El comienzo de la temporada pone punto final al largo proceso de preparación que, durante los meses de julio y agosto, emplean los equipos para confeccionar las plantillas, reflexionar sobre lo que se debe mejorar y, sobre todo, afianzar la unión de un amplio grupo de jugadores, algunos de ellos, recién llegados. Desde el año 2001 y a lo largo de nueve entregas, el programa Hard Knocks, producido por NFL Films y la prestigiosa cadena HBO, nos sumerge en el día a día de un training Camp de un equipo de la NFL. Las cámaras siguen a jugadores (estrellas consolidadas, veteranos, promesas), entrenadores, gerentes… pero se fija, en especial, en los jugadores rookies o undrafted que intentan pasar el corte de los 53 y formar parte de un roster de la NFL.
La decisión de elegir un equipo para el Hard Knocks debe ser unánime entre la NFL y la HBO. Bien conocida es la poca “ilusión” que a muchos entrenadores y general managers les hace tener que someterse a ser filmados durante toda la pretemporada, y a que las cámaras se cuelen en los entrenamientos, meetings y reuniones de los jugadores. No obstante, las franquicias pueden presentarse como voluntarias (como ha sido el caso de los Falcons en 2014), pero si los candidatos presentados no convencen a ambas partes, el comisionado puede obligar a un conjunto a participar en el programa, siempre y cuando no se cumpla alguna de las siguientes situaciones:
- Que estrene nuevo head coach.
- Que haya aparecido con anterioridad en alguna entrega del programa.
- Que jugase los Playoffs, al menos una vez, en los dos últimos años.
Cuando se supo que los Atlanta Falcons habían sido los elegidos para protagonizar la edición de 2014 muchos se mostraron decepcionados. El conjunto de Georgia venía de una temporada para olvidar, con un récord de 4-12, muy lejos de las expectativas creadas para un equipo que, el año anterior, se había quedado a un partido de pisar la Super Bowl. La principal carencia que se le achacaba al equipo era su falta de carácter; blandos en defensa y faltos de equilibrio en ataque. Y esa falta de “toughness” es lo que, desde el primer momento, el head coach Mike Smith, junto al defensive coordinator Mike Nolan, consideraron la base fundamental sobre el que construir toda la pretemporada.
Desde el primer momento, las historias personales y deportivas se entremezclan. Las cámaras siguen a Matt Ryan, quarterback franquicia, en su búsqueda por liderar una ofensiva con armas más que suficientes para dominar. A lo largo de los capítulos la imagen que transmite Ryan va muy en sintonía con su apodo de “Matty Ice”. Ya se podía sospechar que no es el jugador más alegre del mundo pero su carácter distante y falta de carisma transmite una sensación fría de las relaciones entre los jugadores. No sucede así, con los receptores. La pareja Roddy White y Julio Jones puede ser considerada de las mejores de la liga, sino la mejor. Ambos se complementan dentro y fuera del campo. Hard Knocks nos descubre a un Julio Jones con personalidad pero retraído, un jugador callado y tímido que comienza a mandar cuando pisa el campo; todo lo contrario es White, que no para de bromear y tomar el pelo a sus compañeros y que, junto al también WR Harry Douglas, forman los “three amigos” del ataque de los Falcons.
El desastre del año pasado de los Falcons se gestó en las trincheras. La defensiva fue inoperante contra los ataques rivales, en especial, el front seven que flaqueó ante la casi total ausencia de pass rush. La actuación de la línea ofensiva también sufrió para mantener a Ryan en el pocket. Hard Knocks sigue las evoluciones de los hombres drafteados para solventar estos problemas. Sobre OT Jake Matthews (1ºronda) y DT Ra’Shede Hageman (2º ronda) recaen las expectativas por mejorar el punto débil del equipo: la consistencia. El partido y entrenamiento contra los Houston Texans sirve para probar a Matthews contra J.J. Watt y Jadeveon Clowney.
Durante la filmación del programa el espectador es transportado más allá de lo deportivo; entra en la vida personal y familiar de los protagonistas. Desde los proyectos de Arthur Blank, propietario del equipo, para construir un nuevo estadio en la ciudad de Atlanta, pasando por las reuniones de posición en la que los jugadores se ponen en evidencia por sus fallos, sin olvidar aquellos momentos en que Mike Smith comunica a los jugadores que no van a poder continuar su sueño de formar parte del equipo y que van a ser cortados. Pero también a cómo los veteranos acogen a los rookies y ejercen como mentores. Así sucede con Steven Jackson que ejerce como líder del grupo de running backs o con Osi Umenyiora que acoge a su compatriota nigeriano al undrafted rookie Nosa Eguae.
En definitiva, se trata de un viaje por las miserias y virtudes de un equipo profesional, y la presión a la que se ven sometidos entrenadores, jugadores y miembros de la gerencia. Un recorrido por las interioridades de la NFL en un momento, el actual, en el que el comienzo de temporada pone a prueba la pretemporada de los equipos y su acierto a la hora de confeccionar las plantillas de cara a la durísima competición que se les avecina.