Los inviernos son habitualmente duros en el estado de Minnesota, las temperaturas alcanzan fácilmente valores gélidos y le gente tiende a refugiarse en lugares cálidos para combatir el frío. De esta manera se pasa mejor, se lleva con más facilidad e incluso uno se puede entretener de muchas formas.
Una de ellas son los deportes profesionales, acudir a los estadios a disfrutar de las victorias del equipo de tu ciudad. Pero, ¿y si pierden o no tienen un proyecto atractivo para seguir al equipo? El calor de los pabellones no calienta igual y, aunque uno se resguarde del frío exterior, no se termina de ‘encender’ por dentro con cierto equipo o deporte de su zona.
Esto es lo que les lleva pasando a los Minnesota Timberwolves los últimos once años desde la última vez que jugaron en los Playoffs. Desde aquella maravillosa primera etapa de Kevin Garnett, donde se midieron a Los Angeles Lakers en la final de Conferencia, nada es igual en la ciudad de Minneapolis, y eso que se han preocupado estos años de sumar talento al equipo con incorporaciones como las de Ricky Rubio, Zach LaVine o Andew Wiggins, entre otros.
Las temporadas son largas, la ilusión al principio máxima, pero las decepciones al final son más grandes si cabe. Los cursos comienzan con las mejores de las expectativas, pero al final la campaña se acaba en el partido número 82, aunque muchas veces ya se está pensando en el proyecto del año siguiente algunos meses antes.
Kevin Garnett debutó en la NBA 12 días antes que naciera Karl-Anthony Towns
— Doctor NBA (@DoctorNBA) julio 7, 2015
Aún así, la llegada del número 1 del Draft 2015 Karl-Anthony Towns y la acumulación de talento joven en la plantilla parece ilusionar a la afición de los Minnesota Timberwolves de cara a la temporada que viene. En el equipo cuentan con unos jugadores que pueden ser competitivos y que pueden remontar definitivamente un vuelo que lleva cayendo en picado ya muchos años en Minneapolis.
Por ello, la inclusión de Towns en el equipo, los jugadores que ya llevan años en el equipo y la experiencia de otros puede ser, si no se frustran los planes de nuevo, la chispa que encienda la llama en el Target Center para relanzar el proyecto de los ‘lobos’.
Paso a paso
Si una clave tiene que liderar este proyecto de los Wolves no tiene que ser otra que la paciencia. La franquicia lleva mucho tiempo buscando la forma de dar el impulso definitivo para volver a ser una potencia en la conferencia Oeste. Y ahora tienen los recursos necesarios en la mano para hacerlo, más aún con la llegada de Karl-Anthony.
Su gran habilidad para dominar el juego interior puede ser el factor que necesita Minnesota para despegar. Le hace falta mucho, entre otras cosas coger confianza y afianzar un bloque a largo plazo. Pero el acoplamiento progresivo de este jugador sumado a la calidad de algunos de sus nuevos compañeros puede resultar muy positiva para los Timberwolves.
Puede rebotear y jugar bien en la zona, algo que añadido a la capacidad de Ricky Rubio para asistir y repartir juego a sus compeñeros, a las penetraciones y lanzamientos de Andrew Wiggins y a la explosividad de Zach LaVine, entre muchas cosas, puede dar a Minnesota la consistencia que necesitan.
Todo esto lo podrían usar para mejorar muchos daros y muchas facetas del juego. Sin ir más lejos, la temporada recién finalizada firmaron un pobre 16-66 de récord, pero hay otros valores que tendrían que mirárselos de verdad. Fueron el equipo que más puntos de media recibió en contra (106,5) y está entre los diez peores en puntos de media a favor (97,8), porcentaje de tiros de campo (43,8), de triples (33,2) y fueron el cuarto equipo que menos rebotes totales cogieron (3.355), donde en el apartado defensivo fueron los que menos capturaron de toda la liga (2.406), según BasketballReference.
«Llego aquí con una mentalidad ganadora» —Karl-Anthony Towns
Todos estos problemas se pueden solucionar con una buena planificación y con el talento de los jugadores ya mencionados más el de, por ejemplo, Anthony Bennet, Kevin Martin y, sobre todo, la sabiduría de Kevin Garnett. En sus últimos años en la NBA, puede ser el mentor perfecto, en el sitio que le ha dado la vida en el baloncesto, para enseñar el camino a los más jóvenes de cómo dar los pasos que lleven al éxito final.
No se sabe si Towns tendrá la llave de lo que necesitan los Minnesota Timberwolves, pero si es probable que sea un ingrediente que puede suponer el comienzo de algo bueno en una franquicia que lo necesita, una ciudad que no quiere pasar más penurias en el largo invierno y unos aficionados que se quieren agarrar al calor de la esperanza de pensar que de la mano de los jóvenes, sobre todo tras la llegada de Karl, pueden volver a dar guerra en la NBA.