Después de más de 8 meses de competición, la temporada de la NHL ha concluido con la franquicia de Los Angeles Kings llevándose la victoria por 4-1 frente a los New York Rangers en la Stanley Cup. Probablemente, estos Playoffs han sido de los mejores de toda la historia de la liga y al final los Kings, que han sido parte de esta historia, han podido acabar en lo más alto al concluir la temporada. Pero ni mucho menos este final era el esperado, la franquicia californiana ha tenido una temporada muy difícil y les costó muchísimo meterse en postemporada, tanto que quedaron sextos en la conferencia oeste con 46 victorias y 28 derrotas.
En temporada regular, la verdad sea dicha, muchos jugadores de los Kings querrán olvidar su actuación, de hecho, casi todos los atacantes han decepcionado con respecto a años anteriores. En conjunto los Kings han sido el 26º equipo de toda la liga en goles anotados, con 2,4, unos números que no hacen pensar que puedan estar relacionados con el ganador de la Stanley Cup. Destaca entre estos malos números Dustin Brown, que ha tenido una temporada horrible, anotando solo 27 puntos en 79 partidos cuando la temporada pasada anotó 29 puntos en 33 partidos menos. En esta categoría solo se salvan Kopitar, Carter y también Gaborik que, realmente ha hecho una temporada bestial ya que ha anotado 16 puntos en solo 19 apariciones.
Si esta franquicia, con un ataque tan malo ha conseguido llegar a playoffs, es sin ningún lugar a duda gracias a su defensa. En conjunto, han sido los que menos goles por partido han recibido, con solo 2. Y eso que pintaba muy mal con la lesión de Jonathan Quick, pero sus sustitutos hicieron un trabajo incluso mejor que el estadounidense. Sobre todo hay que destacar al jovencísimo Martin Jones, que en su primera temporada en la NHL hizo unos números de escándalo. De sus 19 apariciones, ganó 12 con un promedio de goles encajados por partido espectacular, 1,81, y con un porcentaje de paradas del .934%.
Sin ningún lugar a duda ha sido una temporada muy irregular y con muchos altibajos para la franquicia de Los Angeles, pero su mejor momento llegó en el momento idóneo y permitió a los de Darryl Sutter llevarse la segunda Stanley Cup en 3 años y de toda su historia. Ante esta situación quizá nos encontramos con el nacimiento de una gran franquicia que va a dar muchísimas alegrías a la afición californiana. De momento están disfrutando de unos años dorados, solo el tiempo dirá si este grupo de jugadores convierten a los Kings en una leyenda.