Nacido en Brooklyn hace 24 años, Lance Stephenson es uno de esos jugadores de baloncesto nacidos para jugar a este gran deporte. Con un estilo más de basket callejero que del de alta competición, Stephenson cursó sus estudios primarios en el instituto Abraham Lincoln de Brooklyn, para luego continuar en la Universidad de Cincinnati y jugar en su equipo de baloncesto universitario, los Cincinnati Bearcats. Solo estuvo en college un año, donde realizó un año espectacular, siendo uno de los mejores «Freshmen» de todo el país y presentándose al Draft de 2010 con solo un año de experiencia, siendo elegido en segunda ronda en el puesto 40º por los Indiana Pacers, (los cuales eligieron en este draft, en primera ronda y en el puesto 10º, a un tal Paul George) comenzando así su vinculación a Indiana y a la NBA.
En las dos primeras temporadas de Lance en Indiana, años 2010-2011 y 2011-2012, «Steph» disputo sumando los dos años un total de 550 minutos en 55 partidos, lo que hace una media de 10 minutos por partido promediando en ellos más de 3 puntos 1 asistencia y 1 rebote. Con estos guarismos y este inicio en la NBA (cierto es que llegó muy joven a la NBA y se pasó meses en la D-League) pese a su gran año universitario, nada parecía evidenciar lo que en el año 2012-2013 y sobre todo en el 2013-2014 se iba a desatar como un espectacular escolta, especialista en penetrar a canasta y con una gran capacidad para asistir y rebotear de manera muy regular.
¿Y a que se debió esta oportunidad en el quinteto titular y explosión de Stephenson en Indiana? Pues, principalmente, a que se benefició de la lesión del por aquel entonces jugador franquicia de los Pacers, Danny Granger. El 2012-2013 era el segundo año del nuevo proyecto en Indiana con Frank Vogel en el banquillo, y se iniciaba con un quinteto en el que mezclaban experiencia y veteranía con jugadores como Hill y West, la potencia en la pintura de Hibbert, y la explosión de sus dos grandes jóvenes valores, George y Stephenson.
Stephenson empezó a responder en la pista a la confianza que Vogel depositó en el, completando un gran año promediando 9 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias en 29 minutos por partido, pero también empezó a envolverle ese halo de polémica el cual en su próxima temporada será mayor y que es indudable que le acompañará toda su carrera deportiva.
Sin duda ha sido este 2013-2014 el año de Lance Stephenson, fuera y dentro de la pista. Empezó esta temporada que ya se nos acaba como un ciclón, en un equipo reforzado por su magnífico 2012-2013 donde llegaron al 7º partido contra los Heat en las Finales del Este. Lance comenzó el curso realizando 3 triples dobles en los primeros 30 partidos de los Pacers, colaborando de manera principal en el espectacular inicio de temporada de los de Indianápolis.
Pero al igual que su explosión deportiva, también aumentaba en el aficionado y en el entorno de la liga su faceta de «showman» y de tipo polémico dentro y fuera de la cancha. Con Granger ya recuperado en los Playoffs de 2012-2013, Vogel decidió en esos Playoffs y en el inicio de la 2013-2014 optar por mantener el quinteto que había devuelto la ilusión a Indiana, y otorgarle al 33 Pacer el rol de 6º hombre, lo que provocaría los primero roces en el vestuario. Esto se compaginó en el tiempo con la campaña que Stephenson inició en Enero de 2014 para ser nombrado All-Star, realizando incluso un video para aumentar su popularidad y sus posibilidades de llegar a ser All-Star.
Todo se complicaría a raíz del traspaso de Granger a los 76ers a finales de Febrero de 2014 y la llegada a Indiana de Evan Turner, amenaza directa a Lance Stephenson por «su» puesto de titular en el perímetro Pacer. Las cosas empezaron a empeorar en el vestuario más aun, la relación era mala entre muchos jugadores, se empezó a catalogar en la prensa a Lance como un jugador egoísta e infantil que no aportaba precisamente calma a la franquicia, y su futura agencia libre en este verano de 2014 condicionaba mucho la actitud del jugador y las opiniones hacia él desde fuera.
El equipo finalmente llegó a Playoffs, y con más pena que gloria consiguieron llegar a donde querían, a repetir las Finales del Este contra los Heat, pero esta vez con el factor cancha a su favor, y es aquí donde se va a disparar el fenómeno de «showman» (tanto divertido como polémico) de Lance Stephenson. Primero, con unas declaraciones sobre Dwayne Wade (que quizás se malinterpretaron), y que desataron aun más la rivalidad entre Pacers y Heat. Y ya en la cancha, su continua persecución sobre LeBron James, provocándole en las defensas y buscándole las cosquillas en ataque siempre que podía, y que a la postre le costaría incluso en el segundo partido de la final una multa por valor de $10.000 por «flopping». Para el recuerdo de todos quedara la imagen de Spoelstra dando indicaciones a Cole y Chalmers en la banda, y Stephenson dentro del corro indagando cual era la jugada que iban a hacer los Heat.
Acaba contrato este año, y en la rueda de prensa de final de temporada de los Pacers llevada a cabo hace unos días por Vogel y el general manager de los de Indiana, el mítico Larry Bird, parece que queda clara la idea de los de Indiana de mantener a Lance en la franquicia, y construir sobre él y George (los únicos que parecen fijos junto a West que le queda un año) el futuro de la franquicia.
Stephenson es el típico jugador que adoras u odias, que no deja indiferente a nadie, pero que mas allá de su afán de protagonismo fuera de la pista y su personalidad de «showman» total, es un fantástico jugador de baloncesto, con unas aptitudes altísimas para practicar este deporte, y que si es capaz de mejorar algo su tiro de larga distancia y no desconectarse del partido en lances absurdos como le sucede más veces de las que debería, tiene por delante una fantástica carrera en la NBA.