Tras la anulación del US Open of Supercross en 2010 por falta de fondos, en Mayo de 2011 Feld Motorsports y Monster Energy se unieron para anunciar que iban a recuperar la tradición de organizar un evento de pre-temporada al año en Las Vegas con grandes premios económicos en liza. La prueba se presentaba atractiva y misteriosa por las diferentes características especiales del evento.
En vez del pequeño MGM Grand arena se iba a usar el Sam Boyd Stadium, que suele acoger el final de temporada del supercross. Además, el Sam Boyd tiene la particularidad de contar con un fondo prácticamente abierto por lo que se puede hacer que un circuito de supercross se extienda más allá del campo de fútbol americano de entre las gradas.
El evento se presentó como «una final en tres etapa donde los pilotos completarán 30 vueltas en total. El evento tendrá una clase principal única, pudiendo llevar cualquier moto de motocross de más de 125cc, sea dos o cuatro tiempos. Este formato especial será un gran escaparate para las marcas y dará un gran espectáculo a los fans del supercross». Lo más especial era que si alguien ganaba las tres finales podría llevarse un millón de dólares (250 mil dólares si se ganaba por puntos sin hacer el pleno).
Finalmente el circuito, diseñado por los astros del supercross Jeremy McGrath y Ricky Carmichael, se extendió considerablemente más allá del campo de fútbol americano, haciendo que los espectadores tuvieran que seguir unos 25 segundos por vuelta por la pantalla. Además de eso incluyeron secciones con terreno blando y hasta una subida por las inclinación de las gradas rememorando los tiempos del Supercross de Pontiac en el Silverdome.
Además de la categoría open principal se corrieron las categorías «Supermini» (adolescentes con motos de 110cc 2 tiempos) y «Amateur All-Stars» (pilotos que no cobran por correr) a modo de apoyo y para dar publicidad a las posibles futuras estrellas. Como colofón se unió una competición de freestyle a mejor truco a un solo intento también con buen premio económico.
En cuanto a la categoría principal la cosa no tuvo color, Ryan Villopoto destrozó a una competencia mermada por las ausencias de Stewart, Canard y Reed y la adaptación de Ryan Dungey a su entonces nueva KTM. RV consiguió ganar las tres finales con autoridad y se llevó el «Monster Million» a la primera. Mark Monea ganó en mejor truco con su «off-axis frontflip» (voltereta hacia adelante con ligera rotación fuera de los dos ejes básicos), Justin Hill venció en Amateur All-Stars y Adam Cianciarulo dominó con autoridad en Superminis.