Gracias a la juventud de este deporte hemos sido testigos de todo un proceso de crecimiento al igual que el de un bebé. Desde sus primeros pasos con ese UFC underground y casposo, la adolescencia con Pride, sus estadios a reventar y violencia nunca vista y por último la etapa de primera madurez, en la que se asentaron unas bases para ser mas mediáticos y aceptados por el gran público dando lugar al contrato de UFC con la cadena FOX.
Y dentro de este proceso, estamos viviendo como en los últimos tres años las primeras estrellas del deporte han empezado a retirarse para dejar hueco a la sangre nueva. El primero que tomó el camino de la jubilación fue The Iceman, Chuck Liddell. Uno de los luchadores mas mediáticos del deporte que ha participado en numerosas series de televisión (Entourage o Blue Mountain State) e incluso se atrevió a concursar en Dancing with the Stars, donde quedó bien claro que lo suyo era “bailar” en otro tipo de escenarios. Debutó en UFC en el año 98 y aun es poseedor de varios récords dentro de la empresa, como mayor número de victorias por KO (10) o récord de victorias dentro de la división semipesada con 16. En tres ocasiones viajó hasta Japón para luchar en Pride representando a la promotora americana y lo hizo bastante bien con 2 victorias y 1 derrota. Pero su fama se cimentó con la trilogía ante Couture y las 2 victorias ante Tito Ortiz. Esos combates hicieron que la popularidad de UFC creciera hasta niveles insospechados y catapultaron a sus protagonistas al nivel de autenticas estrellas en USA. La carrera de Liddell quedó empañada por sus 3 últimas peleas, que perdió por KO y donde realmente se vio el declive tanto físico como mental de uno de los mejores strikers de este deporte.Pero no podemos olvidar su rapidez de manos, la defensa excepcional de takedown y un encaja de golpes nada malo. Su combate ante Wanderlei Silva es otro de los que pasará a la historia, ya que era el duelo de dos iconos y en el que se jugaban el orgullo de Pride y UFC. Tras su retiro y habiendo entrado en el Hall of Fame de UFC, el de California pasó a formar parte del equipo UFC como vicepresidente del área de Desarrollo. Y por supuesto sigue dirigiendo The Pit junto a John Hackleman formando nuevos campeones.
Randy Couture, el que sale en Los Mercenarios… ¡NO! Randy Couture, el que ganó el cinturón en peso pesado y semipesado, el que ganó un campeonato con mas de 40 años y el que con 47 seguía teniendo los “huevos” para entrar en el octógono a pelear. Corría el año 1997, cuando Randy “The Natural” Couture pisó la jaula por primera vez. Se celebraba el torneo UFC 13, cuando aun eran torneos de un solo día, y Couture se alzó como ganador tras vencer en semifinales a Tony Halme y en la final a Steven Graham. Antes de tomar la decisión de dedicarse a las MMA, Couture había sido suplente del equipo olímpico de wrestling en 3 ocasiones, pero no llegó a competir en las Olimpiadas. Y mucho antes de ser suplente de la selección fue sargento durante 6 años de la mítica 101st Airborne. Resumiendo, tenía 34 años cuando firmó con UFC, algo mayor para empezar en este deporte pero ahí está la magia que desprendía Randy Couture. Cuando salía de vestuarios camino del octógono se veía a un hombre no demasiado alto (1,85), sin demasiado músculo y con poco pelo. Tenía todas las papeletas para llevarse la paliza de la noche si se le comparaba con esas bestias físicas que tenía como oponentes, freaks del culturismo sin demasiadas nociones de MMA. Pero lo que le faltaba en altura y peso le sobraba en técnica y corazón. Con unos takedowns prácticamente perfectos y un wrestling excepcional, Couture se hizo un nombre en UFC convirtiéndose en campeón en dos categorías de peso y dejándose la piel en cada combate. Fue la historia del gran héroe americano, el que sigue el sueño de ser un gran campeón mundial y a pesar de la edad y de los obstáculos que encontró en el camino consiguió cumplir sus objetivos y pasar a la historia. Cuando se retiró, tras la patada de Karate Kid que le propinó Machida, se dedicó a continuar con su carrera como actor y alternando también con apariciones esporádicas en FOX como analista de MMA. A todo eso debemos sumar Xtreme Couture, su gimnasio. Una marca comercial que mostró el camino a muchos luchadores que veían un futuro muy gris tras abandonar el deporte, ahora podían montar un gimnasio aprovechando su fama, ganar dinero y seguir unido al deporte que tanto les ha dado. Siempre nos quedará la espinita clavada de no haberle visto pelear con nuestro siguiente protagonista.
Si alguien mira una foto de Fedor Emelianenko lo último que se le pasa por la cabeza es que sea un DIOS peleando. Cara de poco espabilado y barriga “made in Heineken”, eso es lo que mas destaca del ruso, al menos hasta que subía al ring. Cuando el árbitro daba la señal que indicaba el comienzo del combate, los ojos de Emelianenko se fijaban, fríos, en su oponente y ya se sabía que era el comienzo del final. Un aura de invencibilidad rodeó a Fedor durante toda su carrera y no fue hasta sus últimos combates en los que se vio un desgaste, sobre todo mental, y una técnica obsoleta. Un record de 34-4, con solo 8 victorias siendo por decisión habla por si solo. La lista de víctimas del ruso es un “quien es quien” de las MMA: Hunt, Nogueira, Filipovic, Arlovski, Coleman, Randleman… Grandes estrellas que se vieron totalmente dominadas por el talento y la técnica de Emelianenko. Aun siendo un referente en este deporte también tiene críticos y además muy poco objetivos. Sus argumentos son dos principalmente: le echan en cara el no haber firmado con UFC y desprecian a sus rivales diciendo que eran muy malos. El tema de no entrar a formar parte de UFC no fue exclusivamente culpa del ruso, mas bien de sus representantes M-1, también mucha culpa tiene Dana White quien ha querido vender una historia respecto a las negociaciones totalmente desfigurada a su gusto para dejar en mal lugar a Emelianenko. En cuanto al nivel de sus oponentes solo podemos decir que eran otros tiempos. Ahora sí podemos ver auténticos practicantes de MMA que dominan todas las disciplinas y la mayoría de ellas. Gente como Jon Jones o Nick Diaz, que dan una patada con la misma efectividad con la que usan un armbar. Los oponentes de Fedor eran la mayoría unidisciplinarios, o se era bueno en BJJ o se era bueno en kick-boxing, prácticamente nadie entrenaba el mismo tiempo mas de una cosa. Pero él si lo hacía, tenía el mismo poder en sus manos que cuando llevaba a alguien al suelo y le sometía. Esos argumentos caen por su propio peso y el legado y dominio del ruso pasarán a la historia. Como pasa siempre que una carrera deportiva llega a su ocaso, los últimos combates competitivos de Fedor fueron un desastre. Los perdió todos, dando una imagen muy mala de alguien que estaba cansado y que no tenía motivaciones para continuar. Se maquillaron esas derrotas con tres victorias de segundo nivel. Pero no debemos olvidar al primer dominador total del deporte, «The Last Emperor».
Uno de esos rivales de un solo as en la manga era Mirko Filipovic, alias «Mirko Cro Cop». Su apodo, como es sabido, viene de su pertenencia al Cuerpo de Élite Antiterrorista de Croacia. Comenzó a entrenar artes marciales desde muy joven y mientras trabajaba como policía participaba en torneos de kick-boxing amateur donde cosechó un record de 40-5, con 31 KO’s. Con 22 años entró al K-1 World Grand Prix, el torneo más importante del mundo, donde derrotó al finalista del año anterior Jerome Le Banner. Nunca se llevó el torneo, debido a las lesiones principalmente, pero tuvo grandes victorias ante gente como Aerts, Hoost o Musashi. En 2002 llegó la hora de la verdad, dejó su trabajo en el cuerpo antiterrorista y comenzó su carrera en Pride, la organización de MMA más importante del mundo. No vamos a entrar a detallar cada combate del croata, solo diremos que ganó el Open Weight GP del 2006 y que su paso por UFC fue desastroso. En cuanto a lo que significó Cro Cop para del deporte, fue el primer striker puro que triunfaba en MMA, que sabía defender con éxito un takedown. La frase “right leg, hospital; left leg, cemetery.” da bastantes pistas de la clase de potencia que tenía y lo certeros que eran sus ataques. Mirko es uno de esos hombres que derrocha personalidad, con su aire de bad-boy y sus gafas de sol en las ruedas de prensa, sin duda uno de los luchadores mas queridos por los fans y que nunca será olvidado. El staredown con Wanderlei Silva es uno de los momentos más intensos de este deporte.
Pero si hablamos del macarra por antonomasia debemos hablar de Tito Ortiz. Como su compañero del Hall of Fame, Randy Couture, Tito también debutó en el año 97 ganando el combate en apenas 30 segundos, tenía 22 años. La primera rivalidad que traspasó el octógono entrando en terreno personal fue la que se vivió entre Ortiz y Lion’s Den, el gimnasio donde entrenaban Ken Shamrock, Maurice Smith y Guy Mezger entre otros. Tras intercambio de declaraciones, trifulcas en los vestuarios y amenazas varias Tito Ortiz salió victorioso derrotando 3 veces a Ken Shamrock y reponiéndose a su derrota ante Frank Shamrock, hermano pequeño de Ken. En poco tiempo Ortiz se convirtió en el antihéroe, el hombre que decía y hacia lo que le apetecía y en el momento que le apetecía. Tuvo sus más y sus menos con casi todos los luchadores con los que se enfrento y también con Dana White, presidente de UFC. El auge del enfrentamiento con Dana fue durante el weigh-in de UFC 84 donde Tito llevaba una camiseta en la que se podía leer “Dana is my bitch” Si analizamos su trayectoria de forma general podemos llevarnos el engaño en pensar que tuvo una carrera mediocre si nos basamos únicamente en su record de 16-11. Pero Ortiz fue uno de los primeros dominadores absolutos en UFC, un autentico campeón que pasaba por encima de todos sus oponentes. Pero eso terminó con Chuck Lidell, quien le venció en 2 ocasiones por KO, sumándose a otras derrotas ante Couture o Machida. En ese momento comenzó el declive de Ortiz, quien de sus últimos 6 combates solo ganó 1. Tras su último combate hace pocos meses, en una revancha ante Forrest Griffin, Tito Ortiz se retiró con 15 años de carrera a sus espaldas y habiendo marcado una época en este deporte.
Cuando Anderson Silva se preparaba para su combate en UFC 134, Dana White dijo que su oponente, Yushin Okami, era el mejor luchador japonés de MMA de la historia. Evidentemente tanto expertos como fans, pasando por los propios luchadores salieron a contradecirle. Kazushi Sakuraba fue una de las caras más famosas de Pride a la altura de Emelianenko, Wanderlei o Cro Cop. El japonés era un guerrero en toda regla, derrotando a varios miembros de la familia Gracie (que en esa época parecían imbatibles) o peleando ante oponentes de mucho mayor peso que él. Su transición desde pro-wrestling a MMA fue excelente, convirtiéndose en uno de los mejores luchadores en suelo con 19 de sus 26 victorias siendo por sumisión. A medida que pasaban los años se podía ver un bajón físico considerable debido principalmente a sus maltrechas rodillas. Aun así, Sakuraba sigue peleando o al menos lo intenta a sus 43 años y sigue siendo todo un ejemplo de superación y consecución de los sueños. Han pasado a la historia, además de sus grandes victorias, sus espectaculares entradas al ring donde solía llegar caracterizado de personajes de la cultura nipona, incluido Mario Bros. Si le preguntamos sobre Sakuraba a cualquier aficionado que lleve años siguiendo este deporte solo tendrá buenas palabras para hablar del japones, ya que realmente es un hombre que ha hecho historia cada vez que pisaba el ring. Se esperaba este verano un combate de despedida ante Shinya Aoki en Dream pero al cerrar la empresa se canceló dicha pelea y ahora no se sabe si The Gracie Hunter podrá decir adiós a su público como merece.
Estos son seis de los grandes hombres que han pasado por este deporte, quizás los mas influyentes tanto por su calidad peleando como por su personalidad dentro y fuera del ring. Dentro de poco llegará el día de despedir a mas leyendas, gente como Anderson Silva, BJ Penn o Wanderlei Silva, auténticos ejemplos para las futuras generaciones de atletas y un espejo en el que poder y deber mirarse.