¿Para qué hacer las cosas bien cuando se pueden hacer mal? Es curioso ver cómo hay gente, instituciones o gobiernos que parece que rijan su vida por este eslogan. No aprender de los errores, tirarse piedras sobre su propio tejado, no seguir un rumbo claro, gestionar mal los problemas. Son algunos de los ejemplos de cómo hacer las cosas mal. En la NFL hay un equipo que está abonado a esta dinámica. Los Cleveland Browns parecen empeñados en no levantar cabeza y seguir sumidos en la mediocridad que les ha caracterizado durante los últimos años. Especialistas en vivir siempre en la cuerda floja.
Durante los últimos diez años tenemos que bajar hasta el fondo de la clasificación para encontrar a los de Cleveland. Récords negativos con no más de cinco victorias y casi siempre ocupando el último lugar de su división. Solamente en el 2007 tuvieron un record positivo (10-6) quedando en segundo lugar de su división pero sin clasificarse para los playoffs. Puro espejismo. Es curioso ver cómo cada inicio de temporada, al menos últimamente, se comenta aquello de que “parece que este año los Browns van a mejorar algo”, “van a seguir abajo pero mejorarán poco a poco”, “se ve la luz al final del túnel”. Cada año las mismas expectativas pero el mismo resultado final.
La falta de definición de proyecto, paciencia y continuidad definen a los de Cleveland. Seis entrenadores y diversos general managers en la última década son indicativo de que algo no va bien. Así es muy difícil conseguir la estabilidad necesaria para conseguir los objetivos planteados. Este año han rizado el rizo poniendo de patitas en la calle al entrenador Rob Chudzinski y al general manager Mike Lombardi tras una única temporada. No es que lo hayan hecho ni mejor ni peor ya que el balance 4-12 es similar al de los últimos años. Simplemente, otro cambio de rumbo. Surrealista. Este año llevará las riendas del equipo Miki Pettine, el ex coordinador defensivo de los Jets y los Bills. Habrá que ver qué continuidad tiene el de Pennsylvania.

Otro tema en el que los Browns han dejado huella es la elección de su quarterback de las dos últimas temporadas. Tienen el dudoso honor de ser el equipo en draftear al jugador más viejo en primera ronda. En el draft del 2012 seleccionaron en primera ronda (posición veintidós) a Brandon Weeden, cuando éste tenía veintiocho años. Weeden había tenido una carrera profesional de cinco años en el baseball sin éxito. Tras esta experiencia entró en la universidad de Oklahoma State donde tuvo una participación destacada en su programa de football, especialmente en el último año. Así que, aproximadamente cinco años después de lo habitual, ingresó en la NFL. Su debut en el 2012 fue discreto. Nada del otro mundo. Se veía que era difícil que fuera el quarterback franquicia. La temporada pasada la inició como titular. En la segunda jornada se lesionó y a partir de ahí cogió las riendas del equipo Brian Hoyer que demostró muchas mejores sensaciones. Solamente pudo volver a recuperar la titularidad tras la lesión de Hoyer. Su vuelta fue igual de floja que el resto de actuaciones. Los Browns decidieron cortarlo al finalizar la temporada y finalmente ha recaído en los Cowboys.
Lo curioso del caso es que, analizando la plantilla, se puede llegar a la conclusión de que este equipo debería estar mucho más arriba. Estando en la cola del pelotón de la NFL este año han conseguido colocar de forma merecida a cinco jugadores en el partido de la Pro Bowl. Joe Thomas es seguramente el mejor left tackle de la liga y un especialista en la protección al quarterback, Alex Mack es uno de los mejores centers y los Browns han conseguido retenerlo, Joe Haden es uno de los cornerbacks más destacados, Josh Gordon es un portento en el juego aéreo y finalmente Jordan Cameron es un tight end más que solvente.
En el draft tenían dos primeras rondas. Se movieron realmente bien consiguiendo una primera ronda (la de los Bills) para el próximo año que presumiblemente será alta. En octava posición consiguieron a Justin Gilbert (Oklahoma State), el mejor cornerback del draft. De esta forma la secundaria se completa con un especialista en la cobertura al hombre y buen retornador. En la vigesimosegunda posición consiguieron hacerse con los servicios del jugador más mediático del draft: Johnny Manziel. El quarterback de Texas A&M da que hablar tanto dentro como fuera del campo. En pocos días los Browns consiguieron el récord de venta de camisetas. Económicamente el fichaje es, de momento, solvente. Deportivamente todavía queda mucho por ver. No se está viendo a un Manziel cómodo ni en los entrenamientos ni en los partidos de pretemporada. De hecho se le ha visto más disfrutando de la vida nocturna en Las Vegas. Brian Hoyer será el titular en la primera jornada contra los Steelers aunque se prevé que Manziel tenga su oportunidad durante la temporada. El draft se completó con adquisiciones interesantes como, por ejemplo, el guard Joel Bitonio o el cornerback Pierre Desir.
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Pero estamos hablando de los Browns. Una de cal y otra de arena. En la segunda jornada del draft se supo que Josh Gordon volvió a dar positivo en un control antidrogas. Se enfrenta a una posible sanción de un año. Gordon es receptor excepcional. Talento puro pero con muy poca cabeza. El caso es que cuando todo el mundo esperaba que los Browns aprovecharan la gran clase de receptores que había este año en el draft para compensar la posible pérdida de Gordon, no seleccionaron a ninguno. Decisión difícil de entender. Finalmente compensaron este hecho con un par de receptores firmados en la agencia libre, pero no aprovecharon la oportunidad de conseguir a un gran receptor en segunda ronda.
La temporada 2014-15 de la NFL está a punto de comenzar. Habrá que ver si, por fin, este año podemos empezar a descifrar a estos Browns.