Debe ser todo un privilegio, y al alcance de muy pocos, que el destino te ofrezca de nuevo continuar con la labor que iniciaste hace un tiempo y que tuviste que dejar por anteponer unos intereses personales. Algunos pensarán que, en efecto, la decisión de LeBron James de abandonar Cleveland en 2010 fue la correcta y apropiada para él.
Este cambio de rumbo en su vida supuso dejarlo todo en el lugar que le había visto nacer y crecer. Con la carga de experiencia de siete temporadas en la élite del baloncesto mundial, el hijo pródigo de las frías tierras de Ohio se llevó toda la ilusión del mundo a la calurosa Florida, pero no pudo evitar que la semilla del odio y de la rabia germinase contra él en la población del estado entero. Sin saber además si algún día iba a obtener el perdón de aquellos que le habían apoyado siempre, de un modo incondicional.
El balance de la aventura en Miami del chico del Instituto St. Vincent-St. Mary de Akron se ha saldado con cuatro Finales en tantas temporadas en los Heat y con dos anillos en su haber. Ahora que ha decidido volver a donde nació y se formó, lo hace más maduro, más líder, sabiendo cómo se llega al final del camino y cómo se consigue lo que todos quieren: el anillo. La gente le ha perdonado y se ha puesto de su lado con la confianza de que la experiencia acumulada en South Beach sirva para que esta vez, en su segunda oportunidad, el Larry O’Brien Trophy sea levantado por la ciudad de Cleveland.
My 8-year-old: «Daddy, does this mean I can finally wear my Lebron jersey, again?»…Yes it does, son. Yes it does!— Dan Gilbert (@cavsdan) July 11, 2014
Con estos alicientes arranca este martes el curso NBA 2014/15, donde los Cleveland Cavaliers del ‘Rey’ LeBron James se postulan como el equipo a batir. Tras varias temporadas en las profundidades de la Conferencia Este, donde no han conseguido entrar en Playoffs ni conseguir si quiera 35 victorias en una temporada, Cleveland y Ohio vuelven a la élite de la NBA para intentar ganar un campeonato de la NBA.
En 2007 estuvo cerca
La última vez que LeBron James se vistió en un partido oficial con un uniforme de los Cavs fue en mayo de 2010, aunque la vez que se quedó más próximo de ganar un anillo con la franquicia de su tierra fue en el año 2007. Claro, que enfrente estaban los San Antonio Spurs y contra este equipo en unas Finales todo son palabras mayores.
En aquel enfrentamiento, que acabaría dando a los texanos su cuarto entorchado y que tuvo a Tony Parker como MVP de las series, LeBron sucumbió en el hasta ahora único viaje a las Finales con otra franquicia distinta a los Heat. Aquel roster acabó con un balance de 50-32 y segundo del Este en la temporada regular, algo impensable en los Cavs de los últimos cuatro años. James estuvo tres temporadas más en Cleveland antes de su marcha, en las que cayeron derrotados una vez en la Final de Conferencia y dos en las semifinales.
Desde entonces, no sólo ha habido un cambio en el roster de los Cavaliers (lógico en parte por el paso de los años) y en la dinámica de juego del equipo, sino en la mentalidad de LeBron, quien parece que tiene encomendada la tarea de ganar un título con la franquicia que le permitió debutar en la NBA. El ‘23’ de Cleveland llega sin la presión de no haber ganado aún un anillo personalmente, hecho un mejor y más completo jugador y con la esperanza de poder llevar a su ciudad un paso más allá del que llegó hace siete años. Concretamente cuatro victorias más en los Playoffs.
Dan Gilbert tells Yahoo: «Just happy for the people of Cleveland. We are driven at core by one thing: Delivering the city a championship.»— Adrian Wojnarowski (@WojYahooNBA) July 11, 2014
Paciencia, Cavaliers
No es de extrañar que todos los aficionados de esta franquicia estallasen de alegría al saber que ‘King’ James volvía a Ohio y que inmediatamente todas las apuestas pusiesen a este equipo como uno de los máximos favoritos a ganar el anillo en 2015. Aún así, en la exclusiva de Sports Illustrated de julio LeBron ya avisó y alertó –con el cambio de madurez que ya se ha destacado– que será difícil y que no por querer hacerlo rápido saldrá mejor.
“No estamos listos aún. Quiero ganar el próximo año, pero soy realista. Será un largo proceso y mi paciencia se pondrá a prueba”
James sabe que todos los focos estarán puestos sobre él y que todo se calibrará en base a sus actuaciones, rendimiento y estado físico. En cada mes, semana, partido, minutos y jugadas. La NBA y el mundo entero con la lupa puesta sobre él, expectantes de ver si es capaz de ganar un anillo con su amado Cleveland. Pero el nuevo LeBron que ha llegado este verano sabe muy bien de qué va esto. Un poco más que el de hace cuatro años. Porque por aquel entonces se marchó a Miami con la inexcusable obligación de ganar al menos un anillo y a partir de ahí intentar construir uno de los mejores equipos de la NBA. Y con esfuerzo, aprendizaje y alguna que otra decepción de por medio, consiguió hacerlo.
El jugador de Akron ha estado cuatro años en un equipo prácticamente obligado a ganar. No ya todos los partidos, sino prácticamente los campeonatos. Ahora ha cambiado de aires, pero la presión por no perder y por llevar al equipo para el que juega a la cumbre del baloncesto mundial es similar. Con actores y compañeros diferentes, pero exigido a obtener el mismo premio final.
“En el noreste de Ohio nada está regalado, todo te lo tienes que ganar. Estoy preparado para aceptar el reto”.
Y todos estamos listos y expectantes para seguirle en su aventura, contener el aliento y la expectación, y resolver la incógnita dentro de ocho meses. Porque LeBron James se ha vuelto a poner el mono de trabajo de los Cavaliers que dejó hace cuatro temporadas, porque ha vuelto más completo de lo que se fue y porque pretende aprovechar esta segunda oportunidad al máximo. Él está deseando aprovecharla, el resto esperamos disfrutarla madrugada tras madrugada, cuando el balón se lance esta próxima noche al aire. Que comience el espectáculo.