Los Saints, tras caer a domicilio en los Divisionales ante los a la postre campeones Seattle Seahawks, se enfrentaban a una offseason bastante compleja por diversos motivos, algunos de calado muy hondo ya que afectaba a pilares fundamentales del roster de los de Luisiana.
El primero de todos ellos sin duda era el tema del “Salary Cap”. Como bien es sabido por todos, los equipos de la NFL (al igual que en las otras 4 grandes ligas de EE.UU) deben respetar un tope salarial el cual no pueden exceder. Los Saints, con la continuidad asegurada de jugadores como Colston, Evans, Hicks, Jordan, y como no el gran Drew Brees, se iban a ver obligados a tomar decisiones difíciles de cara a la afición, y afrontar sobre todo dos contrataciones de jugadores que se convertirían en agentes libres durante el verano de 2014 y que reclamarían grandes contratos; el tackle defensivo Zach Strief, y el mejor tight end de la liga y mejor jugador en labores de recepción la temporada pasada para los Saints, Jimmy Graham.
Y los Saints, con el gran equipo que tiene en los despachos dirigidos por Mickey Loomis con la ayuda inestimable del head coach Sean Payton, se comenzaron a mover rápido, y en los tres primeros días desde el inicio oficial de contrataciones de agentes libres, dejaron solucionado casi todas las cuestiones, a excepción del draft y del tema Graham.
Y todo comenzó con dos grandes noticias; La primera, el etiquetar a Graham como jugador franquicia en la posición de tight end, lo que acarrearía un juicio entre Jimmy y los Saints ante el comisionado de la Liga, y una segunda y además noticia bomba del primer día de contratación de agentes libres, en la que los Saints anunciaban que se hacían con los derechos del mejor safety de todos los que había en la bolsa, ya que procedente de Buffalo, los de NOLA contrataban a Jairus Byrd. Gran jugador defensivo, Byrd junto a Vaccaro formaran una pareja temible en la secundaria de los de Luisiana. A la vez que esta ilusionante llegada alentaba a la “Who Dat Nation”, el equipo empezaba a oficializar bajas importantes de buques insignias de aquel equipo campeón en la Super Bowl de 2009, y otros de gran aprecio dentro de la afición Saint. Sproles, Lance Moore, De La Puente, Greer, Roman Harper, Jenkins, y el gran capitán Jonathan Vilma entre otros, abandonarían la disciplina de los de la flor de lis para hacer hueco salarial y abordar más contrataciones y formar una plantilla que aportara totales garantías.
Días después, los Saints contrataban al veterano cornerback ex de los Denver Broncos, Champ Bailey, formando junto a Lewis, Vaccaro y Byrd quizás la mejor secundaria de toda la liga tras la «Legion of Boom» de Seattle. Se cerró también la ansiada continuidad (sobre todo ansiada por Brees) de Zach Strief, obtenían la extensión de un año más de contrato del receptor Robert Meachem, se cerraba también la continuidad del polivalente jugador de la secundaria Saint Rafael Bush, y se dejaba, a la espera de que sucedía con el caso Graham, a reforzar las posiciones de WR, C y fondo de armario defensivo, en el draft de principios de Mayo.
En el draft los Saints elegirían en primera ronda a un explosivo wide receiver procedente de Oregon State, Brandon Cooks, jugador que deberá realizar una labor parecida a la que realizaba Sproles, pero en vez de partir desde el backfield, lo hará partiendo desde la línea. Además de Cooks, los Saints seleccionaron 4 elecciones más de jugadores para la defensa, y en su última elección elegirían a otro tackle para fortalecer aun más la línea de ataque de Drew Brees.
Con la mayor parte del trabajo para toda la offseason realizado a mediados de mayo, el equipo tenía todas sus dudas despejadas y habían conseguido respetar el salary cap, pero todo quedaba supeditado a los que sucediese finalmente en el «Caso Jimmy Graham».
Graham, al ser etiquetado como jugador franquicia en la posición de tight end, se aseguraba un salario anual máximo de aproximadamente unos $8 millones, pero en la temporada 2013 fue alineado un mayor porcentaje de veces en posiciones exteriores que interiores, por lo que Jimmy reclamaría ante la liga que se le considerase como receptor, y así subir su salario de jugador franquicia a unos $13 millones aproximadamente. El tema ha sido la comidilla de toda la NFL, y aunque la mayoría de compañeros de posición en otros equipos han apoyado a Graham en sus declaraciones (Vernon Davis, Tony González o Jason Witten entre otros), finalmente la liga decidiría considerar a Graham como tight end, decisión que celebraría la franquicia de Luisiana, pero no Jimmy, el cual debería renunciar a bastantes millones de dólares a la hora de una posible firma de un contrato multianual que él consideraba que merecía.
El abanico de posibilidades de lo que podría acabar pasando con Graham era amplio, pero con la etiqueta de «Franchise Tag» el «trade» a otro equipo parecía bastante improbable, y aunque se rumoreo durante algunos días tras el fallo del comisionado de que quizás firmase una extensión corta, de 1 o 2 años más con los Saints, finalmente hace una semana, Jimmy Graham anunciaba en su Twitter personal que había llegado a un acuerdo multianual con los Saints. Posteriormente, se supo que el nuevo contrato era de 4 años por unos $40 millones, con lo que Jimmy Graham superará a Gronkowski, y se convierte así en el tight end mejor pagado de toda la liga.
Tras un 2012 muy duro condicionado por el Bounty Scandal, y tras perder en el 2013 ante los futuros campeones en playoffs, el gran trabajo de Loomis y Payton en esta offseason, el esfuerzo de algunos jugadores en materia contractual (Byrd, Strief o el propio Graham) por firmar ganar menos este año para ganar más en el futuro y así respetar el salary cap, y sobre todo la renovación y final del culebrón Graham, le dan un gran final feliz a la Who Dat Nation. Los Saints vuelven a ser un año más, y este con plenas garantías, un claro aspirante a conseguir el ansiado trofeo Vince Lombardi.