Este fin de semana termina la temporada regular en NHL. Un año atípico, con tan solo 48 partidos de liga regular disputados por los equipos. Nos libramos del lockout y nos hemos topado con un campeonato bastante apasionante y, como no, con altibajos. Y es que NHL, irregularidad y sorpresas van cogidas de la mano.
Recuerdo cuando vivía en Italia que un compañero de clase, que se estaba iniciando en deportes americanos por las apuestas deportivas, me preguntó sobre varios partidos la NHL que se jugaban en una noche cualquiera. Esa misma tarde le mande un sms sobre los posibles vencedores de la madrugada tras mirar estadísticas, últimos partidos, enfrentamientos directos, etc. Al día siguiente mi cara era un poema cuando me levanté y vi que de ocho partidos había acertado solo resultados. Cuando llegué a clase Marcelo me dio la enhorabuena. Había apostado en tres partidos y solo perdió dinero en uno de ellos; pura casualidad. Y me volvió a pedir consejo para esa nueva noche y directamente le dije: “meglio giocare a dadi” (mejor juega a los dados).
Si te sale un uno: victoria del equipo local, si sale un dos: derrota del equipo local; un tres: victoria del equipo local en prórroga o penaltis; cuatro: victoria visitante; cinco: derrota visitante y seis: victoria del equipo visitante en prórroga o penaltis. La cara de mi amico Marcelo será como la vuestra ahora mismo, pero si os habéis parada a mirar lo ocurrido esta temporada lo mismo esa cara de rareza se os quitará pronto. De doce analistas de NHL.com y NHL Network, sabéis cuantos daban a principio de temporada como campeón de la Conferencia Oeste a los Blackhawks? Tan solo uno acertó. Un analista de doce posibles. Y si miramos la Conferencia Este? Lo mismo. Únicamente un analista, nada que ver con el anterior que daba a los Red Wings como líderes, se mojó con los Pens.
Pero se puede ir más allá. Si alguno de los presentes pensaba que a estas alturas de la temporada los Blue Jackets se iban a estar jugando un puesto por entrar en los playoffs hubiesen tenido a miles de personas tachándolo de loco. Y son estas cosas las que hacen diferentes y grandes a la NHL. Hace un año nadie daba un duro por los Kings en la postemporada y terminaron ganando la Stanley Cup ante New Jersey, que por cierto este año no ha conseguido ni clasificarse. Y esta misma temporada el fichaje de Ryan Clowe por los Rangers dio mucho que hablar. Un jugador que no había marcado un gol en toda la temporada se incorporaba a mitad de curso en el cuadro newyorkino para hacerles mejorar en la faceta goleadora. En twitter solo se leían mofas y chistes sobre el osado trade. El exjugador de los Sharks cerró miles de bocas con dos goles y una asistencia en su debut en el Madison Square Garden.
Por tanto, pasen y vean el espectáculo más impredecible del mundo. Si es cierto que a día de hoy, tanto Penguins como Blackhawks son los claros favoritos, pero nunca te puedes fiar. La temporada pasada la mitad de los equipos que partían con desventaja de campo en las series de cuartos de final de conferencia, terminaron entrado en semis. Vancouver, primero del Oeste, sucumbió 1-4 contra los Kings, que fue el segundo equipo en disputar unas finales con el octavo seed tras los Oilers en el 2006. Por tanto este año tiren su dado y hagan sus apuestas. A mí me sale una final entre Montreal y Los Angeles, tras eliminar en las finales de conferencia a Pittsburgh y a Chicago.