógico. La lista de pitcher a los que se enfrentó Joe y que acabaron en el Hall of Fame incluye a jugadores de la talla de Lefty Grove, Ted Lyons, Bob Feller, Early Wynn o Bob Lemon, mientras que la de Mickey incluye a los 3 últimos más Hoyt Wilhelm, Catfish Hunter o Jim Palmer.
- Tendencia ofensiva: Un ejemplo claro y más reciente. Un bateador de los ’90 con todas las ofensivas bateando en números altísimos y a veces estratosféricos tendrá con mucha probabilidad mejores números que los que puede tener un bateador hoy en día. El estándar comparativo no puede ser el mismo. Entre 1936 y 1951, los años de Joe, el promedio de carreras anotadas por partido en la American League era de 4,82 mientras que entre 1951 y 1968, la época Mantle, el registro era de 4,21, llegando a tan sólo 3,41 en el «Year of the Pitcher« de 1968. Esto, obviamente, tuvo su efecto en los números del rubio de Oklahoma. En los cambios de tendencia no sólo tiene que ver la calidad de los pitchers, sino también cambios en el reglamento (tamaño de la zona de strike, altura del montículo), cambios en los gustos de los managers hacía impulsar la busqueda de home runs o su rechazo para evitar strikeouts y flyouts, o, incluso, la propia calidad de los bateadores que puede variar de generación en generación.
Según lo que se comentaba en la segunda entrega del serial, si cogemos el OPS y miramos sus partes, Mantle debería ser mejor, ya que con el mismo dato, su OBP es mejor. Pero ¿es eso cierto? Vamos que dicen el resto de estadísticas:
- wOBA (weighted On Base Average)
De nuevo los dos ases del outfield están muy parejos. El registro de la carrera de DiMaggio es de .439 y el de Mantle .428. El dominio de Joe se cimenta sobre todo en su capacidad para lograr hits, concretamente, singles, dobles y triples. La ventaja de Mantle en el apartado más valorado por está esta estadística, los home runs, es demasiado pequeña para que tenga un efecto real, mientras que su holgada ventaja en walks no le ayuda a remontar la diferencia ya que esta es la categoría menos importante. Es decir, podríamos decir que, pese a jugar la mayoría de los partidos en un estadio que le restaba home runs, su capacidad para batear más y convertir esas bolas que iban lejos en el outfield sin llegar a las gradas en dobles y triples le convertían en un jugador más completo.
Además, si obviamos sus años en el ejército (la parte plana en mitad de su gráfico), DiMaggio fue más regular, manteniendose siempre alrededor de .45 sin subidas y bajadas pronunciadas, excepto en su último año («Joltin’ Joe» dijo que la culpa fue de la llegada de los partidos nocturnos a los que su cuerpo, más mayor y muchos partidos acumulados, no se adaptó bien y, en cuanto se dió cuenta de su bajón, decidió retirarse). Por su parte, «The Mick» fue algo más irregular al principio de su carrera con subidas que duraban un par de años antes de bajadas de la misma duración. A partir de 1961 empezó un largo y continuado declive hasta su retirada siete años después. Lo que queda claro es el estratosférico nivel de ambas estrellas que se mantuvieron siempre por encima de la media de la Liga.
- wRC+ (Adjusted weighted Runs Created)
Aquí es Mantle el que se lleva la partida. Su dato de 170 en su carrera es bastante superior al de 152 de DiMaggio. Para ponerlo en términos más claros, Mickey podía crear un 70% más de carreras para su equipo que la media del resto de jugadores mientras que DiMaggio generaba un 52% más. Recordemos que esta estadística intenta que dos jugadores sean lo más comparables posibles al eliminar algunos de los elementos de distorsión que mencionábamos antes: efectos del estadio, tendencia ofensiva y nivel de los rivales. Esta claro que Joe perdió muchos carreras por culpa del Yankee Stadium y no poder aprovechar su graderío derecho tan cercano, mientras que Mickey si podía hacerlo cuando bateaba de izquierdas. Sin embargo, parece que el efecto negativo que tuvo en los números del segundo el hecho de jugar en una época en la que anotar carreras era mucho más difícil es mucho más importante. Hay que recordar que estamos hablando de unos años, los mediados y finales de los años ’60, que son recordados como la peor época de la historia para ser un bateador, las temporadas con menor anotación de la historia. Si eliminamos todas esas circunstancias con el uso de las matemáticas podemos decir que Mantle aportó más a sus equipos que DiMaggio. En comparación, pese a que promedió 17 carreras anotadas y 41 impulsadas menos por cada 162 partidos que su mentor, Mantle era mejor generando carreras. Para que os hagáis una idea de la capacidad del rubio, hubo dos temporadas, 1956 y 1957 en las que el wRC+ de Mantle fue de 202 y 217. Es decir, el switch-hitter generó en esos años más del doble de carreras que la media.
- OPS+ (Adjusted On Base Percentage Plus Slugging)
Os quiero presentar esta nueva estadística. Lo que hace es coger una estadística que ya conocemos y entendemos, el OPS, y eliminar los elementos que pueden alterar los números de un jugador para poder hacer mejores comparaciones. La fórmula exacta es la siguiente:
OPS+=100x(OBP/lgOBP* + SLG/lgSLG* -1)
Una vez más y, al igual que con el wRC+, 100 es la media de la Liga y si un jugador tiene un OPS+ de de 170 tuvo un OPS real un 70% mejor que la media y, por tanto su capacidad ofensiva es mayor.
Lo que quiero al introducirla es utilizar otro dato que elimina los park effects, las tendencias y la calidad de los rivales y ver si se confirma que, cuando eliminamos las distorsiones, Mantle producía más pound-for-pound. Nos encontramos con un dato de 172 para The Mick y de 155 para «Joltin’ Joe». Una vez más, cuando estamos en posición de comparar las estadísticas de igual a igual, Mantle era mejor, concretamente un 17% mejor. Es cierto que OPS+ tiene el mismo problema que el OPS, valora igual el OBP y el SLG (pese a que los expertos en sabermetrics dicen que el valor del OBP es casi el doble que el del SLG), pero podemos decir que si hubiese jugado a ante los mismos rivales y en un estadio que generase las mismas condiciones para ambos, Mickey sería mejor llegando a base y bateando con poder.
- BABIP (Batting Average on Balls in Play)
Recordemos ver que el BABIP muestra el promedio de bateo de un jugador cuando se tienen en cuenta las pelotas que se ponen en juego, es decir, cuando se dejan fuera elementos como los strikeouts o los walks. Resulta curioso que, siendo DiMaggio el mejor de los dos en cuanto a promedio de bateo puro, se a precisamente él el que tiene peor BABIP. Su dato para toda la carrera es de .304, mientras que el de su rival es de .318. En ambos casos se podría decir que no estamos ante jugadores con una suerte desmesurada ya que ninguno se aleja de esa referencia de .300. Es decir, podríamos decir que los promedios de bateo puros que demostraron ambos en la sección de estadísticas avanzadas son fieles a la realidad.
Igual os surgirá una pregunta. Si el AVG de Mantle era más bajo, pero su BABIP era más alto (lo que supone que tenía más suerte), ¿no quiere esto decir que como bateador en realidad era peor? Pues no tiene porqué. . Recordemos cual era la fórmula del BABIP:
BABIP=(H-HR)/(AB-K-H+SF)
Si miráis las tablas de arriba veréis que el nuemrador de la división (H-HR) será más alto para DiMaggio porque promediaba bastantes más Hits por temporada con un número similar de HR. Sin embargo, el denominador de Mantle será mucho más pequeño. Al lograr más walks, su número de at-bats es menor (547 de promedio frente a los 716 de DiMaggio) a lo que también hay que restarle los strikeouts que eran muchos más en el caso de Mickey. Por meras matemáticas, el BABIP de Mantle será más alto, pero la diferencia, tanto comparándolo con Joe como en comparación con la referencia ya mencionada de .300, no es la suficiente como para decir que Mantle se benefició de la suerte en su gloriosa carrera. En este caso, lamentablemente, no podemos ver si sus números y, sobre todo, su BABIP se basaban más en la capacidad para generar buen contacto ya que en la época en la que jugaban ambos aún no se guardaban datos de los porcentajes de cada tipo de bateo o de los swings. No obstante, el echo de estar cerca de la media habitual indica que sus estadísticas son un buen reflejo de su habilidad en el plate. Lo que está claro es que un mayor BABIP de Mickey no debe hacernos pensar que era peor bateador, de hecho, podría hacernos pensar que cuando hacía contacto, sabía colocar mejor la pelota en los huecos entre defensas.
Lo que sí llama la atención en el gráfico de arriba es que ambos jugadores tuvieron un BABIP por encima de la media de la Liga en sus primeros años en la misma. El año en el que «Joltin’ Joe» consiguió su BABIP más alto fue en 1939 cuando logró un registro de .354, año en el que logró también su mejor promedio de bateo, .381. Lo mismo pasa con «The Mick». En 1957 tuvo su mejor BABIP, .378, y su mejor AVG, .365. En este caso (y siempre sin poder mirar porcentajes de tipo de bateo) sí que podríamos empezar a hablar de un poco de suerte, ya que sus registros de K y walks ese año no son excepcionales comparados con la media de su carrera. Podríamos decir que ambas estrellas se beneficiaron de un poco de suerte para ganarse su puesto en la MLB y así demostrar que en realidad su calidad era especial, ya que, como hemos visto, el BABIP se regularizó a lo largo de sus carreras.
Contradicciones
En el apartado de estadísticas básicas nos hemos encontrado con un par de contradicciones. Por un lado, Mantle tenía un dato superior tanto de walks como de Ks, por lo que no quedaba claro si era más paciente o no en el plate. Por otro, Mickey robaba más bases y con un porcentaje de acierto algo mayor, pero Joe corría mejor las bases para lograr dobles y triples. ¿Quién era mejor baserunner? Veremos si otras estadísticas nos ayudan.
Para la primera cuestión vamos a echar mano de un par de estadísticas que, aunque se suelen untilizar algo más en el ámbito de las estadísticas avanzadas, en realidad son muy sencillas. Son el BB% y el K%, que consisten en dividir el número de walks y strikeouts por el dato de Plate Appearances.
Veréis que los dos gráficos son distintos. Eso es porque hasta ahora he estado utilizando el que comparaba los número de ambos a la misma edad y para el del K% he utilizado el que compara a cada uno con la Liga en el año concreto en el que jugaron. Lo he hecho así porque la media de la Liga en cuanto al BB% se mantuvo casi inmóvil a lo largo de los años en los que jugaban DiMaggio y Mantle, mientras que la media de K% cambió mucho.
Respecto al porcentaje de walks vemos inmediatamente que Mantle era extremadamente hábil a la hora de conseguir walks, estando claramente por encima de la media de la Liga. El registro para el total de su carrera fue el de conseguir walks en el 17,3% de sus PAs, pero hubo dos años, 1957 y 1942 en los que esa capacidad fue casi estratosférica. En 1957 consiguió bases por bolas en el 23,4% de los PAs, cuando la media de la competición era del 8%, mientras que en 1962 las logró en el 24,3% cuando el promedio era del 8,9%. Por su parte, no es que DiMaggio no fuese capaz de lograr esas bases gratis, sino que simplemente estaba ligeramente por encima de la media de la Liga (10,3% de promedio para el californiano en sus 13 temporadas),
En lo que sí era bueno DiMaggio era en no regalar outs. «Joltin’ Joe» casi no cometía strikeouts. En una época en la que los pitchers lograba muy pocos pocos Ks, él casi no cometía ninguno. En toda su carrera su K% es de 4,8, pero es que en 1941, el año de su famosa racha de bateo, fue de tan solo 2,1%, mientras que el resto de bateadores promediaban un 9,1%. A partir de la retirada de DiMaggio la capacidad de lograr Ks de los nuevos pitchers fue aumentando de manera constante. Lo cual haría lógico que los datos de K% de Mantle fuesen más altos (por eso estadísticas como wRC+ y OPS+ nos ayudan tanto a comparar jugadores de distintas épocas), pero es que Mantle era especialmente ducho en cometer strikeouts en una época en la que los bateadores eran más propensos a ellos. Tan sólo en dos de sus 18 temporadas se mantuvo «The Mick» por debajo del promedio de la competición y, en general, estaba muy por encima.
La verdad es que estos números no nos ayudan mucho a la hora de determinar quién era más paciente en el plate (los porcentajes de bateo y de swing serían mucho más útiles). Lo que sí hacen es confirmar que eran dos jugadores con una estrategia muy distinta a la hora de batear. Joe no parece que tuviese la costumbre de ir a por cualquier pitch que le lanzasen ya que casi no cometía Ks. Pero si combinamos eso con su dato de BB% nos hace pensar que tampoco buscaba el walk, prefería estirar los at-bats a base de foul balls hasta recibir un pitch que le gustase para ponerlo en juego e intentar lograr extra base hits. Por su parte, Mantle era más de todo o nada. Mirando su BB% y su K% podemos pensar que tenía buen ojo para ver que lanzamientos iban fuera de la zona de strike y dejarlos pasar, pero a la vez podemos intuir que no sólo intentaba batear cualquier pitch dentro o bordeando la zona sino que iba a por todas, es decir, a buscar el home run. Y, claro, eso hace que el bate vaya con un poco más de descontrol y que sea más dificil lograr foul balls que alarguen el turno y eviten strikeouts. Quizás podríamos decir que DiMaggio era algo más paciente porque, aunque no estaba a la altura de Mantle en cuanto a walks, sí estaba en la media de la Liga y apenas cometía strikeouts, lo que hace pensar que sí era paciente a la hora de esperar al pitch que le gustaba y no darlo todo buscando el home run en cualquier pitch medianamente bueno. Frente al approach de todo o nada de Mickey, parece que Joe aplicaba bien el paciencia y foul ball.
Para aclarar la otra contradicción tengo que introducir brevemente otra estadística. Se trata del BsR (Base Running Runs Above Average). Esta estadística busca juntar los datos de bases robadas, veces que el corredor ha sido eliminado robando bases, bases extra, eliminaciones en las bases, etc. y calcular cuantas carreras por encima o debajo de la media han supuesto para el equipo. Decíamos que eran dos jugadores con un porcentaje de éxito robando bases bastante similar, aunque Mantle robó más bases, no tiene números de robador nato, más bien de robador ocasional. Además DiMaggio mostraba más capacidad para estirar los hits para convertirlos en dobles o triples.
Si miramos el BsR, queda claro «The Mick» era mucho mejor. Mientras que Joe tiene un dato de carrera de -0,5 (lo que supone que hizo que los Yankees dejasen de anotar media carrera en comparación a lo que anotaba un corredor medio en la MLB), el de Mantle es de 21,4. Es cierto que los datos de baserunning para los años de su carreras son algo turbios, pero los números siguen pareciendo indiscutibles. No es que DiMaggio fuese un mal corredor, en realidad estaba en la media, pero en la mayoría de sus temporadas costó alguna carrera a su equipo, mientras que Mantle sólo tuvo un año con un registro negativo (en su primer año en la MLB) mientras que en la mayoría mantuvo datos que FanGraphs califica como por encima de la media.
Así que podemos decir que Mickey era mejor en las bases. Joe consiguió más dobles y triples porque bateos que en otros estadios eran home runs en el Yankee Stadium se quedaban dentro del terreno de juego, pero se iban lo suficientemente lejos para darle tiempo a avanzar bases extra.
Conclusiones
La conclusión que sacó yo es que Mantle era mejor. Es cierto que su approach en el plate no me gusta mucho. No me convence lo de ir a por el home run en cada pitch medianamente decente, me parece demasiado arriesgado, pero parece que queda claro que su calidad hacía que a los Yankees les merecía la pena dejarle jugar así. Sólo iba a por el home run en pitches que iban por la zona de strike, sabiendo dejar pasar los lanzamientos fuera de ella y logrando así bases gratis. Además, cuando sí lograba hacer contacto colocaba bien la bola entre los defensas, dándole un muy buen promedio de bateo y magníficos números de poder (aunque el promedio de DiMaggio fuese mejor). Además una vez en las bases, sabía correr mejor para aportar más acrreras para su equipo.
Gracias a las matemáticas podemos apreciar mejor el hecho de que «The Mick» jugase en una época en la que ser bateador era más difícil. La calidad de los pitchers rivales, su mayor capacidad de lograr strikeouts y la tendencia ofensiva negativa para los pitchers hacen que los números de Mantle sean peores a priori, pero mucho mejores en relaidad a la hora de llegar a bases, batear con poder y generar carreras.
Obviamente, DiMaggio fue un jugador único, uno de los mejores de la historia, pero gracias al maravilloso mundo de las estadísticas podemos decir que el aprendiz superó al maestro.
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