Es difícil a veces entender como un equipo que obtuvo unos resultados el año pasado siendo el campeón de la NFC sur y el mejor equipo de la Conferencia Nacional, de un paso atrás de un año a otro. Atlanta finalizó el domingo en Meadowlands una campaña irregular de la peor forma posible, siendo humillados a solo dos puntos y con varias decisiones desde la banda polémicas, y no era la primera vez esta temporada. Mike Smith así confirma que todavía no ha podido hacer ganador a este equipo en Playoffs, cuatro años al frente del conjunto, tres en postemporada y tres derrotas (Arizona, Green Bay y NY Giants).
En la parcela ofensiva, Matt Ryan ha hecho la mejor temporada de su carrera en números, pero quizás se le pide un puntito más, un puntito más de liderazgo, un puntito más de héroe; sobre todo en los momentos clave, y un ejemplo vuelve a ser el partido de Nueva York. Se drafteó a Julio Jones (a un precio muy alto) porque se creía que Ryan necesitaba un playmaker, el rookie no ha hecho una mala primera temporada pero sigue en el tintero la pregunta de si ha merecido realmente la pena todos esos picks de futuros drafts perdidos. Hay que sumar dos grandes huecos en la línea ofensiva, el right ward ha sido un dolor de cabeza todo el año y en el left tackle el ex primera ronda Sam Baker fue ineficaz. Otra mejoría pasa por buscarle a Ryan un receptor interior rápido que rompa la línea de linebackers, porque tanto Roddy White como Jones son jugadores de profundidad.
En la parcela defensiva, ninguno de los grandes nombres ha respondido adecuadamente: el gran fichaje de verano Ray Edwards, el gran fichaje de hace dos años Dunta Robinson, el buen draft Sean Weatherspoon y el primera ronda del 2009 Peria Perry. En su lugar, un nombre ha brillado: el defensive end John Abraham. Sin contar a Abraham y al cornerback Brent Grimes, la defensa necesita un soplo de aire fresco, talento, especialmente en los defensive backs y en los defensive tackles.
Así, la gerencia de los Falcons y Mike Smith tiene mucho trabajo por hacer, más aún con menos elecciones de draft, pero quizás la primera solución pasa por mirarse al espejor y reconocer los errores, algo que Smith no está muy dispuesto a hacer. El club debe darse cuenta que el buen récord en el Georgia Dome no es sinónimo de tener un buen equipo. Atlanta juega en dome, y eso siempre da mucha ventaja, pero un equipo se ve lo que es cuando juega outdoors, y eso pasa mucho en Playoffs que es donde se ganan los campeonatos. Sino, solo hay que ver el cambio que tiene en el playbook Matt Ryan de cuando juega en casa a domicilio, la complejidad brilla por su ausencia.