Hasta el inicio de los años setenta, los recuentos y estadísticas nunca fueron el punto fuerte de la NASCAR, una competición que en sus primeros años disponía de un indescifrable y algo arbitrario sistema de puntuación. Por aquel entonces, las estadísticas de carrera se encontraban en un periodo prácticamente medieval, y grandes hitos y logros quedaron totalmente olvidados debido a que se perdió rastro de los mismos. Uno de los grandes momentos que quedaron desprovistos de toda publicidad en la historia del deporte fue la increíble racha mantenida por Bobby Allison quien, durante más de un año, logró liderar al menos una vuelta en 39 eventos de Winston Cup consecutivos.
La racha, apodada «NASCAR’s Joe DiMaggio Streak», se alargaría desde el 6 de septiembre de 1971 hasta el 22 de octubre de 1972. DiMaggio, una de las figuras más populares en la historia de las grandes ligas de baseball, logró el inalcanzable récord de 56 partidos consecutivos con al menos un hit, logrando un hito que daría la vuelta al mundo y que sería infinitamente documentado, así como seguido diariamente por televisiones y radio. Treinta años más tarde, un registro equivalente en una competición como la NASCAR, que entonces aun no había dado el «salto» a nivel nacional, pasó totalmente desapercibido, y ni siquiera el propio Allison sería consciente por aquel entonces de lo que estaba consiguiendo.
La racha de Allison empezó en la Southern 500 de 1971 disputada en Darlington, donde el piloto de 33 años lideraría 329 de las 367 vueltas para hacerse con la victoria. Conduciendo para el equipo de Holman-Moody, Allison lideraría al menos una vuelta en las siguientes nueve carreras (ganando tres de ellas), y finalizaría el año con 11 victorias que le situarían en una 4ª posición final. En 1972, Allison se uniría al equipo dirigido por Junior Johnson, uno de los propietarios más galardonados en la historia de la Winston Cup; en su lucha por el título, Allison lideró en cada una de las primeras 30 carreras, ganando 10 de ellas. Al llegar a la última fecha de Texas, Bobby Allison tenía la oportunidad de convertirse en el primer piloto que lograse liderar al menos una vuelta durante toda la temporada, sin embargo su racha finalizaría tras un 4º puesto en el que no lograría liderar ni una sola vez.
Como dijo años después el propio Allison, su decisión de dejar el equipo para formar el suyo propio en 1973 no le sentó nada bien a Junior Johnson, quien en aquella carrera no le preparó un coche suficientemente rápido, acabando con la racha de las 39 carreras consecutivas, a la que nadie ha conseguido acercarse hasta día de hoy.
Bobby Allison, padre de una exitosa pero desafortunada saga dentro del automovilismo, se ha convertido en una de las figuras más destacables de la NASCAR, y sus 84 victorias en casi treinta años de competición le sitúan como el cuarto en la lista histórica, además de valerle su introducción al Salón de la Fama en 2011.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=SSJV8C8zkdg[/youtube]