Dicen que Los Angeles Clippers tienen uno de los mejores equipos de la NBA. Dicen que pueden aspirar a cotas muy altas. Incluso dicen que cuentan con los mimbres necesarios para poder ganar un anillo. Pero lo que quizás pocos se paran a pensar es cómo de candidatos reales o de aspirantes son para poder alzarse con él.
Ilustrémoslo mejor. Imaginando una prueba de atletismo de 200 metros, los Clippers parten por una de las calles exteriores en la carrera por el anillo con otros competidores. Aparentemente salen con más ventaja sobre el resto por estar más adelantados, aunque todos sabemos que salen a la misma distancia de la meta. Comienza la carrera y la cuestión a resolver es si, tras realizar la curva a izquierdas y llegar a la compensación, los chicos de Doc Rivers llegan a los últimos metros en cabeza con opciones de ganarla o si se han quedado descolgados y se tendrán que conformar con un puesto fuera de las medallas.
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La línea que, desde la opinión de este servidor, separa a un candidato de un aspirante a ganar la NBA es bastante delgada. Tanto o más como la de la calle de una pista de atletismo. Por ello, es necesario saber lo que diferencia un estatus del otro. Candidato sería aquel equipo en condiciones reales de llegar a una final de Conferencia o a una Final de la NBA y que se encuentre entre los tres mejores equipos de la liga (por ejemplo: San Antonio, Miami o Indiana el año pasado). Aspirante, en cambio, sería aquel que cuenta con una ligera opción de proclamarse campeón al final y que no hay que descartarle, pero que está un paso por detrás de los candidatos (véase a Brooklyn el curso anterior).
Entonces, ¿en qué grupo metemos a Los Angeles Clippers este año? ¿Candidatos o aspirantes?
El comienzo de los angelinos está siendo por ahora con balance positivo. Un 3-2 les sitúa en la lucha por entrar en unos Playoffs que este año parece que se venderán aún más caros en el Oeste. Sí, aún más. Porque por si todavía había suficiente, ahora los Sacramento Kings se han apuntado a la fiesta con un buen comienzo de temporada y Houston Rockets, los Memphis Grizzlies y los Golden State Warriors se han aupado a los puestos de arriba de la clasificación.
Con todos estos equipos, y con los que se presupone que por defecto van a pelear por uno de los ocho primeros puestos, se las tendrán que ver Los Angeles Clippers. Repasando brevemente lo que han hecho sus jugadores en estos primeros compases de la temporada, hasta antes del partido de este miércoles contra los Warriors, Rivers ha estado repartiendo bastante los minutos. Seis componentes de la franquicia están por encima de los 27 minutos y once por encima de los 10. Chris Paul está en torno al doble-doble de media por encuentro, Blake Griffin está siendo el máximo anotador y DeAndre Jordan se está hinchando a coger rebotes. Y qué decir de Jamal Crawford. Mejor sexto hombre de la temporada pasada y demostrando un gran nivel de nuevo e interpretando muy bien su rol de nuevo, que es anotar y aportar saliendo desde el banquillo.
Hasta aquí todo bien y parece que hasta en orden. Bastante aceptable para los primeros cinco partidos del año. Aún así, la esencia de todo candidato o aspirante se percibe bajando al barro, es decir, en la cancha. De cómo se desenvuelven los Clippers en ataque y defensa se puede sacar alguna conclusión sobre dónde están ahora y a dónde puede llegar.
Para los que les guste jugar abiertos, en estático y buscando continuos espacios para generar opciones de ataque y lanzamiento, los Clippers son su equipo. Buscan continuos bloqueos (directos e indirectos), se mueven siempre mareando a la defensa y la mayoría de las veces encuentran una opción buena de tiro. Ahí siempre están listos para ejecutar su lanzamiento Griffin, Paul, Jordan, J.J. Redick o Crawford, entre otros. Pero la pregunta que surge es inevitable: ¿cuánta productividad le sacan a todos estos intentos?
— Carlos Encinas (@charlieencinas) November 5, 2014
En los cuatro primeros partidos del año, los Clippers se situaban como la 20ª franquicia con mayor porcentaje de acierto de tiros de campo y la 19ª en triples, todo esto teniendo en cuenta que eran hasta ese momento la 11ª que más tiros totales realizaba. De primeras, se entiende que esto es mejorable.
Aún así, si fallan tanto, uno se puede preguntar si consiguen segundas oportunidades para volverlo a intentar. Indudablemente esto tiene que ver con el rebote. En este sentido, y hasta antes del encuentro con los Warriors, los ‘Clips’ eran el equipo que menos rebotes totales de media cogía por partido de toda la liga. No en vano, también eran los que menos cogían de media por partido en el plano defensivo, algo que conseguían ‘salvar levemente’ en el apartado ofensivo: los 25º de media por partido de toda la NBA.
Helador.
Esto no sólo es un número en una estadística, sino que se puede palpar claramente al ver uno de sus partidos. Si bien los Clippers tienen un buen potencial en ataque, esto contrasta con la defensa y concretamente con la que realizan en estático. Vale que están a comienzo de la temporada, que todos tienen margen de mejora y que la velocidad de crucero nadie la ha cogido aún. Pero una defensa no del todo rígida, a la fuerza genera opciones de tiro a los rivales. Lo mismo que hacen en ataque, pero dejándolo hacer en su propia canasta, tal y como se puede ver en el siguiente vídeo:
Para añadir más madera al asunto de la defensa, hasta el partido de este miécoles eran el 11º conjunto que más rebotes de media le cogían los rivales por partido y los octavos que mayor porcentaje de tiro recibían de los rivales. Concretamente eran los 4º en cuanto a los tiros de dos puntos, con más de un 53% de acierto en contra. Esto contrasta bastante con la 2013/14, donde fueron el 5º equipo que menor porcentaje de acierto total en el tiro recibieron de toda la liga.
Los Clippers deben apretar aquí y mejorar bastante. De verdad que lo tienen que hacer si quieren estar en la pomada para llevarse el Larry O’Brien Trophy en el mes de junio. Porque en los últimos tres Playoffs –los únicos que han disputado en la ‘era Griffin’– han caído dos veces en semifinales y una en primera ronda. Y las aspiraciones de los Clippers, sobre el papel, están más allá de esas rondas.
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Aunque ahora estén con balance positivo, los Clippers deben dar un paso más para convertirse en candidatos. Estas pasadas temporadas han tenido prácticamente el mismo equipo y han estado en un grupo más o menos amplios de favoritos, pero nunca han llegado a ser los máximos. Por ello, lo más precavido y realista quizás es considerarles aspirantes. De este modo, dejando la presión de la victoria a otros equipos, ellos podrán trabajar con la vista puesta en mejorar, principalmente la defensa. Y de ahí, con paciencia, dar el paso que les falta aún para ser unos candidatos enteros y de verdad.