En este cuarto partido jugado en el Madison Square Garden, los Kings podían proclamarse por segunda vez en su historia campeones de la NHL. Los Rangers estaban en un partido «Win or go Home» y con el apoyo de su público intentaron desde el primer momento superar a su rival de la costa del Pacífico.
El partido se ponía de cara para el equipo local cuando, en un doble desvío, Pouliot, un secundario de los Rangers, anotaba tras un toque previo de su compañero Derick Brassard tras el disparo inicial del defensa John Moore, confirmando el buen estado de forma de la cuarta línea ofensiva de los Rangers, que están jugando incluso un poco por encima de su nivel real. Las gradas enloquecían como es obvio y máxime cuando hablamos de un público entendido como es el de Nueva York, en el que se pudo ver a varios VIPs en las gradas, como Spike Lee, Robert DeNiro y el ex tenista McEnroe. Estas Finales de la Stanley Cup han atraído las miradas de famosos también.
Los Kings intentaban poner en aprietos a Lundqvist pero los primeros disparos no eran del todo peligrosos, disparos sencillos para un portero de su categoría. Así se llegaba al final del primer periodo.
En el segundo el resultado se ponía más a favor de los Rangers cuando el veterano St Louis anotaba su octavo gol de los Playoffs, confirmándose cada día como un gran movimiento de mitad de temporada, aportando veteranía a un núcleo con nombres, pero en el que hacía falta que alguien aportara experiencia en estos momentos del año. Con un 2-0 a favor, los Rangers podían de momento respirar tranquilos y evitar el amargo sabor de la derrota, encima viendo la posible celebración de los Kings en la pista de los neoyorquinos. Pero esta sensación de cierto «alivio» por los dos goles se vino abajo cuando en un oportuno corte del capitán angelino Dustin Brown se marchaba hacia el portero sueco y batía por bajo y con calidad anotando el 2-1 apenas dos minutos después del 2-0. A partir de ahí los Rangers pasaron los peores momentos de toda la temporada, sufriendo ocasiones de los angelinos claras, exigiendo a Lundqvist lo que no consiguieron en los primeros minutos del partido. Un ejemplo de tal acoso y derribo, por hasta dos veces: el disco fue caprichoso con el destino y por milímetros los Kings no lograron dos goles, el primero desviado por un defensor de los Rangers y el segundo Stepan se puso en modo salvador y alejó con la mano el disco a las piernas de su portero cuando se quedó el disco frenado sobre la línea de gol. Las jugadas por un momento fueron parecidas a melès de rugby, buscando unos anotar un posible gol histórico, los otros seguir vivos en las Finales, en ambos casos extremos de casi marcar los Kings, ganaron la partida los de casa.
Con este 3-1 en la eliminatoria ambos equipos vuelven a la costa Pacífico, donde los Kings intentarán ser más acertados de cara a gol, anotar más que los Rangers y no permitir que un disco se quede a milímetros de ser un gol válido, porque esos errores les puede dar vida a su rival del Este. Próximo viernes, el quinto partido en el Staples Center.