Por Axel Andrés
Llega Año Nuevo, eso significa que llega el concierto de Año Nuevo en Viena y los saltos de esquí de Garmisch Partenkirchen (por si os lo preguntábais sí, hay más eventos de ese tipo durante el invierno pero por alguna razón desconocida la televisión pública sólo retransmite ese), llegan las subidas de los precios y también llegan todos esos propósitos que luego nadie cumple. Pero lo más importante, llega el NHL Winter Classic, el partido que anualmente la NHL organiza al aire libre y que por un lado suele llenar los estadios donde se celebra y por el otro consigue audiencias espectaculares edición tras edición. De hecho es el partido de temporada regular que más audiencia genera, llegando en ocasiones a tener audiencias parecidas a las de la Stanley Cup. Así pues, parece que por fin la NHL se ha hecho con un día en el calendario, tal y como la MLB se ha hecho con el Día de la Independencia o la NFL se ha hecho con Thanksgiving.
¿Y qué es lo que hace que este partido sea tan especial? Pues la razón básica es que se disputa al aire libre, con todo lo que ello conlleva. El efecto del viento, el efecto cegador de la luz solar o factores acerca del mantenimiento del hielo, mucho más complicado que el de un pabellón cubierto y que suele provocar baches a medida que transcurren los periodos, son los mayores factores distintivos de este tipo de partidos. Es por eso que algunas de las reglas que conciernen a la orientación de los ataques cambian para este partido, como por ejemplo el hecho de que tanto el tercer periodo y la prórroga se paran justo a la mitad para cambiar de campo, lo que hace que ambos equipos jueguen el mismo tiempo atacando a cada una de las porterías para que uno no se vea beneficiado por factores climáticos. Además, otra de las razones que motivan a la gente a ver este partido es que los Winter Classics suelen ser una ocasión óptima para ver a dos equipos jugando con equipaciones retros, algo que siempre gusta al espectador hasta el punto que ha habido equipos que han comercializado sus camisetas del Winter Classic o que incluso han decidido cambiar sus equipaciones alternativas por las que usaron en ese partido debido al éxito entre el público.
La primera edición del Winter Classic se disputó en 2008, en el Ralph Wilson Stadium (estadio habitual de los Buffalo Bills de la NFL), siendo Buffalo Sabres y Pittsburgh Penguins los equipos protagonistas y con resultado final de 2-1 para los Pens en la tanda de penaltis. Los 71,217 fans que llenaban las gradas aún son un récord de asistencia para un partido de la NHL (no así del hockey universitario, un partido entre Michigan y Michigan State reunió a cerca de 113,000 espectadores). Debido al éxito del partido se decidió repetir experiencia para el año siguiente, así que en 2009 Chicago Blackhawks y Detroit Red Wings disputaron el Winter Classic en el mítico Wrigley Field (campo de Chicago Cubs de la MLB) con resultado final de 6-4 para los de Detroit. El partido fue muy seguido por televisión, hasta el punto de ser el partido de hockey con mayor audiencia en los últimos 33 años. En 2010, el turno fue para Boston Bruins y Philadelphia Flyers, que hicieron llenar las gradas del no menos mítico Fenway Park (hogar habitual de Boston Red Sox); en esta ocasión el público sí se marchó satisfecho a casa porque el equipo local quien ganó el partido (2-1 en la prórroga).
Este año, Washington Capitals y Pittsburgh Penguins serán los que disputen el encuentro, siendo los Penguins el primer equipo que repite comparecencia en un Winter Classic, y el lugar elegido para ello será el Heinz Field, estadio en el que juegan Pittsburgh Steelers de la NFL. Algunos han criticado mucho que los Penguins repitan presencia en un Winter Classic, pero el partido realmente vale mucho la pena. Y es que este encuentro se ha convertido en algo más que un choque desde que estos equipos tienen a los dos mejores jugadores de la liga, Alex Ovechkin en el lado de Washington, Sidney Crosby en el lado de Pittsburgh. Tanta es la rivalidad que la cadena HBO incluso ha llegado a hacer un documental acerca de estos dos equipos, filmando dentro de los vestuarios al más puro estilo Hard Knocks. Así pues, dos de los mejores equipos de la NHL y sus dos mejores jugadores enfrentados en unas condiciones que no son las habituales, otro capítulo más de esta rivalidad a la que parece que aún le queda mucho recorrido.
Y por último, una curiosidad. En todas las ediciones del Winter Classic hasta el momento el equipo que jugaba como visitante ha quedado campeón de su conferencia pero ha acabado perdiendo la Stanley Cup. Le pasó a los Penguins en 2008 (perdió ante Detroit), le pasó a Detroit en 2009 (perdió ante Pittsburgh) y también le pasó a Philadelphia en 2010 (perdió ante Chicago). Ya sabemos qué le depara el destino a los Capitals en esta postemporada…