Coge el balón en el perímetro, bloqueo de Joakim Noah, pasa a dos defensores, enfila a Udonis Haslem, salta, se mantiene un segundo en el aire, amaga bajando el balón y anota suavemente contra el tablero los dos primeros puntos de su equipo en la temporada. De este modo se estrenó Derrick Rose el pasado 29 de octubre en su regreso a un partido oficial, 18 meses después del último en abril de 2012 en la primera ronda de los Playoffs ante los Sixers.
No era nada nuevo para nuestros ojos, ya le habíamos visto hacer eso antes, pero al ver esa acción en directo pude llegar a la rápida conclusión de que el estado físico del base de los Bulls, tras un año y medio sin jugar un partido oficial, es el óptimo para liderar al equipo y el apropiado para que recupere el nivel que tenía antes de lesionarse.
Así hemos querido empezar el primer número de ‘Contra Tabla’, la columna de opinión que faltaba de las cuatro grandes ligas americanas que se publican en Sportsmadeinusa. Intentaremos traer el aspecto más novedoso y noticioso de los últimos siete días en la NBA, mezclándolo con una dosis de análisis, pausa y profundidad que muchas veces la vorágine de partidos diarios no nos deja ver.
Continuando con el físico de Rose, sorprendió gratamente verle de esa forma, sin tener la sensación de que se había ausentado durante tanto tiempo. Era un gran motivo de alegría para todos los que seguimos la NBA. Aún le falta un poco de tiempo al base de los Bulls para verse en su máximo pico de forma física, pero hay dos claves que a mi entender son básicas para explicar su buen estado físico en su regreso a la competición oficial: que ha empezado a tope y que ha esperado a esta temporada para regresar.
En los pocos partidos que llevamos de curso, Rose ha vuelto a mostrar su repertorio de movimientos, velocidad, astucia e inteligencia que le caracterizaban. Cuando él dirige el balón en los contraataques los Bulls marchan en superioridad, ya que su toma de decisiones o la habilidad para driblar a los contrarios son amplias y pone a Chicago en una posición muy favorable para anotar canastas en ese sentido. En carrera es difícil pararle por esa explosividad en el cambio de velocidad en los últimos metros que tanto le caracterizan.
Haber esperado a esta pretemporada para volver a vestirse de corto ha sido fundamental en su recuperación. A finales de la temporada pasada tenía vía libre por parte de los médicos para regresar a las canchas, pero decidió esperar. Empezar a jugar los primeros partidos del año en plenos Playoffs quizás habría sido un tanto arriesgado para su rodilla sin un rodaje previo en los partidos más importantes e intensos de la temporada. Unos meses más, un verano por delante de puesta a punto y en octubre por fin le vimos correr por una cancha de nuevo. ¿El resultado? Que ahora mismo Chicago tiene un Rose a un buen nivel que, con el paso de los partidos y del ritmo de la liga, llegará a en un mejor nivel y habrá tenido el recorrido suficiente para hacer el sprint final una vez llegue la postemporada.
Esta espera le ha valido no sólo llegar en forma, sino regresar siendo el jugador que se fue, es decir, un líder de un equipo que asume responsabilidades. Eso se vio pronto, en el segundo partido y el primero que jugaban en casa frente a los Knicks, cuando con siete segundos en el cronómetro y dos defensores encima Rose se elevó para anotar la canasta ganadora del partido.
Aún así, nada en la puesta a punto de Rose está completado y tanto él como su entrenador, Tom Thibodeau, saben que le queda algo de trabajo para estar en su mejor condición, como declaró tras el partido ante New York:
“Está todavía buscando su punto, tiene que seguir trabajando en ello. Defensivamente está haciendo un gran trabajo. Está pasando la bola muy bien, lo está haciendo excelente metiendo la pelota en el poste y sé que su tiro estará ahí al final. Ya ha mostrado eso a lo largo de su carrera”.
Si su físico se ha visto que es bastante bueno estos primeros días de competición, en lo que sí que tiene que hacer hincapié es en su tiro exterior. Si progresa en este apartado, podría hacer pasar a los Bulls de favoritos al título a contendientes, y esta es una ligera pero gran diferencia en el fondo. Por el momento, acumula un 28,8% de porcentaje en el tiro, y aunque está claro que lo puede mejorar, desde la pretemporada ya sabe cómo poner en marcha algún mecanismo para intentar mejorar esta faceta de su juego:
“En cuanto al tiro, es la única cosa en la que tengo que trabajar. He estado practicando en lanzamientos lejanos porque creo que si mis compañeros se tienen que alejar de mí un poco, eso abre la pista un poco más para darme espacio suficiente para crear y que mis compañeros estén abiertos”.
Hasta ahora no ha podido tener partidos con buenas secuencias de tiro. 4/15, 7/23 y 4/14 han sido sus números en los tres primeros partidos de la temporada regular. ¿Las claves para la mejora de estos números y para que Rose vaya engrasando la máquina? El aspecto físico es importante, pero el mental será fundamental como ya apuntaba nuestro compañero Daniel Santos al principio de la pretemporada. No ha dejado de ser una estrella en este año y medio que ha estado inactivo, pero no hay que olvidar que el resto de jugadores de primera línea han seguido jugando a un gran nivel y, aunque Rose querrá recuperar ese sitio al lado de los mejores, no deberá obcecarse con ello. Si se centra en volver a estar 100% físicamente e impulsar a los Bulls a objetivos más altos, tendrá más opciones de encontrar el camino correcto.