Los atletas han decidido en los últimos tiempos comunicarse con el mundo via Twitter porque les aparta de la posibilidad de ser «manipulados» por los medios de comunicación; nadie les puede malinterpretar y el coste es cero (se ha perdido el intermediario del mensaje), excepto para aquellos que no saben controlarse y provocan daño sobre su propia imagen.
La NFL apunta a querer controlar los tweets de los jugadores debido a la escalada creciente de trash talk de muchos de ellos. Un ejemplo, los agresivos tweets Maurice Jones-Drew hacia Jay Cutler cuando este causó baja por lesión en medio del campeonato de la NFC o Antonio Cromartie amenazando a Matt Hasselbeck diciéndole que le iba a «romper la cara». La primera solución que tomó la Liga fue en la Super Bowl creando una herramienta Tweet feed patrocinada por VISA a modo de cosechadora recolectando las cuentas Twitter de todos los participantes en aquel partido.
Parece que la NFL toma la opción de «si no puedes ganarles, únete a ellos» aunque esta herramienta presenta la duda clara de que no van a conseguir censurar las habladurías de cualquiera de los jugadores. Si bien la advertencia a todos ellos de que enfríen el tono de sus comentarios puede hacer efecto a corto plazo, teniendo en cuenta el listón de rigidez que mantiene la Liga con su imagen es posible que a medio plazo veamos sanciones por comentarios en 140 caracteres salidos de tono.