Cuarenta y nueve años después, la ciudad de Chicago, una de las más aficionadas al hockey hielo en Estados Unidos y que veía con envidia los títulos de sus vecinos de Detroit, vuelve a saborear una Stanley Cup. Los Blackhawks se impusieron 4-3 en la prórroga en el sexto partido (4-2 en la eliminatoria) de la Stanley Cup 2010 disputado en el Wachovia Center de Filadelfia para alzarse con ‘la copa’ de plata por primera vez desde 1961 y cuarta en la historia de unos de los seis clubes originales que participó en el nacimiento de la NHL.
Philadelphia 3 Chicago 4
Patrick Kane marcó el gol del triunfo en el tiempo extra de un partido que los ‘Hawks’ dominaron de arriba abajo. El capitán Jonathan Toews fue nombrado MVP de las finales. El gol de Kane puso la rúbrica a todo lo que ha sido esta postemporada, un abanico de emociones, quizás la mejor de la historia, cuando los árbitros tuvieron que revisar la jugada y aplazar la celebración de Chicago. “Estaba rezando a Dios que fuera gol. No quería celebrar para nada”, declaró Toews. Es la guinda a mes y medio de sentimientos aunque supone una forma bastante cruel de perder para los Flyers, en casa y en la prórroga, tras unos Playoffs intachables, en los que han llegado a la final como el séptimo equipo de la Conferencia Este y el tercero en la historia en levantar un 3-0 en unas series.
Para colmo del sufrimiento de los corazones, Scott Hartnell empataba el choque con menos de cuatro minutos para que finalizara el tiempo regular. Parecía que Philadelphia, a remolque todo el encuentro, volvía a llamar a su amigo la épica de nuevo, pero esta vez cayó del lado de los Blackhawks; Antti Niemi hacía una sensacional parada a Jeff Carter con menos de un minuto y el choque viajaba al tiempo extra. El portero finlandés hizo 25 paradas, 2 en la prórroga, año y medio después de firmar como jugador no drafteado y agente libre. “No hay consolación. Este relato ha terminado de la peor manera posible para nosotros. Duele”, comentó Hartnell ante la prensa. “Los chicos deben estar contentos de lo que hemos hecho este año, muy orgullosos”, añadió Carter.
Unas series (4-2) entre ‘Hawks’ y Flyers en las que el factor campo ha prevalecido por encima de todo. Golpeó primero Chicago en el United Center en dos partidos muy apretados en los que Philadelphia no supo resolver. Llegarón a Pensilvania y la agerrida defensa naranja puso contra las cuerdas a los de Illinois empatando las series y sembrando algunas dudas sobre el dinámico ataque de los Blackhawks, disipadas en el quinto partido gracias a la velocidad que impusieron los entonces locales.
La trayectoria de Chicago Blackhawks durante toda la temporada ha sido intachable. El equipo de John Quenneville ha mantenido el tipo en lo alto de la clasificación de la Conferencia Oeste todo el año y, pese al bajón de mes y medio que sufrieron poco después del descanso olímpico, el conjunto fue capaz de remontar el vuelo de la presión que soplaba sobre su cogote. Bien es cierto, que el equipo ha tenido que sufrir cierta esperanza y ansias de una ciudad que no disfrutaba con el hockey desde hace medio siglo; incluso, antes de Playoffs, se expandió una lona por la ciudad de Illinois con el capitán Jonathan Toews con la Stanley Cup. Las expectativas eran fruto de una gran temporada de una plantilla muy joven en 2009 en la que llegaron a la final de la Conferencia Oeste. Por eso, el campeonato de este año, no hace más que sentar un precedente de una escuadra con mucho futuro: Antti Niemi, Patrick Kane, Jonathan Toews, Dustin Byfuglien, Marian Hossa, Patrick Sharp, Brent Seabrook…”Este es el mejor sentimiento que jamás puedes tener. No puedo creer que haya ocurrido”, dijo un emocionado Toews.