¿Golpear con dos corredores es la clave del éxito? Saints y Colts avanzaron hasta la Super Bowl hace tres meses basando su juego de carrera en dos pilares muy diferentes: New Orleans siendo el paradigma de la especialización en esa faceta del juego con tres running backs muy diferentes, mientras Indy con poca aportación de su ataque terrestre con Donald Brown y Joseph Addai. En las últimas temporadas está creciendo una tendencia en los equipos de la NFL de que el éxito viene principalmente en tener un corredor complementario que comparta la carga de arrastar el balón. Pero, como demostró la campaña 2009, esta afirmación es solo parcialmente cierta.
Los tres equipos con un trío de running backs con más de 300 yardas en la temporada pasada se clasificaron para Playoffs (caso de los Saints con Thomas, Bush y Bell), sin embargo solo cinco de los doce equipos cuyo doblete de corredores sobrepasaron las 500 yardas en 2009 jugaron la postemporada. «Cualquier cosa que funcione mejor contigo«, ha comentado siempre Sean Payton, head coach de New Orleans, un claro creyente de expandir la riqueza de las carreras. El caso más claro es el de los Panthers, quinto conjunto en la historia con dos running backs por encima de las 1.000 yardas (Stewart y Williams), tercero en las estadísticas totales de yardas terrestres, pero con un balance de 8-8 en temporada regular y fuera de Playoffs.
«Es bueno tener a alguien que te de un respiro…aunque siempre quieras llevar la bola«, afirma Ryan Grant, jugador de los Packers, quien llevó el ovalado el 75% de las veces la pasada temporada en jugadas terrestres del equipo de Green Bay. La creencia popular en la Liga, y así lo demuestran los datos de offseason con el draft, fichajes de agentes libres e intercambios, es que el equipo necesita corredores de calidad para tener un 1-2 que golpee. Chicago ha añadido al veterano Chester Taylor para ayudar a Matt Forte, los Chiefs a Thomas Jones para que sea la pareja del joven Jamaal Charles, mismo movimiento para los Jets con Tomlinson y Greene, los Eagles con McCoy y la adquisición de Mike Bell y los Seahawks con White y Washington.
¿Puede también un equipo tener demasiados buenos corredores? Dallas Cowboys con el dilema de Choice, Barber y el emergente Felix Jones, fórmula que funcionó en 2009 pero que puede caerse a pedazos este año con las quejas de Choice. Más inestable parece el plan de carrera de los Redskins, inestable y dubitativo; en la plantilla hay tres running backs de garantías, Willie Parker y Larry Johnson (fichados en la agencia libre) y Clinton Portis, todos ellos de 29 años en adelante. Además, Brian Westbrook hizo una visita por la capital de la nación la semana pasada. Algunas franquicias como Pittsburgh, Houston, Cincinnati o Tennessee ni siquiera tienen un nº2 de garantías y no parecen hacer movimientos por ello. «Simplemente, a veces, tienes que tirar del tren tu solo«, comenta el back de los Bengals, Cedric Benson, 301 de las 452 carreras llevadas por él en 2009.
(Traducción parcial de un artículo del columnista Len Pasquarelli en espn.com)