“¿Que por qué sigo viviendo en Minnesota a pesar de que ya no entrene a los Timberwolves? No lo entenderías si no eres de aquí. No lo entenderías incluso cuando nieva un 3 de mayo. La pasión y la lealtad que tiene la gente de aquí es lo que siempre me hace querer volver aquí”.
Esta fue la respuesta que Philip Daniel ‘Flip’ Saunders dio cuando trabajaba en la ESPN y le preguntaron por qué aún vivía en ese estado aunque no hubiera sido despedido de la franquicia de los ‘lobos’ hacía ya mucho tiempo. Y aunque a algunos les parezca descabellado permanecer en esa ciudad sin que fuera por motivos estrictamente laborales, como podía ser en el caso de Saunders, para él era algo normal y natural. Porque se sentía como en casa.
Con la pérdida del último entrenador de los Timberwolves no sólo se ha ido un referente del baloncesto norteamericano, sino que se ha ido una persona que amaba y tenía unos vínculos inmensos con el estado de Minnesota. Descomunales. Casi más que con su estado natal, Ohio, que aunque el clima es parecido en ambos casos, el frío de ‘Minny’ parecía que le sentaba mejor. Al menos se lo conocía como la palma de su mano, porque pasará mucho tiempo hasta que una persona complete una trayectoria tan completa y tan parecida en este estado en lo que a baloncesto se refiere.
Our thoughts are with the friends and family of Flip Saunders, a #Gophers great. https://t.co/v8vo8y3IrO pic.twitter.com/MhQqkUatRC
— Minnesota Gophers (@GopherSports) October 25, 2015
Tras comenzar su andadura como jugador de baloncesto en el instituto y en la universidad en Ohio, pronto se trasladó a Minnesota para hacerla ‘su’ casa para el resto de su vida. En 1974 llegó a la Universidad de ese estado para jugar en el equipo de baloncesto y a empezar a construir su futuro. En ese periodo conoció a Debbie, una cheerleader de aquella universidad que a la postre acabaría siendo su futura mujer. En lo que al juego se refiere, con los ‘Gophers’ anotó 842 puntos, capturó 365 rebotes y dio 256 asistencias en un total de cuatro temporadas. Aún así, cuando se retiró del baloncesto en activo para pasar a vivirlo desde el banquillo, su vida no se centró en Minnesota en un principio.
Su carrera como entrenador comenzó en la extinta CBA (Continental Basketball Association), una liga menor de baloncesto en Estados Unidos, donde llegó a entrenar a La Crosse Catbirds (Winsconsin), a los Sioux Falls Skyforce (actual equipo de la NBDL de Dakota del Sur) y a los Rapid City Thrillers, también de este último estado. Y aún teniendo que viajar para entrenar lejos de Minnesota en su época en la CBA y en otros equipos de la NBA que entrenó, siempre mantuvo su residencia en el área de Twin Cities, es decir, en la zona metropolitana que comprende las ciudades de Minneapolis y Saint Paul. Su unión con ese estado era tal que no podía dejar de vivir allí ni teniendo que trabajar lejos.
Los Wolves rugieron con él
Y esta es una verdad como un templo. Porque los ‘lobos’ del norte de los Estados Unidos nunca han sido tan fieros ni han conseguido que el resto de equipos les respetasen tanto como en la primera época en la que Flip Saunders entrenó al equipo. Y sino que se lo pregunten a Los Angeles Lakers de la temporada 2003/04, quienes tuvieron que sufrir para superar a los Wolves en las únicas Finales de Conferencia a las que han llegado en su historia.
Los únicos ocho años que la franquicia de Minneapolis ha llegado a los Playoffs, además de manera consecutiva, fueron bajo la batuta de Saunders. Un entrenador comprometido con el equipo y con la ciudad a la que representaba y que trabajó sin descanso por intentar llevar al equipo a las cotas más altas posibles, algo que consiguió en parte al hacer que Minnesota fuera un equipo abonado a la postemporada durante casi una década. Excepto el primer año que los Timberwolves jugaron los Playoffs, el resto de temporadas consiguió un récord igual o superior al 50% de victorias.

Su llegada al banquillo de los Timberwolves hizo unir varios lazos que le unían aún más con su pasado en el estado de Minnesota. Saunders llegó en 1995 gracias a la carta que escribió al nuevo dueño del equipo, Glen Taylor, actual dueño del equipo y que se acababa de estrenar en el cargo por aquel entonces. Su ex compañero de equipo de la Universidad de Minnesota Kevin McHale tomó las riendas de las operaciones de baloncesto de los Wolves mientras que Saunders se convirtió en el general manager hasta que, con la temporada comenzada, fue nombrado entrenador para reconducir la mala situación del equipo en ese momento.
We have all been blessed by your wonderful life, Coach Flip. You will be deeply missed. Rest in peace.
— shabazz muhammad (@ShabazzMuhammad) October 25, 2015
It is with tremendous sorrow that the Detroit Pistons organization acknowledges the passing of Flip Saunders.
— Detroit Pistons (@DetroitPistons) October 25, 2015
Además, los elementos y el destino hicieron que esa gran época de la franquicia coincidiese con la llegada a la liga y explosión de uno de los mejores jugadores que ha visto el baloncesto norteamericano en las dos últimas décadas. Kevin Garnett creció y se hizo un hombre en la cancha de la mano de Flip para ser uno de los jugadores más dominantes, influyentes y talentosos de la historia del baloncesto. Y no es de extrañar la imagen que el jugador colgó en las redes sociales una vez conoció la fatídica noticia.
“Era todo sonrisas, apasionado y amaba este deporte. Dio todo por los Timberwolves e hizo cosas increíbles por nosotros. Era nuestro líder”, – Ricky Rubio.
Su legado como entrenador lo siguió extendiendo por otros equipos una vez dejó los Timberwolves. Su siguiente parada fue Detroit, donde coincidió también en una buena época de aquella franquicia. Les llevó a tres finales de Conferencia consecutivas, pero todas se saldaron con la misma suerte que la que jugó con Minnesota. Aún así, hizo disfrutar y vibrar a la gente de ‘Motor City’ con un baloncesto y con unos jugadores como Ben Wallace, Richard Hamilton y Chauncey Billups que, pese a su calidad, no pudieron repetir con Flip el éxito del anillo en 2004.
Su siguiente parada antes de volver a Minnesota fue la capital del país para dirigir a los Wizards. Entre 2009 y 2012 se encargó de llevar las riendas de un equipo en esos momentos en construcción. No consiguió meterlos en los Playoffs ningún año y fue despedido antes de acabar su última temporada en Washington.
En 2014 fue contratado de nuevo por Minnesota para dirigir su última temporada en la NBA. Se va con un récord de 654-592 en los banquillos de la NBA, pero sobre todo con la seguridad de que no podía haber mejor lugar que Minneapolis para desarrollar una carrera. Para crecer durante casi una vida. Porque siempre, esté donde esté, llevará a Minnesota en el corazón.