Hace varios meses planteamos la posibilidad de como sería una hipotética temporada de la NASCAR en la que cada carrera se corriera bajo el formato del All-Star. Pese al gran espectáculo que supuso la carrera de las estrellas en mayo, resulta muy complicado creer que la NASCAR llegue a dar un salto tan grande en cuanto al modo de competición en cualquiera de sus categorías pero, a decir verdad, nadie creía hace unos años que este deporte pudiera llegar a tener unos «playoffs» tras su temporada regular hasta que se le dio vida al por aquel entonces «Chase for the Nextel Cup», en 2004. La competición en el máximo nivel de la NASCAR ya no ha vuelto a ser la misma desde entonces y, mientras este formato siga vigente, la eterna discusión entre seguidores y detractores del mismo nunca cesará.
Para ponernos un poco en perspectiva, la idea del Chase se remonta hasta la temporada 2003, cuando Matt Kenseth se llevaría el título de campeón tras vencer una sola vez en la 3ª carrera del año y mantenerse como líder desde la 4ª hasta el final, consiguiendo cada semana el resultado necesario para no perder el liderato. Mientras tanto, por detrás, se viviría una de las más intensas peleas a cinco bandos entre Jimmie Johnson, Dale Earnhardt Jr., Ryan Newman, Jeff Gordon y Kevin Harvick que reclamaría toda la atención por delante del campeón del título, quien incluso en la última carrera de la temporada pudo permitirse el lujo de abandonar en la primera vuelta por ser matemáticamente campeón de la Winston Cup 2003.
Al final de esa temporada, la organización decidió oportuno llevar a cabo cambios en la competición que facilitaran el espectáculo en las carreras finales y favorecieran a aquellos pilotos con más victorias en los dos primeros tercios del calendario, e igualando las puntuaciones de los 10 primeros clasificados antes de las 10 últimas carreras del año. Así nació el Chase en 2004 y, pese a las modificaciones que se han ido realizando, nueve años después el sistema y su debate consiguiente siguen siendo el mismo. Entonces, ¿debería la NASCAR mantener o eliminar el Chase para beneficio de la competición? Estos son algunos de los pros y contras que han mantenido viva tal discusión durante ya casi la última década, además de algunas posibles soluciones o mejoras:
En favor del Chase:
· Esa bendita sensación de playoffs: Da igual que sea enero, abril u octubre, esa magia de los playoffs en los deportes americanos es algo que la NASCAR necesita, y no hay otra manera para conseguirlo que no pase por tener un Chase o unas eliminaciones. Los playoffs son la máxima ilusión y expectativa para cualquier aficionado y equipo cada vez que se acerca el final de temporada regular, y nada se compara con la sensación que te dan esos pocos meses o semanas de post-temporada. El Chase, en cualquier forma o formato, es lo único equiparable a esa sensación.
· Evitar a toda costa posibles «Kenseths»: En los años previos al Chase, abundan las temporadas en las que un piloto destacó por delante de sus perseguidores sin dejarles opciones al título en las últimas carreras del año y, aunque el caso de Kenseth en 2003 es el más clamoroso y destacado, no es el único: por poner algún ejemplo, en 2001, Jeff Gordon lideraría las últimas 17 carreras de la temporada para llevarse de manera clara su 4º campeonato; tan sólo un año antes, Bobby Labonte vencería en 4 ocasiones y lideraría las últimas 25 carreras de la temporada con idéntico resultado que en el caso de Gordon; y lo mismo sucedería en 1999, cuando de nuevo Dale Jarrett, sin realizar la más espectacular de las temporadas, tomaría el liderato muy temprano en el año y no lo soltaría hasta la conclusión del mismo. Con el Chase esos resultados podrían haber sido los mismos, pero seguro que otros pilotos habrían tenido algo que decir en la pelea por el campeonato, en vez de asegurarle el título a sus campeones semanas antes de la conclusión de la temporada.
· Chase sí, aunque diferente: Quizás el problema de la NASCAR no es el Chase en sí, sino su sistema de puntuación. Un mal día en cualquiera de las últimas carreras te deja fuera de la lucha, quieras o no. Como algunos pilotos han insinuado, a lo mejor la solución sería puntuar a los «Chasers» por separado, dándole, por ejemplo, 12 puntos al ganador, 11 al 2º y así sucesivamente hasta 1 punto para el 12º. De esta manera, si cualquiera de ellos sufriese un accidente en el Chase, en vez de perder cerca de 40 puntos sobre el ganador como sucede ahora, tan sólo perdería un máximo de 11, dejando el campeonato mucho más abierto hasta el final.
En contra del Chase:
· A nadie parece importarle que no haya Chase en Nationwide y Trucks: En los últimos años, las categorías de Nationwide y Truck Series nos han dejado grandes peleas por el campeonato, sin necesidad de recurrir al Chase para «apretar» la clasificación de ambas Series. Se puede argumentar que Nationwide ha sido cosa de dos pilotos en los últimos dos años, y que por eso ha perdido emoción pero, de hecho, el campeonato de Sprint Cup también ha sido cosa de dos en 2011 y 2012, así que, ¿donde está la diferencia?
· Kyle Busch, aquel infame 2008: En 2008, Kyle Busch dio un recital en su primera temporada junto a Joe Gibbs Racing, ganando 8 de las primeras 26 carreras y liderando la clasificación con 208 puntos de ventaja sobre Carl Edwards y 369 sobre Jimmie Johnson. Sin embargo, en el Chase Busch se dio de bruces con la realidad, y dos abandonos consecutivos pusieron fin a una temporada que parecía perfecta. En tan sólo dos semanas, el Chase relegó a Kyle Busch de 1ª a 12ª posición, haciéndole olvidar cualquier tipo de esperanza al título, en una de las temporadas más injustas y condicionadas por el Chase hasta la fecha. En esas dos semanas, al equipo de Busch se les fue por la borda todo el trabajo que habían realizado mejor que nadie durante los primeros dos tercios de año, mientras que sin Chase como mucho habrían perdido dos posiciones y aun habrían tenido opciones de remontar con 8 carreras para el final.
· ¿Jimmie «Superman» Johnson»?: El caso de Jimmie Johnson, cinco veces campeón de Sprint Cup bajo el formato del Chase, define claramente todo lo negativo de los playoffs: pasar desapercibido las primeras 26 carreras para acabar pasando por encima del resto en las últimas 10. Los circuitos finales del calendario coinciden precisamente con aquellos en los que Johnson ha completado sus mejores resultados durante su trayectoria, siendo los «únicos» en los que necesita destacar año tras año para repetir como campeón. Para hacerse una idea, si el Chase no hubiese estado vigente, los ganadores desde 2004 habrían sido los siguientes: Jeff Gordon (2004), Tony Stewart (2005), Jimmie Johnson (2006), Jeff Gordon (2007), Carl Edwards (2008), Jimmie Johnson (2009), Kevin Harvick (2010), Carl Edwards (2011) y Brad Keselowski (2012). Tan sólo 4 pilotos terminan como ganadores bajo ambos sistemas, en un panorama totalmente distinto a la realidad.
· Sin rotación de circuitos no hay competencia: Siguiendo con el motivo anterior, otra de las frecuentes discusiones es el hecho de que en cada Chase los circuitos son los mismos, sin cambios. Con el objetivo de buscar soluciones para el Chase, ¿por qué no cambiar los últimos 10 circuitos de la temporada anualmente? Así no solamente se evitarían casos como el de Jimmie Johnson, sino que además se terminaría con la monotonía de los mismos circuitos año sí año también. La única condición es que al menos un Road Course, un Superspeedway y dos circuitos cortos fueran obligatorios en cada Chase, para que los pilotos tuviesen que destacar en cada tipo de asfalto y trazado, facilitando además el mayor disfrute posible de los aficionados.
Y tú, ¿eres Pro-Chase, o Anti-Chase? Y ¿qué harías para mejorarlo si estuviese en tus manos?