La selección de fútbol de Estados Unidos, dirigida por el alemán campeón del mundo Jurgen Klinsmann, es una de las grandes revelaciones de esta edición del mundial de futbol. Revelación no porque sea una de esas selecciones que van a Mundiales de pascuas a ramos y hacen buenos papeles. Revelación por el precedente de buen juego y mejora tangible en muchos aspectos adscrita a la evolución del soccer en Estados Unidos.
La trayectoria de la selección de soccer USA en fases finales de competiciones mundiales es numerosa. En el primer mundial, el de Uruguay, EE.UU quedó tercera, su mejor clasificación histórica hasta la fecha. La selección pasó sin pena ni gloria los años 50, 60, 70 y 80. No vamos a descubrir nada nuevo diciendo que a los estadounidenses el fútbol les daba igual, no era ni deporte minoritario en la sociedad. Su liga masculina era ridícula en comparación con sus vecinos mejicanos o de más al sur, y que decir tiene que ni era televisada como las grandes ligas europeas, que tampoco tenían ninguna repercusión.
El soccer en EE.UU evoluciona y se vuelve más atractivo en los 90, todo gracias a dos grandes factores que ni Pelé consiguió con su llegada a New York en los 70. Lo primero era un deporte de expansión en las universidades, los estudiantes que no podían competir en el fútbol de contacto, baloncesto, lacrosse… decidían buscar otra forma de buscar becas, y esta era el apuntarse y disputar la liga universitaria por medio del soccer. Pero existía un problema enraizado, y es que se pensaba que el fútbol universitario era para mujeres. Esta es la otra razón por la que el deporte se expandió en los 90 aunque suene incongruente. La protección universitaria para el deporte femenino ayudó a que el soccer formara parte de las universidades, y muchas grandes jugadoras lo practicaron en la facultad. A diferencia del football, la Liga Nacional de Fútbol Femenino si atraía al público, no al registro de la WNBA, pero era un deporte en expansión y las televisiones se fijaron en él. Los equipos se formaban y jugadoras europeas atraídas por el dinero de estos nuevos clubs se mudaban a la liga de EE.UU que poco a poco aumentaba su prestigio.
En 1994, Estados Unidos organiza el Mundial de Fütbol Masculino, llegando a octavos de final, su mejor posición desde el Mundial de Uruguay, perdiendo ante la posterior campeona Brasil por 1-0. En el año 2000, el soccer pasó a ser algo más que un deporte femenino, los clubs intentaban atraer, y en muchos casos lo lograban, a jugadores europeos de gran calidad a la Major League Soccer, creada en 1993. Es verdad que venían en el ocaso de su carrera y tenían un tinte más de merchandising que de juego, pero es cierto que esta repercusión mediatica atrajo al público a los nuevos estadios edificados por el comisionado. Jugadores como David Beckham, Thierry Henry o Fredrik Ljungberg visitaron los EEUU para su retiro dorado.
La MLS funciona como cualquier deporte de EE.UU profesional, franquicias con tope salarial que crean sus equipos con restricciones pero que iguala la competición entre los clubs. Esto hace que fichar estrellas europeas cueste, pero la tendencia dice que hoy por hoy puede cambiar respecto a comienzos del 2000, los jugadores que llegan disfrutan de una competición más equilibrada, con más talento y la hacen crecer. Esto sin duda alguna ha favorecido a la selección estos últimos años ya que muchos jugadores norteamericanos han regresado a la MLS, así como jugadores del sur de América, de Europa, de Africa, jugadores que les quedan aún futbol en sus botas.
Hablando de la participación del Team USA en este Mundial, cabe decir un par de cosas antes. Klinsmann ha renovado la selección para esta participación de Brasil, para ello cuenta como asistente con Tab Ramos, seleccionador de las categorías inferiores. Esto crea un estilo de juego propio, que todas las categorías inferiores intenten jugar a lo mismo, así como dar cabida e importancia a jugadores de la propia MLS.
En esta nueva selección no tiene a la gran estrella de todos los tiempos del futbol americano, Landon Donovan. La no convocatoria fue duramente criticada por los medios norte americanos así como por los propios seguidores y analistas de la selección. Este fenómeno no solo se dio en EE.UU, también en Europa se extrañaron de la desaparición del ex jugador de la Premier League inglesa. Había que mandar un mensaje, la nueva selección de soccer de EE.UU ha llegado.
La selección de Estados Unidos ya dejó trazas de que su juego y competitividad mejoraban. En el Mundial de Corea y Japón en 2002 llegaron a cuartos de final, donde perdieron con Alemania por 1-0, y en Sudáfrica 2010 perdieron con Ghana en octavos de final tras ser primeros de grupo por delante de Inglaterra con un gol en el último instante en el último partido de la primera fase ante Argelia. Así como en la Copa Confederaciones de 2009 llegaron a la final perdiendo frente a Brasil, antes habían eliminado a España, la futura campeona del siguiente Mundial de fútbol en Sudáfrica en 2010.
A día de hoy, en el Mundial 2014 de Brasil, EE.UU ha eliminado a Portugal y Ghana, y se ha clasificado para la siguiente ronda del Mundial de Brasil dejando ver un juego muy europeo, con tintes de largas posesiones y pegada fuerte.
El camino de los americanos en este Mundial sigue abierto, tarea que se tornaba muy difícil a principio del mismo. La evolución de este deporte, que no compite aún con los gigantes como béisbol, football y baloncesto, es gracias al trabajo bien hecho desde muchos estamentos de la sociedad estadounidense, desde las universidades, pasando por el comisionado de la MLS y claro está a la dirección deportiva de este y de los anteriores mundiales, a los jugadores. El crecimiento de este deporte en EE.UU es claro estos días por las oleadas de tweets de jugadores NBA, NFL y demás deportes apoyando a Team USA.
El soccer crece, los clubs crecen, es una liga que poco a poco ganará nivel y porque no, podría estar a la altura de algunas ligas europeas. Eso sí, de ahí a competir con las cuatro ligas del viejo continente… El tiempo dirá.