Ya los tenemos aquí, los JJ.OO de Sochi en su besante masculina del hockey darán comienzo. Por fin después de una larga espera de cuatro años, la máxima competición por selecciones vuelve a nuestras vidas, a mi juicio, solamente la única que debería existir, los mundiales IIHF que se disputan año tras año aún no les encuentro su función ni gracia, a mi entender le restan un poco de valor a los Juegos Olímpicos dado que mucha gente se lía con tanta torneo “parecido”; aunque aquí estén realmente todas las estrellas comparten demasiadas similitudes para el casual fan. Y más en un futuro inmediato, dado que la NHL con su lógica visión de negocio revivirá la World Cup of Hockey (o Canada Cup), podríamos tener si nadie elimina algún torneo del calendario mundial, una sobredosis de sinónimos. Mi receta sería sencilla, borramos del mapa los mundiales IIHF al menos en su versión de más alto nivel, alternando cada dos años los JJ.OO. con la Copa del mundo de la NHL; las dos con las principales estrellas, nada de sucedáneos veraniegos. Aunque no creo que Gary Bettman, ni a nadie de la federación internacional les guste la idea, unos por perder su trozo de pastel y los otros por continuar con la mismo problema durante un par de semanas de temporada regular (NHL); el futuro dictará veredicto, esperemos antes de criticar o alabar, ahora es tiempo de Sochi y a disfrutarlo que solo sucede una vez cada cuatro largos años.
¿Y qué tiene que ver todo lo antes mencionado con el título del artículo?, aquí es donde voy, la presión, la auténtica presión será la que vivirán los combinados canadiense y ruso. Los norteamericanos por el perenne papel de favoritos, el Brasil del hockey (reseña para los futboleros iniciados al hielo), no en vano como es sabido, el hockey ocupa un lugar preferente en la vida del país y de sus habitantes. Por el otro lado tenemos a Rusia y la urgencia de ganar el oro después de varios juegos sin conseguirlo, más aun jugando en casa ante una afición del todo entregada pero que no dejará pasar muchos errores.
Los anfitriones, con la gran mayoría de sus jugadores participando en las dos mejores ligas del mundo (NHL y KHL) y disfrutando de unos sueldos estratosféricos muy diferente de la situación que vivían sus paisanos de la antigua unión soviética, intentarán dejar atrás años de decepciones, anarquía y poca profesionalidad para dar paso al torrente ofensivo del que dispone la plantilla. Los Ovechkin, Malkin, Kovalchuk (si no rinde no será por el jet lag), Datsyuk y compañía pueden convertir los partidos en que participe la selección rusa en una fuente de goles , no solo a favor, dado que la defensa es su parte más endeble y vulnerable. Sin ninguna duda, el conjunto tiene que superar las individualidades, si logran superar este punto con todo el talento ofensivo que arrastran pueden y deben llegar como mínimo a semifinales pero que a nadie se le olvide, al igual le sucediera a Canadá cuatro años antes en Vancouver, el respetable ruso no aceptará nada más que no sea una medalla de oro. Presión máxima.
Canadá con su grupo de superestrellas ya está acostumbrado a “sufrir” el san Benito de favorito en las quinielas, en todos los JJOO desde que juegan los profesionales de la NHL, los canadienses han sido uno de los teóricos aspirantes al oro, se juegue en Europa, Asia o Norteamérica. No siempre les ha salido bien, además como curiosidad, desde Nagano ’98 alternan la medalla de oro con actuaciones nada a la altura de su potencial. Sobre la calidad del plantel no existen dudas, la verdad que ser el GM de la selección de la hoja de arce puede ser sencillo (o difícil a su manera), con no complicar las cosas tienes a tu disposición a dos equipos completos de jugadores listos para competir por el medallero, fascinante. Todas las líneas cuentan con excepcionales nombres, llenos de hambre y experiencia. De nuevo, la atención mediática que soportarán por parte de todo el país será brutal, a la par de lo que significa este deporte para la mayoría de la población.
Una gran final podría ser Rusia vs Canadá, seguramente la esperada por ambos países y muchos otros aficionados del mundo entero. ¿Sucederá? En menos de de tres semanas saldremos de dudas, seguramente EE.UU y Suecia, las otras grandes favoritas no cederán con rapidez, puede que no lo hagan. Lo que si tenemos por sentado él es gran espectáculo que se nos avecina (marca registrada), sea cual sea el color del vencedor. Por cierto, dicho lo dicho y siguiendo las estadísticas, toca fracaso de Canadá. ¡A disfrutar!