En la portada del número 20 del volumen 112 de la revista deportiva estadounidense Sports Illustrated aparece media cara de Ben Roethlisberger bajo el titular «La Resaca» y con unos subtítulos que comentan, «Mal Comportamiento, Mal Juicio«. La historia del semanario, firmada por Jack McCallum, pinta una fotografía del quarterback como un ser humano insoportable los últimos años y elimina todo juicio de criminalidad para centrarse en el jugador como persona.
El extenso artículo, materia principal del número de esta semana, no cuenta con la participación de la estrella de los Steelers ya que se ha negado a hablar con los medios desde el incidente de Milledgeville. Empieza contando el tumultuoso historial de locuras de ‘Big Ben’, empezando por el accidente de moto en 2006 donde no llevaba casco. El texto afirma que unos meses después de los hechos y de que afirmara que «empezaría a llevar casco«, fue grabado por una televisión local de Pittsburgh sobre otra moto y sin casco, a lo que Roethlisberger contestó levantando despectivamente uno de sus dedos hacia la cámara. Posteriormente, se traslada a los hechos de Nevada en 2009, la supuesta violación a una camarera que terminó sin cargos criminales y, finalmente, recoge ligeramente los hechos de Milledgeville hace dos meses: «una fuente cercana a Roethlisberger dice que nunca intentó tener relaciones sexuales con la joven de 20 años y describió sus intenciones como ‘sexo de Clinton’ o felación. Pero la estudiante dijo que sí que hubo coito y que el jugador de 1,95 m y 109 kg usó la fuerza«.
El eco de la historia de Sports Illustrated no se ha hecho esperar, y sobre la versión online, David Epstein escribía al día siguiente que «las lesiones de cabeza pueden dar una explicación al comportamiento de Roethlisberger«. El articulista se basa en el doctor Jordan Grafman, un neuropsicólogo del Instituto de Desorden y Golpes Neurológicos que ha estudiado durante décadas el trauma cerebral en los veteranos de Vietnam. Grafman, que nunca ha examinado o coincidido médicamente con el jugador nativo de Ohio, afirma que alguien con daños en el lóbulo frontal del cerebro puede no leer las intenciones de una mujer en un bar muy bien y sucumbe a urgencias primitivas en vez de decir, «no debería hacer esto porque afecta mi carrera«.
Epstein, quien ha ayudado a McCallum en el otro artículo, escribe que después de escuchar muchas anécdotas de la conducta del pasador en el área de Pittsburgh, cree en la teoría de Grafman de daños cerebrales. El neuropsicólogo describe dos comportamientos endémicos de gente con lesiones moderadas en el lóbulo central o más suaves pero repetitivas: 1) violar las reglas sociales diciendo cosas inapropiadas, y 2) decir cosas apropiadas o tópicos en contextos inapropiados. Algunos ejemplos: flirtear con una mujer en el ascensor delante de tu esposa o decir a alguien que viste como un idiota en público, todo ello, de forma inconsciente.
De acuerdo con un reportaje de la misma revista sobre la vida de ‘Big Ben’ en el instituto, el quarterback era ampliamente respetado en su ciudad natal (Findlay, Ohio) y nunca estuvo asociado a historias de malos comportamientos. La cuestión es si la conducta del jugador-franquicia de los acereros se debe a que es un chico en la veintena con un contrato de $102 millones o realmente tiene daños cerebrales. Ben ha sufrido un accidente de moto en el que no llevaba casco y se golpeó la cabeza contra el asfalto, cuatro conmociones cerebrales y 242 sacks en seis temporadas en la NFL con Pittsburgh Steelers.