Dos mega proyectos baloncestísticos se dan cita este año en la capital del mundo; New York Knicks y Brooklyn Nets. Lo que se ha hecho llamar como «La batalla de New York«, promete un espectáculo absoluto en cada partido de los 4 que tendrán que jugar entre ambas franquicias en esta temporada 2013-2014, pero de momento, y tras 10 días de campeonato, lo que encontramos es algo totalmente diferente a lo que todos pensábamos y esperábamos:
En casa del rico no siempre todo es felicidad. Algo así debe pensar el señor Mikhail Prokhorov (multimillonario ruso dueño de la franquicia de Brooklyn, y que se va a gastar cerca de 200 millones de dólares entre salarios y tasa de lujo). Con su mega millonario proyecto para los Brooklyn Nets (que ya inicio el año pasado), unido a las llegadas desde Boston con un súper traspaso de Pierce, Terry y Garnett, y la incorporación al banquillo de un recién retirado como Jason Kidd, su equipo lo único que ha logrado conseguir en este principio de temporada es una pobre marca de 2 victorias y 5 derrotas. Y sobre todo la sensación de que el trabajo en pretemporada no ha sido el adecuado, ya que se ve en exceso un equipo aun muy por hacer y con mucho que trabajar para lograr ser altamente competitivos a gran nivel.
De los partidos de Brooklyn en estos primeros días de competición, quitando el partido en que le ganan al vigente campeón Miami Heat, la sensación que uno obtiene es la de un equipo que se dedica a jugar por inercia ya que ellos saben que cuentan posiblemente con el mejor quinteto titular de la liga en conjunto, pero a los que no se les ve en muchos momentos del partido una intensidad acorde y necesaria para conseguir victorias en la NBA. Los números de Brook Lopez si están siendo de buen nivel (máximo anotador del equipo en este inicio), y Joe Johnson está rindiendo de manera regular y con buenos porcentajes en el lanzamiento (casi un 45% en tiros de 3), pero las aportaciones de los tres pesos pesados de la franquicia (Williams, Pierce y Garnett), están muy lejos de lo esperado en un primer momento, y desde los banquillos solo Terry y Livingston están aportando cosas interesantes y buenos minutos de juego.
En el otro lado del ring, tenemos a los New York Knicks, los eternos candidatos a aspirar a todo en la liga, pero que año tras año acaban desinflándose al final. El año pasado sufrieron una dura derrota contra Indiana Pacers en semifinales de Conferencia, por lo que el equipo decidió reforzarse con alguna piezas nuevas como Bargniani y Metta World Peace, o la llegada del rookie Tim Hardaway Jr. Pero sobre todo, destaca el haber podido conservar a su microondas J.R. Smith como su gran sexto hombre del equipo.
Pero aun con esto, el inicio de los chicos de Woodson ha sido tremendamente irregular, dejando un buen sabor de boca en su inicio en el primer partido vs los Bucks, pero después dando una mala imagen generalizada en la liga culminada con la abultada derrotas contra los Spurs hace tres días en el Madison Square Garden. Esto les ha llevado a tener una situacion actual de 3 victorias y 4 derrotas, balance nada positivo para una franquicia exigente e impaciente como ninguna otra, y en la que ya se ha oído que corría peligro el puesto de Mike Woodson, en el que mucha prensa neoyorquina ya ha sentado a George Karl, entrenador de Carmelo Anthony durante 6 años en la NBA, y nombrado mejor entrenador la temporada pasada por su año 2012-2013 con los Denver Nuggets.
Hablando de Anthony,(curiosamente nacido en Brooklyn aunque fue criado y educado en Baltimore), ¿cuánta parte de culpa tiene el de este mal inicio? Pues poca la verdad. Sigue anotando a buen nivel y con buenos porcentajes de tiro, eso sí, se le ve quizás algo menos comprometido o al menos demasiado distraído y dado a hablar en los medios de comunicación de su futura agencia libre, y el interés desde Los Ángeles de unos Lakers necesitados de nuevos referentes para su franquicia.
La situación no es grave para ninguno de los dos porque acaba de empezar una nueva temporada, pero sí que se prevé una Conferencia Este que va a ser extremadamente dura y en la que el factor cancha de cara a unos playoffs puede ser mas importante que nunca en los últimos años. Por lo que perder partidos que no entraban en tus quinielas fallar puede complicar y mucho unas futuras opciones de ambos de conquistar el anillo.
Son dos ilusionantes proyectos en la ciudad que nunca duerme y una rivalidad añeja y antigua que de nuevo nace entre ambas aficiones, pero que de momento, solo nos ha dejado a dos equipos que no responden a las expectativas creadas (que además son muchas), y que aunque solo hayan sido 10 días, dejan muchas dudas en este inicio de temporada de cara a su rendimiento futuro en la mejor liga de baloncesto del mundo.